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Hay que torcerle el pescuezo al “relato dominante”
ОглавлениеTirios y troyanos reconocen como cierta una realidad incontrovertible: nuestra ciudad trasiega bajo los efectos de un “imaginario violento”, con “una etiqueta de ser la ciudad más violenta del mundo”. Esa es su impronta. Una percepción construida a lo largo del último cuarto de siglo de su historia.
El profesor Epson White ha desarrollado una teoría en torno a lo que se denomina “el relato dominante”. Se trata de “la red de premisas y supuestos que la opinión pública se forma y que constituyen el mapa del mundo que cada cual tiene”. En nuestro caso, violencia, narcotráfico y pobreza constituyen la esencia de ese relato dominante. La imagen pública de nuestra ciudad proyecta eso.
Desde luego que quienes tenemos una información diferente sobre nuestra ciudad, que quienes conocemos su otra realidad, nos salimos de nuestras casillas cuando alguien insiste en perpetuar la cara del relato dominante, pero la realidad es que esa imagen percibida está ahí, fue construida mediante una larga operación mediática, persistente y sistemática, aunque no premeditada, y es con las armas de la comunicación dirigida como debemos derrotarla.
Ciertamente tenemos mucho que contar, pero ¿lo hemos contado con la misma persistencia y sistematización con la que se construyó la otra cara? El relato dominante es susceptible de cambiarse. Lo hicieron la Alemania y el Japón de la posguerra, lo hizo Nueva York, lo están haciendo hoy ciudades como Pittsburgh, Barcelona y Bilbao.
No voy a incurrir en la impertinencia de decir que no se está trabajando en este tema en el Medellín de hoy, sólo pienso que, además de apretar el acelerador, hay que comunicar de manera certera esa estrategia a la opinión pública.