Читать книгу Guía concursal - Alberto J. Tapia Hermida - Страница 7
1. IMPACTO DE LA PANDEMIA DEL COVID-19 EN LA ECONOMÍA EN GENERAL
ОглавлениеEs necesario dedicar las primeras líneas de esta Guía Concursal a glosar –siquiera telegráficamente– la Gran Crisis Económica derivada de la pandemia del COVID-19 en la que vivimos sumidos desde hace ya varios meses y –lo que es peor– con seguridad condicionará nuestras vidas en los próximos años. Y esta necesidad deriva de la relación entre esta crisis económica y la nueva normativa concursal que nos disponemos a comentar en esta Guía.
En particular, la gravedad y profundidad de la crisis económica ya provocada por esta pandemia en nuestro país y de la que se avecina se muestra en toda su crudeza cuando las previsiones del Banco de España de una caída del PIB del 21% en el segundo semestre de 2020 y un paro que alcanzará el 24,7% en 2021. A efectos comparativos, en el año 2008, antes del crac de Lehman Brothers, estaba por debajo del 40%. Y peor aún: el endeudamiento público no da señales de contenerse el año 2021, ya que las cifras apuntan a una ulterior subida hasta el 124,1%, algo que en cambio no ocurre con el déficit, que debería reconducirse en el 8,3%, (en todo caso unos niveles por encima del 3% fijado por la UE).
En la selección de economías hecha por el Fondo Monetario Internacional a finales de junio de 2020, España se lleva, junto con Italia, la peor parte, ya que el ejercicio finalizará con un retroceso del PIB del 12,8%. Este porcentaje supera incluso al escenario base del Banco de España, que apuntaba a una contracción del 11,6%. Los indicadores económicos españoles acabarán el año 2020 fuera de los parámetros habituales antes de la llegada de la pandemia. El déficit se disparará hasta 14,9%, superando incluso lo que se alcanzó en la Gran Recesión del 2008 (un 11%). En cuanto a la deuda pública, se disparará en el 2020 hasta el 123,8%, de la riqueza.
En general, las medidas que ha habido que implementar de aislamiento de la población y consiguiente de buena parte de la actividad económica, se han traducido, de forma inmediata, en aumentos del número de desempleados y del número de empresas en riesgo de cierre. Los pronósticos de las instituciones más relevantes sitúan la contracción del PIB para este año en un rango entre el 7% y el 14%, la mayor registrada en la Historia.
En conclusión, las fuentes de riesgo existentes en el contexto actual son numerosas y de diferente naturaleza. Así, en el ámbito político destaca la incertidumbre relacionada con la falta de progreso en materia comercial y las dificultades para adoptar un enfoque común europeo frente a la crisis, si bien en esta última parcela se han conocido recientemente algunos avances. En el ámbito financiero, las fuentes principales de preocupación están relacionadas con el riesgo de liquidez y con el de crédito, incluyendo la repercusión que pueda tener un aumento significativo de las rebajas en las calificaciones crediticias otorgadas por las agencias de rating. Los riesgos operacionales también cobran una especial relevancia en este entorno de aumento de tareas no presenciales.
El resultado final de la salida de la crisis provocada por la pandemia del COVID-19 dependerá de numerosos factores entre los que destacan la duración de la crisis sanitaria, la efectividad de las medidas adoptadas por el gobierno y por las instituciones europeas, el ritmo e intensidad de la recuperación de la actividad en sectores clave para el país como, por ejemplo, el turismo y, finalmente, la repercusión de los posibles cambios en los patrones de consumo de los agentes. Uno de los principales retos económicos reside en lograr conjugar la adopción de las medidas necesarias para paliar la crisis con la preservación de la sostenibilidad de las finanzas públicas a medio plazo.
Resulta ilustrativo acabar este primer epígrafe del diagnóstico sintético de la crisis que padecemos hoy y padeceremos –recrudecida– a medio plazo dejando la palabra a nuestro legislador quien abre el apartado I del Preámbulo del Real Decreto-ley 25/2020, de 3 de julio, de medidas urgentes para apoyar la reactivación económica y el empleo diciendo: «La crisis sanitaria provocada por el COVID-19 ha cambiado por completo el escenario económico mundial. Las medidas de distanciamiento físico y limitaciones a la movilidad, necesarias y efectivas para controlar la transmisión del virus, tienen un enorme impacto en la actividad productiva y el bienestar de los ciudadanos. Estos efectos se han dejado notar tanto en la oferta, con severas dificultades para las cadenas de suministros y el cierre temporal de negocios, como en la demanda doméstica y externa, con una importante repercusión sobre algunos sectores como el turismo, esenciales para la economía española. El cierre temporal de negocios, las restricciones a la libre circulación o la suspensión de actos públicos tienen un inevitable impacto sobre las empresas, que desempeñan un papel central en la creación de empleo y riqueza para el conjunto del país. En tan críticas circunstancias, preservar el tejido productivo y atender a las dificultades transitorias de las empresas es una prioridad para superar las consecuencias de esta pandemia. La magnitud del impacto de este shock exógeno sobre la economía no tiene precedentes en la historia reciente. La contracción económica afecta a un gran número de países, tanto en la zona euro como en el conjunto de la UE y el resto del mundo, con caídas de la actividad global que el Fondo Monetario Internacional, en sus previsiones económicas actualizadas para el mes de junio, estima en el -4,9 % en 2020. Todo apunta a una intensa caída del Producto Interior Bruto de España en la primera parte del año, especialmente en el mes de abril, en el contexto de fuertes medidas de limitación de la movilidad para lograr contener la expansión del virus».