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05. EL ZORRO LITERARIO

Ana María era maestra de sexto grado en la enseñanza primaria del Colegio Marley en una pequeña ciudad de Alabama; ella era una joven muy simpática y afectuosa con todos sus chicos... Cierto día, al entrar a clase, como lo hacía habitualmente, dice

—Buenos días chicos —Simultáneamente, coloca su bolso y sus libros sobre el pupitre, cuando mira al pizarrón y observa que había un corto poema escrito, que ella lo lee detenidamente, se queda pensando un poco y dice:

—Esto es muy hermoso... ¿Quién fue que lo escribió?

El silencio en la clase fue total, los chicos se miraban unos a otros como diciendo, “yo no sé”, y nadie dijo: “Fui yo”.

Prosiguiendo con la clase, dos días más tarde, nuevamente ella se encuentra con que aparece otro poema en el pizarrón, que volvió a encantar a la maestra, por lo tanto, ella insistió otra vez,

—Esta precioso, pero ¿quién fue que lo escribió?

El silencio y las miradas de unos a otros se repitieron nuevamente en toda la clase. La aparición de estos escritos comenzó a ser cada vez más frecuente y a los pocos días, aparecía una idea, un pensamiento o un razonamiento muy profundo escrito en el pizarrón, así que la maestra se lo comentó a la directora, quien de inmediato se interesó por el tema y le dijo que quería ver lo que ese alumno de incógnito estaba dejando escrito.

La próxima vez que la maestra llegó y vio un nuevo pensamiento en el pizarrón, ahora mandó a un chico a llamar a la directora la que vino de inmediato. Cuando ella entra, saluda a los chicos y lee lo que está escrito, exclama:

—Qué hermoso... —Ahora, es ella la que solicita saber quién fue el que lo escribió, e igual que antes, el silencio y las caras de “yo no lo sé” se dibujaba en la cara de todos los chicos del grupo.

A partir de ahí, cada día, al entrar a clase, la directora ya se quedaba atenta a una señal de la maestra para venir a ver cuándo había algo escrito, ya que no sucedía todos los días y era solo una, dos o tres veces en la semana.

Habiendo pasado ya seis o siete veces, la directora, entonces comenta:

—Bien chicos, como podemos apreciar, tenemos entre nosotros a una especie de Zorro literario, un personaje que solo actúa de incógnito, tenemos a un poeta escondido entre nosotros que escribe en la oscuridad para darnos luz a los demás, entonces a ese Zorro literario, debo felicitarle profundamente y quiero que todos le brindemos un aplauso para él, mismo que no sepamos quien de ustedes es en verdad ese poeta en la oscuridad.

Todos aplauden y se miran entre sí… Obviamente, el chico que era el Zorro, en la clase ahora había conseguido adquirir una gran notoriedad y prestigio, pero a su vez, temía ser reprendido por haberse inhibido y no haber confesado la verdad, así que esto sería su secreto, y crecería sin que nadie lo reprendiera a medida que mantuviera el anonimato, lo que le permitiría seguir escribiendo, y el hacerlo en secreto era la fuente de la admiración de todos los demás.

En verdad, en muchos casos, los pensamientos o razonamientos expuestos con pocas palabras en el pizarrón, eran la fuente del aula de ese día, porque permitía elaborar preguntas, generar un debate y arribar a conclusiones que no estaban pensadas ni incluidas en el programa escolar, pero que enriquecían las materias de estudio.

Luego de algunas semanas, la noticia de “el Zorro intelectual” se había tornado ya un hecho de conocimiento público en toda la escuela, y casi todas las maestras de otras clases ya estaban atentas a la señal, pues cuando veían a la directora ir apresurada al salón de 6º grado, ellas ya sabían de qué se trataba, así que también salían corriendo para ver qué es lo que estaba escrito en el pizarrón. A esta altura de los acontecimientos, a esta clase ya todos le llamaban el 6º del Zorro.

