Читать книгу Migración y transnacionalismo - Ana Melisa Pardo Montaño - Страница 10
Transnacionalismo y escalas de análisis
ОглавлениеEl transnacionalismo ha renovado el estudio del fenómeno migratorio (Glick et al., 1992; Kearney, 1995; Faist, 2000; Portes et al., 2003; Guarnizo, 2004; Hiernaux, 2007; Mendoza 2011, entre otros). Originalmente planteado desde la sociología, puede ser de gran utilidad para entender las modificaciones en el espacio generadas por la migración internacional.
En la actualidad, el transnacionalismo es considerado como novedoso y de gran importancia para estudiar la migración, debido sobre todo a que explica los lazos que los migrantes conservan con los países receptores y, por supuesto, con sus lugares de origen. Es un enfoque que permite identificar el desarrollo de redes que traspasan las fronteras nacionales (Vertovec, 2001) o, como lo declara Sinatti, “el análisis de la migración en términos transnacionales implica el reconocimiento de la emergencia de un proceso social en el cual los inmigrantes establecen campos sociales que cruzan fronteras geográficas, culturales y políticas” (Sinatti, 2004: 94). Ahora bien, aunque uno de los aspectos relacionados directamente con las prácticas materiales del espacio es el cruce de fronteras, lo espacial no se limita a ello. Como se verá a lo largo de esta investigación, el transnacionalismo permite analizar un espacio que, si bien se encuentra dividido físicamente por fronteras, establece a través de ellas distintas relaciones entre los lugares (origen y destino, además de la propia frontera), y deja claro que el espacio que cobra importancia es el flujo como tal y no solo los lugares que lo conforman.
El objetivo de este apartado es destacar la perspectiva transnacional tomando como base a los autores fundamentales que la han trabajado, para, más adelante, detallar el componente espacial del transnacionalismo, en especial los aportes realizados desde la geografía. Se ha querido proceder así porque la sociología inició este debate (presentando aspectos que para esta investigación son productivos), mientras que más tarde otras disciplinas, incluyendo la geografía, se han incorporado a estas discusiones.
Entre los primeros en tratar el tema transnacional se encuentran Glick et al. (1992), autores que definen el transnacionalismo como un proceso en el que los migrantes mantienen distintas relaciones entre su lugar de origen y su destino (Glick et al., 1992). Más adelante, Portes (1996) propuso algo más específico, haciendo ver que lo transnacional involucra lo económico y no a todos los aspectos de la vida de los migrantes. Años más tarde, este mismo autor se refiere a lo transnacional como las “ocupaciones y actividades que requieren para su implantación contactos sociales periódicos y sostenidos a lo largo del tiempo y a través de fronteras nacionales” (Portes et al., 1999: 219), sin clarificar si se trata exclusivamente de actividades económicas o de otra índole.
Estas diferentes formas de entender el transnacionalismo dejan como interrogante cuáles actividades merecen el calificativo de transnacionales y cuáles no, es decir, si al hablar de contactos empresariales entre países o de comunidades con actividades políticas en circuitos migratorios específicos, etc., se permite un análisis desde esta perspectiva. Sin perder de vista lo anterior, Itzigsohn et al. (2003) explican que mientras Portes (1996) se concentra en lo económico, Bash, Glick y Blanc-Szaton, buscando ser más incluyentes, incorporan todas las prácticas transnacionales, esto es, tanto las económicas, como las relacionadas con la elección de identidades, y aspectos políticos, entre otros (Itzigsohn et al., 2003). Una definición así resulta más conveniente para esta investigación, pues implica incorporar a lo económico, las actividades sociales, culturales y políticas.
En la misma sintonía, y con el objetivo de analizar las dificultades para determinar cuándo una comunidad es transnacional y cuándo no, Itzigsohn et al. (2003) proponen una visión alternativa y más abarcadora distinguiendo entre prácticas transnacionales estrechas y amplias:
Consideramos las prácticas transnacionales estrechas y amplias como dos polos de un continuum definido por el grado de institucionalización, de movimiento dentro del campo transnacional o de participación en las actividades transnacionales. Por transnacionalidad en sentido estrecho o restringido entendemos a aquellas personas involucradas en prácticas económicas, políticas y sociales que implican un movimiento habitual en un campo geográfico transnacional, un alto nivel de institucionalización o una participación personal constante. Mientras que por transnacionalidad en sentido amplio entendemos una serie de prácticas materiales y simbólicas en las cuales las personas involucradas sostienen un movimiento físico esporádico entre los dos países, un bajo nivel de institucionalización o sólo ocasional, pero que incluye ambos países como puntos de referencia (Itzigsohn et al., 2003: 169).
