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Conclusión

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En el relato de una obra tan rica, compleja y poco previsible como la de Tugendhat, puede primarse la continuidad que existe entre unas y otras fases o puede primarse la discontinuidad, las rupturas, abandonos y retractaciones. Las dos cosas son ciertas y necesarias, con tal que se administren en las dosis adecuadas, lo cual depende a veces de las finalidades del relato. Así, he subrayado los elementos de continuidad que existen entre las dos primeras etapas porque a veces los comentaristas los omiten, llevados de la retórica rupturista. Más incuestionable exegéticamente es aún la continuidad de esta última etapa o inflexión, en la que el formato de la antropología filosófica permite unificar y redistribuir, sin más abandonos, buena parte de la obra tugendhatiana. Por el contrario, la tesis de la continuidad resultaría irreconocible en relación con su giro ético-político, por más que nuestro autor comience a abordar la fundamentación moral sirviéndose de la filosofía del lenguaje.

Existe cierto concepto espacial, el de «proyección», que nos ayuda a captar metafóricamente la compleja unidad de una obra que incluye continuidades, rectificaciones, cambios de paradigma filosófico y hasta el abandono de una temática y su sustitución por otra. Recordemos que una figura de n dimensiones puede proyectarse en un espacio de n+1 o de n–1 dimensiones, dando como resultado una imagen que corresponde a la original y deriva de ella, pero que ya no es la misma, por cuanto tiene diferentes propiedades. Eso es lo que ocurre en numerosos pasajes de la obra de Tugendhat47 –como iremos anotando:

En términos abstractos, la tesis de la continuidad a través de los cambios puede enunciarse así: Sean P1 y P2, más que dos fases, dos «posiciones filosóficas» diferentes del autor, como Tugendhat gusta decir. Nuestra tesis no significa que el paso de P1 a P2 resulte necesario en un sentido hegeliano, ni –por lo tanto– que todos los elementos de P2 estén ya prefigurados en P1 Pero sí que a) P2 viene a resolver problemas que ya eran vistos como tales en que b) hay elementos decisivos o centrales de P2 que no surgen en la obra del autor ex nihilo o catastróficamente, sino a partir de P1 y por vías allí entrevistas o anotadas –frecuentemente, a pie de página–; e incluso que c) la adopción de P2 impone una reorganización del material teórico de P1, en virtud de la cual algunos elementos de P1 se conservan en P2, mientras que otros se modifican y otros sencillamente son abandonados. No es posible mostrar brevemente cuántas proyecciones de esa especie contiene la obra de Tugendhat, cuando el autor traslada una determinada interpretación o planteamiento a otro contexto diferente (a veces, bastante diferente).48

Casi todo el próximo capítulo es un ejemplo eminente de este tipo de proyección, que atraviesa transversalmente las cuatro etapas de la obra tugendhatiana. No se olvide, sin embargo, que nuestra empresa consiste en preguntarnos por la filosofía de Tugendhat más que por su atractiva evolución.

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1 «Ich bin nicht nur jüdischer Abstammung; ich bin auch Jude». Cf. Un judío en Alemania (1992), Barcelona, Gedisa, 2008a, pp. 88 y 118.

2 Suárez (2005). Ibíd.

3 Ser-verdad-acción [1992], Barcelona, Gedisa, 1997, p. 9.

4 Un judío en Alemania, p. 20.

5 «¿No resultaba indigno y, en esa medida falso, que un judío como yo decidiera intencionadamente volver tan pronto al país de los genocidas?» (Un judío en Alemania, p. 86; cf. p. 18).

6 Para los datos biográficos, las fuentes decisivas de información son las introducciones del autor a Ser-verdad-acción (pp. 11-20) y Un judío en Alemania (pp. 13-22), libro que incluye otros apuntes personales. También hay detalles interesantes en la citada semblanza de Suárez (2005) y en las numerosas entrevistas concedidas por el autor, especialmente a C. E. Ruiz («Ernst Tugendhat en el vértigo de la racionalidad», Publicaciones de Aleph. Selección, Universidad de Caldas (Colombia), 2007: 501-520 y Ulrike Herrmann («The time for philosophing is over», Die Tageszeitung, 28-7-2007) (ambas en la Red). Me sirvo igualmente, sin hacerlo constar cada vez y omitiendo las circunstancias, de mi correspondencia con Tugendhat y de esporádicos encuentros personales con él que solo mencionaré en adelante cuando resulte indispensable.

7 Así en la entrevista citada con C. E. Ruiz.

8 TI KATA TINOS: Eine Untersuchung zur Struktur und Ursprung aristotelischer Grundbegrffe, Freiburg, Alber, 1958a [en adelante, TI KATA TINOS], p. 4.

