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El ermitaño

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Cuenta la leyenda

De un hombre

Y su carreta.


En una noche

Donde brillan las estrellas

Una criatura

Irradiaba belleza.


El hombre se detiene

Y posa su mirada

En un alado ser

De alas blancas.


Majestuoso en su aspecto

Digno de mirar

Estaba lastimado

No podía volar.


Era un ángel

Una especie de humano

Pertenece a los mitos

A un cuento fantástico.


Se detuvo a ayudarlo

Y pasaron los días

Con el tiempo

Sanaría la herida.


Meses

Luego años

Y la pobre criatura

No ha mejorado.


El hombre insistía

Pero no resultaba

Aquella criatura

Solo empeoraba.


No había vendas

Ni tampoco medicina

El pobre ángel

Ya casi moría.


Pero saco su libro

Lleno de poemas

Y le conto historias

De él y su carreta.


El ángel miraba

Y también escuchaba

Aquellos versos

Que llegaban al alma.


Miles de aventuras

En tantos lugares

Su mente imagina

Y su corazón late.

Demasiados sentimientos

De una sociedad perdida

Y algunas criticas

Que quitan vidas.


Muchos personajes

En tantas historias

Un solo camino

Que lleva a la honra.


El humano comparte

Una pizca de su esencia

El ángel lo acepta

Y comprende la idea.


Bate sus alas

Con cierta fuerza

Estaba curado

Librado de penas.


Por conectarse con otro

Ver el mundo

Con otros ojos.


Le obsequio al hombre

La vida eterna

Con montones de sacos

Llenos de monedas.


Pero este rechazo

Con suave mirada

Lo saludo con la mano

Y siguió de largo.


Ni la inmortalidad

Ni el dinero

Fueron sus objetivos.


En un camino sombrío

Con un farol encendido

Con su fiel caballo

Viaja el ermitaño.


El gran alado

Volvió a los cielos

Donde su gente lo extrañaba

Le creían muerto.


Ahora cuento su mito

Su preciada leyenda

Del hombre salvador

Y su vieja carreta.

El laberinto de la vida

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