Esta perspectiva es más productiva cuando se trabaja con comunidades pequeñas cuyas prácticas son menos abarcadoras, ya que así se pueden considerar como prácticas transnacionales las actividades económicas transnacionales y a las personas que viajan regularmente e incluso venden mercancías aquí y allá, o a aquellos que regresan a sus lugares de origen a las celebraciones locales y a quienes las celebran en el destino, entre otras tantas actividades producto de la migración internacional. Esta visión, al fin, permite hablar de transnacionalismo en comunidades como la que aborda esta investigación, y permite diferenciar tipos de actividades (prácticas transnacionales económicas, políticas, simbólicas, etc.) y su influencia en las distintas dimensiones del espacio que son parte de la discusión en este trabajo.[11]
Con el concepto de prácticas estrechas o amplias surge la cuestión de la escala, pues permite diferenciar entre unas y otras, y observar lo que sucede en distintas escalas. Si en geografía dicho concepto se entiende como “un instrumento conceptual, metodológico y técnico necesario para alcanzar la necesaria interpelación entre el objeto y el observador” (Reboratti, 2001), aquí, dado que lo que se desea analizar son las consecuencias de la migración internacional desde el estudio de las prácticas transnacionales, las escalas deben ir más allá.
Varios autores plantean que al analizar la realidad social un problema consiste en determinar la escala adecuada, puesto que aquello que es significativo para unos ámbitos, no necesariamente lo es con la misma intensidad en otros, pero cuando se trata del transnacionalismo, ¿cuál sería entonces la escala de análisis correcta?:
La selección de una escala como punto de partida del trabajo geográfico determina la relevancia de los fenómenos, su impacto y significado, y supone considerar a la escala elegida como la más apropiada, al mismo tiempo que se presenta como inevitable e implícita a todo estudio que parta de acontecimientos específicos que suponen coordenadas espacio-temporales concretas (Valenzuela, 2006).
En relación con esto, autores como Gutiérrez (2001) señalan cuatro escalas: tamaño, nivel, red y relación. El tamaño se refiere al grado de detalle presentado en la cartografía, es decir, que la escala como nivel jerárquico remite a las diferencias entre lo local, lo nacional, lo regional y lo global. Por su parte, la red indica que las escalas no necesariamente deben coincidir con el área particular, es decir, no todos los estudios tienen que estar referidos al tamaño o a lo local, lo regional, etc. Y la escala como relación indica que, aunque se cambie de nivel de análisis, los elementos pueden ser los mismos, por lo que lo que son las relaciones entre los elementos lo que determina la escala:
los elementos son los mismos: para explicar los impactos locales es necesario conocer las estrategias globales y los intereses nacionales, y a la inversa, al analizar las estrategias globales no deben olvidarse los intereses nacionales ni los impactos locales: lo que cambia es el lugar que ocupan unos y otros elementos, lo que destaca en una y otra escala, es decir las relaciones (Gutiérrez, 2001: 96).
En este libro, el interés recae en la relación, ya que, como parte del mismo análisis, permite cambiar de escala: en ciertos casos se hará referencia a aspectos globales y la atención se enfocará en el suceso local.[12] Para analizar la migración en sus vínculos con el transnacionalismo la relación es de utilidad, ya que los temas que se abordan obligan a moverse en distintos niveles, aunque los elementos sean los mismos.
Se trata de trabajar desde una perspectiva donde la escala esté más allá de las relaciones obvias entre lugares con flujo migratorio, y que incorpore las interconexiones entre ellos (fronteras, orígenes, destinos) y sus redes. En tal sentido, lo transnacional es lo que induce a utilizar este tipo de escalas, ya que involucran dimensiones analíticas diversas y dejan de lado las herramientas que sitúen el análisis del espacio migratorio en un solo lugar. Si en cuanto al origen se pueden referir las implicaciones que se dan a nivel local, en determinados casos, ellas ocurren a nivel estatal o nacional; por eso es que puede hablarse de un transnacionalismo entre Axochiapan y las Ciudades Gemelas o entre Morelos y Minnesota, precisamente porque las relaciones transnacionales, como lo dicen Itzigsohn et al. (2003), pueden ser tanto estrechas como amplias. En esta investigación se apuntará a las actividades transnacionales de ambos tipos, lo que conduce a pensar, por ejemplo, en las implicaciones que tiene para Axochiapan la implementación de programas nacionales como el 3x1, el cual, en principio, fue diseñado para el nivel (o escala) nacional, pero después tuvo alcances particulares a escala local y municipal. Otro ejemplo son las leyes migratorias de algunas entidades en Estados Unidos, las cuales dificultan el ingreso de los migrantes irregulares o a los que carecen de documentos para permanecer sin problemas en el destino y restringen su circulación, a diferencia de los lugares donde las políticas migratorias son menos restrictivas, lo que puede resultar en consecuencias para los posibles migrantes en México.