9 Bonet (1996).

10 «Description as the Method of Philosophy: A Reply to Mr. Pettit» [1972], reimp. en Philosophische Aufsàtze [Phil. Aufsätze, en adelante]. Frankfurt, Suhrkamp, 1992a (pp. 414-425), p. 415.

11 El sustantivo Zwiefältigkeit dio título a la tesis doctoral de Tugendhat (1956) y presidió el libro resultante de ella (1958a). No es un término alemán ordinario. Lo traduzco por ‘dualidad’, ‘duplicidad’ y hasta ‘doblez’. Aubenque (Révue d’Études Grecques, 1960, pp. 300 y ss.) va un paso más lejos al traducirlo por ‘discrepancia’, acaso en consonancia con su propia doctrina de la «escisión esencial» expuesta en El problema del ser en Aristóteles ([1972], trad. cast., Madrid, Taurus, 1981), cuyas páginas finales (pp. 456-461) se diría que beben secretamente de los capítulos 3 y 4 de TI KATA TINOS (Bonet, 1992: 51-60).

12 «El ti kata tinos, que en la investigación precedente solo ha sido considerado en tanto que estructura “lógica”, se probará como una duplicidad (Zwiefältigkeit) del ser mismo, con lo cual se modifica el sentido de ser de modo tal que, lo que es, ya no es lo uno, como para Parménides, ni un uno-algo en cada caso, como para Platón, sino en cada caso un “algo-de-algo”. Y esta estructura es al mismo tiempo el campo de juego de los conceptos fundamentales de la metafísica aristotélica» (TI KATA TINOS, pp. 5 y ss.).

13 TI KATA TINOS, p. 28.

14 «Über den Sinn der vierfachen Unterscheidung des Seins bei Aristoteles (Metaphysik Δ 7)» [1983], Phil. Aufsätze, pp. 136-145.

15 Defendí esta tesis, sin llegar a demostrarla concluyentemente, en Bonet, 1992 y 1996. Después supimos –para ceñirme a un solo aspecto del tema– que Tugendhat escribió en 1966 un trabajo, inédito entonces, que versaba sobre «El concepto de verdad en Aristóteles» (Ser-verdad-acción, pp. 165-176) y avalaba mi lectura. El artículo ocupa un lugar intermedio entre los trabajos del autor sobre el concepto de verdad (en Tarski [1960], en relación con la ciencia [1964 y 1965], en Husserl y Heidegger: Phil. Aufsätze, pp. 179 y ss., y 214 y ss., más Der Wahrheisbegrff y «Heideggers Idee...», op. cit.) y su abordaje analítico-lingüístico de la ontologia. Aunque su contenido aún no exprese el giro analítico con toda su fuerza, prefigura ampliamente la síntesis de Tugendhat sobre el análisis semántico del concepto de verdad con un estilo claramente interpretativo. Compárense TI KATA TINOS, p. 56 n.; Ser-verdad-acción, pp. 251 y ss.; E. Tugendhat y U. Wolf, Propedéutica lógico-semántica [1983], Barcelona, Anthropos, 1997d [Propedéutica en adelante], pp. 171 y ss. [solo citaré de este libro capítulos que –como este– hayan sido escritos por Tugendhat].

16 Der Wahrheitsbegriff, pp. 183-211.

17 Der Wahrheitsbegriff, pp. 209, 127, 52, 64, 72, 83-87, 99...

18 Al decir de Heidegger, con la modernidad «el mundo se convierte en imagen y el hombre en sujeto. (...) No bien el mundo se convierte en imagen, la postura del hombre se entiende como visión del mundo. Naturaleza e historia pasan a ser objeto del representar explicativo (...). El ser de lo existente se busca y encuentra en la condición de representado de lo existente (...). Representar significa en este caso: (...) el poner ante sí y hacia sí (...), desde sí mismo ponerse algo delante y garantizar lo puesto como tal» («La época de la imagen del mundo» [1938], en M. Heidegger, Sendas perdidas (2.a ed.), Buenos Aires, Losada, 1969 (pp. 67-98), esp. pp. 77-83 y 93-95, cursivas mías). Para la convergencia (que Tugendhat trata en Autoconciencia y autodeterminación) entre Heidegger y Wittgenstein en la crítica a la metáfora moderna de la mente como un «espejo» de la naturaleza, es ya clásico R. Rorty, La filosofía y el espejo de la naturaleza [1979], trad. cast., Madrid, Cátedra, 1983.

19 Der Wahrheitsbegriff, p. 402, y Autoconciencia, p. 130.

20 Ser-verdad-acción, p. 11. Tugendhat repetía oralmente la misma frase palabra por palabra diez años después.

21 En R. Bubner, K. Cramer et al. (eds.), Hermeneutik und Dialektik, vol. 2, Tübingen, Mohr, pp. 3-23 [1970b].

22 Por ejemplo, del fenómeno lingüístico de la nominalización [que aludimos tangencialmente en 2.3.c] y del enfoque verificacionista de las reglas [3.4].