De hecho, en la escuela colocaron un cartel, con un niño dibujado con una vestimenta de el Zorro, con una tiza y borrador en cada mano, acompañado de la legenda, “Estudia, y serás tan hábil como el Zorro” lo cual se convirtió en un icono del instituto. Esto fue una importante fuente de estímulo para todos los chicos, donde todos querían ser tan famosos como el Zorro de 6º grado. Esta iniciativa, contó con la aprobación del Rector General, que es quien dirigía todo el Colegio Marley, primaria y secundaria.

El caso es que la historia trascendió, a través de algunos padres, al punto de que un Canal de TV tomó conocimiento del hecho, y mandaron a una periodista a hacer una entrevista a la directora, a la maestra y al grupo de chicos de la clase. Luego se sumó también un periódico, y así la historia pasó a ser de conocimiento público en toda la ciudad... Pero aún permanecía la duda que la prensa quería saber, y era:

¿Quién es el Zorro Intelectual de 6º grado?

La Escuela comenzó a ser famosa, y la televisión, se propuso entonces crear un programa de televisión para niños y adolescentes buscando a un Zorro que fuera tan hábil como el famoso de la Escuela. La trascendencia del personaje, mantenía todavía el gran secreto, que era la identidad del original Zorro del 6º grado.

La incógnita ya era bastante inusitada, así que la dirección de la escuela entonces comunicó que, en la fiesta de fin de Año, se revelaría el nombre del Famoso Zorro Intelectual, lo que generó una expectativa porque todos querían saber quién era ese pequeño genio que había generado tal admiración hacia él, que hasta contaba con la propuesta de una editorial dispuesta a contratarle para que escribiera para ellos.

Pasan las semanas, y el Zorro continúa cada pocos días escribiendo cosas que son, cada vez más complejas, más elaboradas o más poéticas, lo que demostraba una inmensa capacidad de creatividad e incluso de visión sobre la humanidad y los sentimientos de las personas en la sociedad. Tanto fue así, que los textos escritos por el Zorro, comenzaron a ser copiados, impresos y colocados en un tablero en el hall de entrada de la escuela.

En otro aspecto, algunos pensamientos o razonamientos, fueron colocados como tarea de casa, analizando y sacando conclusiones sobre el texto que el autor había expresado, que, en este caso, era el Zorro...

Pasaban las semanas y se acercaba la fecha de fin de año, así que todo se va preparando para el cierre del ciclo, donde todas las maestras le preguntan a Ana María si sabía quién era el Zorro y si les podía decir, pero ella negaba saberlo, si bien, en complicidad con la directora, ambas ya suponían desde hacía tiempo quién era el famoso Zorro, porque Ana María había verificado las caligrafías de los chicos, y habían arribado a sus conclusiones, por lo cual, coincidieron en que se mantendría el sigilo hasta el día de la fiesta de fin de año.

Llegando el final del año lectivo, el colegio comunica la fecha de la fiesta del cierre de actividades escolares, pero también, avisan que se revelará lo que todos esperaban, y eso, se lo hacen llegar a la prensa... Así fue que, llegado el día, hay una multitud de familiares que concurren por ser la fiesta de sus hijos, pero, además, hay otras autoridades, y también está la prensa, periódicos y canal de televisión.

El colegio constaba de dos bloques, uno que era el de enseñanza primaria, y el otro anexo que era el de secundaria, y también existía un gran gimnasio que es donde se celebra el acontecimiento.

