Читать книгу Guía concursal - Alberto J. Tapia Hermida - Страница 11

La publicación, en el BOE núm. 127 del jueves 7 de mayo de 2020 del Real Decreto Legislativo 1/2020, de 5 de mayo, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley Concursal (TRLC) ha sido un acontecimiento particularmente significativo en vísperas de la que seguro que será la mayor crisis económica de nuestra generación que acabamos de pergeñar porque, ante ese panorama tenebroso, el concurso de acreedores agiganta su importancia como instrumento jurídico para intentar encauzar por métodos jurídicamente civilizados las crisis económicas en las que caerán, sin duda, miles, cuando no millones, de empresas y de familias. El TRLC entrará en vigor el 1 de septiembre de este año 2020 conforme a su Disposición final segunda; sin perjuicio de las complejas previsiones del régimen transitorio establecido en su Disposición transitoria única y de las más complejas previsiones contenidas en su Disposición derogatoria única sobre Derogación normativa.

Antes de entrar en materia, queremos realzar una breve aclaración terminológica para explicar por qué hemos hablado de «El nuevo concurso de acreedores» para referirnos al TRLC. Este calificativo obedece a dos circunstancias ya apuntadas en otros lugares, pero que nos interesa reiterar:

a) Desde el punto de vista jurídico, hemos dicho que podemos calificar de novedosa la regulación concursal establecida en el TRLC no por ser original (lo que resulta obvio tratándose de un Texto Refundido en el que el Gobierno debe ser respetuoso con los límites de su encargo de refundición), sino por ser sistemáticamente clara, que ya es mucho.

b) Desde el punto de vista económico, hemos calificado de novedoso el TRLC porque se aplicará en un contexto de la mayor crisis económica de nuestra generación en donde el concurso de acreedores agigantará su importancia como instrumento jurídico para intentar encauzar por métodos jurídicamente civilizados las crisis económicas en las que caerán, sin duda, miles, cuando no millones, de empresas y de familias. A este respecto, nos parece significativo advertir el Banco de España acaba de estimar la caída de nuestro PIB para el año que viene de entre un 9,5% y un 12%.