23 Un ejemplo: en el balance final de un congreso sobre el concepto husserliano de verdad, celebrado poco tiempo después (Wahrheit und Bewàhrung / Vérité et Verification, La Haya, Martinus Nijhoff, 1969), Paul Ricoeur lamentaba en el congreso que ninguna contribución se hubiera centrado en la Sexta investigación lógica de Husserl. Algo que sí hacía Der Wahrheitsbegriff (Bonet, 1992: 65).

24 La frase es real. Una de las «honrosas excepciones», Donn Welton (The Origins of Meaning, A Critical Study of the Thesholds of Husserlian Phenomenologie (Phaenomenologica, 88), La Haya, Martinus Nijhoff, 1983, pp. 118-120 y 129-132 (esp. pp. 47 y ss.), considera que la crítica de Tugendhat es penetrante y elabora el libro como respuesta a esta.

25 Ser-verdad-acción, p. 13.

26 Vorlesungen zur Einführung in die sprachanalytische Philosophie, Frankfurt, Suhrkamp, 1976a. La Introducción a la filosofía analítica, Barcelona, Gedisa, 2003b, solo traduce la primera parte de las Vorlesungen de 1976 (127 pp. de 526). Para salvar la unidad de la obra, sin dejar de indicar la paginación de la versión española disponible, nuestras referencias serán: Lecciones introductorias, I, p. X / Y [p. X de las Vorlesungen; p. Y de Introducción], y Lecciones introductorias, II, p. X [del texto alemán únicamente].

27 Ser-verdad-acción, pp. 41-69.

28 Ser-verdad-acción, p. 12.

29 Ser-verdad-acción, p. 12 y ss.

30 Parece desmedida y cargada de subjetivismo la solemne abjuración que Tugendhat hace, en Ser-verdad-acción (p. 18), de su «Zur Entwicklung von moralischen Begründungsstrukturen in modernen Recht» [1980a], escrito en ese marco.

31 La cuestión de «¿qué significa entender una expresión lingüística?» permanece inexplicada si no somos capaces de distinguir últimamente entre la negación referida a un acto verbal completo (una aserción, por ejemplo, que consideramos falsa y por eso la negamos) y la que se refiere al incumplimiento de una regla de uso de las expresiones lingüísticas (por ejemplo, que alguna cosa «no se dice así, sino asá») (Lecciones introductorias, II, pp. 519 y s.).

32 Cit. en la nota 14.

33 Cf. Ser-verdad-acción, p. 11; Unjudío en Alemania, pp. 19 y 23-37; y Lecciones de ética, pp. 191 y ss.

34 Unjudío en Alemania, esp. pp. 13 y 146-148.

35 Nachdenken über die Atomskrieggefahr und warum man sie nicht sieht, Berlín, Rotbuch, 19882 [en adelante, Nachdenken; 1.a ed., 1986].

36 Lecciones de ética [1993], Barcelona, Gedisa, 1997c, pp. 79 y ss.

37 Diálogo en Leticia [1997], Barcelona, Gedisa, 1998a.

38 Problemas, p. 9.

39 Loc. cit., p. 11.

40 «La pregunta de Heidegger por el ser», Ser-verdad-acción, 1991, pp. 97-124.

41 Problemas (2002a: 161-285) está ordenado temáticamente; Aufsätze 1992-2000 (2001b) solo cronológicamente y no contiene ni el artículo sobre «Nietzsche y la antropología filosófica» (que aparecerá tardíamente en Anthropologie statt Metaphysik, 2007a, pp. 13 y ss.) ni el de «Las raíces antropológicas de la religión y de la mística» (que no he encontrado en alemán), ambos relevantes para el viraje antropológico.

42 Según conversación personal del 28 de mayo del 2007, en Girona.

43 Problemas, pp. 162, 169, etc.

44 Problemas, pp. 67-102.

45 Le oí interesarse vivamente por la mística en enero de 1992.

46 No incluyo aquí ni en la bibliografía final el opúsculo Über den Tod (Frankfurt, Suhrkamp, 2006), integrado por trabajos publicados también en los otros textos que se citan.

47 Véase, por ejemplo, cómo se proyecta en las Lecciones introductorias (I, pp. 13 y ss./pp. 15 y ss.; II, p. 386) la idea de que la «temática filosófica» se determina, en Husserl, a partir del ámbito de lo a priori (Der Wahrheitsbegriff, pp. 134 y 165 y ss.).

48 Bonet (1996: 21 y ss.).

La pregunta más humana de Ernst Tugendhat

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