Iniciada la ceremonia, hay un palco donde se encuentran sentadas las maestras y los profesores, asumiendo la palabra el rector general, que practica un pequeño discurso incluyendo todos los agradecimientos a las autoridades municipales, del Estado, y a todos los docentes de cada ciclo, haciendo mención de logros realizados, y para terminar, dice:

—Entre los agradecimientos que tenemos a maestras y profesores, hay algunos que también merecen ser mencionados, como a la señora Julia Ramos, aquí presente —Y la hacen subir al estrado— Ya que ella nos acompaña desde hace una década y es una cara no visible de esta institución, pero ella es la responsable por el cuidado y la higiene del establecimiento y de los locales donde estudian sus hijos. —ella queda a su lado— Y también hay otra cara no visible, que es la del señor Jorge Ramos, esposo de la señora Julia, suba por favor —Jorge se coloca también a su lado— Este es el hombre que se encarga de que todo el sistema de electricidad funcione adecuadamente para que sus hijos puedan estudiar, así que les pido un aplauso para este matrimonio que es parte de la familia Marley... —Todos aplauden efusivamente.

Ahora, tras una pausa, mira hacia donde está la prensa, mira al público… y dice:

—Bien, finalmente, hay algo que ha sucedido este año de forma muy especial, y que es algo de notorio conocimiento, ya que, como nunca antes, es algo que ha adquirido estado público, y creo que es lo que la mayoría de ustedes está esperando saber, porque fue la aparición de un alumno que, de incógnito, nos escribió y dejó bellos mensajes que han sido adoptados por el colegio... A ese autor anónimo, es al que esta escuela y la prensa le han denominado de, el Zorro literario, y entonces hoy, para finalizar con este acto, debo anunciarles que tenemos el honor de llamar a ese alumno, el autor oculto que ustedes tanto han esperado conocer, y que merecen saber quién es, ya que ha llenado de dignidad a todo el colegio, y se trata de... Dany Ramos, el hijo de este esplendido matrimonio de servidores de esta institución... Ven Dany, sube al estrado.

Mediante un fuerte aplauso que no cesaba, Dany, era un chico delgadito, no muy alto y bastante tímido, él se aproxima entonces y le hacen subir al estrado… Por ser hijo de la limpiadora y el electricista del instituto, concurría a ese colegio sin pagar, por lo cual, los demás chicos usualmente le menospreciaban y le trataban como a alguien inferior, por lo que le hacían toda clase de desprecios, él, era el que se sentaba bien al fondo de la clase para que no le vapulearan los otros chicos ni le despreciaran las chicas.

Una vez que sube al estrado, el Rector le da la mano, y dice:

—De corazón, te felicito Dany, no solo por tu conducta y por tus conocimientos, sino también por el sentido de humildad que has demostrado tener al enseñar algo muy profundo a todos sin hacer alarde de tu genialidad… Dany, eres un gran ejemplo para todos en este instituto, no solo por los logros conseguidos como alumno, sino por tu capacidad para ver al mundo y entender a la humanidad… A partir de ahora, este colegio te premiará con una beca paga hasta el final de tu carrera, porque es un orgullo tenerte estudiando con nosotros. —Concluye el Rector.

Finalizada la ceremonia oficial, la prensa le rodea, e interrogan al chico:

—Y dinos Dany, ¿en qué momento era que tú escribías esos poemas y pensamientos en el pizarrón sin que nadie lo supiera?

—Es que como mi madre trabajaba hasta la noche, yo venía a acompañarla para que no se fuera sola a casa, y mientras ella estaba limpiando en el edificio anexo, yo entraba al mío por la ventana de mi salón de clases, escribía eso de noche, y al otro día allí estaba cuando yo recién llegaba.

En eso se aproxima su maestra, Ana María, y Dany le pregunta:

—Dígame, ¿cómo usted supo que era yo el que escribía...?

—Oh, claro mi querido, claro que desde el principio yo lo supe, porque tu caligrafía es inconfundible, especialmente para tu maestra, es más, la directora también lo supo cuando yo se lo dije, y, además, evaluamos como te destrataban tus compañeros, por eso, ambas fuimos cómplices de tus actividades como el Zorro… Te felicito Dany, porque tú nos has enseñado mucho, y ya no pasarás más inadvertido en este instituto.

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