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CONTRAPUNTEOS AFRODIASPÓRICOS: INTRODUCCIÓN EN CLAVE 1
ОглавлениеContrapunteos diaspóricos integra un conjunto de estudios y ensayos cuyo hilo conductor es el entrelace entre poder, cultura y política en Nuestra Afroamérica. A través de una serie de análisis contrapuntales vamos componiendo una cartografía de la política y lo político en el universo histórico de las diásporas afrolatinoamericanas. Nuestra Afroamérica se enmarca en el mundo afro que, en su triple localización histórica, como Modernidad alterna, “contracultura de la Modernidad” y alternativa a la Modernidad, ha sido y ha de ser un pilar en las gestas principales para transcender “la prehistoria de la humanidad” y por realizar, armados de esperanza, una suerte de utopía práctica inspirada en la convicción de que “un mundo mejor es posible”2.
El maridaje contrapuntal de investigación y escritura busca seguir el ejemplo de una larga tradición en la producción intelectual afrodiaspórica, caribeña y latinoamericana, que combina creativamente historiografía y narrativa, investigación sociológica con alegoría literaria, teoría política con pensamiento vernáculo, autoetnografía y análisis histórico, en aras de producir un saber científico no-positivista trans/posdisciplinar que cultive su imaginación poética, su carácter crítico radical y su compromiso con la descolonialidad y liberación3. Tocando ese tambor lírico y analítico, el libro se divide en cinco partes que se abren con citas del corpus literario afroamericano junto con fragmentos de ensayo, música popular y referencias a religiones afrodiaspóricas, sobre todo a las/los Orishas del panteón Yoruba. Los textos literarios (poéticos, narrativos, ensayísticos), musicales, teológicos, teóricos, que introducen las cinco partes y algunos de los capítulos, testimonian el contrapunteo sincopado entre las formas del discurso y el contenido, de un análisis en el que lo político no se reduce a los modos de organización y participación en las esferas formales de la ciudadanía, el Estado y los partidos, sino que se extiende a todas las contiendas de poder desde las micropolíticas domésticas hasta las prácticas culturales, estéticas y espirituales con efectos pertinentes en las ecuaciones políticas de la sociedad.
Entendemos lo político como la pluralidad de disputas y alianzas de índole diversa que constituyen las constelaciones de poder a través de los múltiples escenarios del espacio social; y la política como el conjunto de luchas que impactan e influencian la arena de dominación, hegemonía y gobierno que articula, organiza e institucionaliza el poder político4. En esa clave, lo político está diseminado a través de todo el tejido social, desde micro-relaciones de poder en la esfera íntima del hogar y espacios institucionales como escuelas y fábricas, hasta configuraciones geo-políticas transnacionales; mientras la política se refiere más específicamente a conflictos y alianzas, con efectos pertinentes en la articulación y condensación del poder social y político, en instituciones como el Estado y organismos supraestatales como la Unión Europea y la Organización de Naciones Unidas.
La cultura entendida como las dimensiones ideacionales, simbólicas y comunicacionales de lo social –lo que incluye los modos de producción y creación cultural, como también las mediaciones y efectos de poder de las prácticas culturales– es componente clave de lo político y la política. Es así que en este trabajo hablaremos de cultura política, políticas culturales y de política étnico-racial para identificar y especificar estos componentes del proceso político5. Lo cultural es un aspecto fundamental de lo político. Es así que las creaciones literarias que conforman tradiciones de literatura afrodiaspórica son textos de autoafirmación contra la colonialidad que niega sentido de ser, identidad propia, racionalidad intelectual y agencia histórica a los sujetos de la africanía. Los movimientos culturales y corrientes intelectuales del continente africano y la diáspora africana han sido, con las movimientos sociales y políticos afrodiaspóricos, desde su incepción en los siglos XVIII y XIX, fuerzas protagónicas en las gestas por la descolonialidad y liberación en el planeta6. En los estudios y ensayos que componen este libro, el énfasis es en la política. Esto no niega sus dimensiones culturales que siempre están presentes, aunque el foco se centrará en los movimientos sociales y políticos.
En consonancia con la gran tradición panafricana de largo arco, Contrapunteos diaspóricos asume con certeza un proyecto ético-político descolonial que implica tanto una analítica de la colonialidad del poder como una política de liberación que inspiran y orientan a este volumen. Esta perspectiva descolonial supone una teoría de la Modernidad como proceso de globalización de larga duración en el que resalta la conquista y colonización del vasto territorio equivocadamente llamado América7, la trata esclavista trans-atlántica y la institución de la esclavitud capitalista por cerca de cuatro siglos, y un imaginario geo-histórico en el que prima un mapa cognitivo que divide el mundo entre una supuesta civilización occidental “blanca” como medida de razón, buen gobierno, excelencia ética, estética y espiritual, a contrapunto de sus otredades africanas, amerindias, caribeñas, islámicas, orientales. A la matriz que emerge con el sistema Atlántico en el largo siglo XVI, que configura las estructuras de larga duración de poder y conocimiento de la Modernidad capitalista, con sus transformaciones y particularidades en tiempo y espacio, la denominamos colonialidad del poder y el saber. Tocando ese son, hablamos de una perspectiva descolonial, lo que implica tanto un quehacer crítico como una política de liberación a contracorriente de dicha matriz de poder moderna/colonial.
Escribimos este libro, no simplemente con la mirada del sociólogo o del académico especializado en América Latina, el Caribe y las diásporas afroamericanas, sino más aún con el compromiso y perspectiva político epistémica de nuestra identidad como intelectual-activista, de origen puertorriqueño que también se identifica como afrodescendiente y como latino en los Estados Unidos, y que participa activamente de varias redes de movimiento social en la formación histórica translocal que denominamos Nuestra Afroamérica. El situarnos políticamente no implica que vayamos a ofrecer un recetario, ni la carencia de investigación y rigor teórico y metodológico. Todo lo contrario, el hacer explícitos nuestros locus de enunciación y el proyecto político epistémico que perseguimos, enriquece el estudio y el análisis en la medida que lo hace más reflexivo tanto de su mirada como de su perspectiva.