Читать книгу María Luisa, Leyenda Histórica - Andrés Portillo - Страница 27

VIII.

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"Mucho tiempo viví de limosna en la casa de mi tío con el criado Sebastián que no quiso separarse de mí."

"Desatendido cual un mueble inútil y aun gravoso, porque con frecuencia me enfermaba, tuve una vida ociosa y solitaria."

"Mis días eran tristes y mis noches llenas de fantasmas."

"¡Cuántas veces lloré como un niño, serví como un criado y sufrí como un hombre!"

"Mi tío no me estimaba, era poco afable y demasiado económico; decía que sus múltiples negocios le impedían pensar en mi educación."

"Posteriormente supe que sus inclinaciones por el partido realista le obligaban á tratarme mal; no obstante, me dió el pan de la caridad y no lo he olvidado."

"Su hija Carolina era una niña rubia, con tez de azucena y ojos cariñosos que iluminaban un semblante lleno de tranquila sencillez; las líneas armónicas y esculturales de su rostro, prometían que llegada la juventud sería una belleza de primer orden."

"Sólo ella, que guardaba en su alma un tesoro de inocencia y de dulzura, condolida de mi orfandad inmensa, sostenía mis abatimientos y calmaba mis pesares cuando la permitían estar conmigo."

"Yo por mi parte, poseído siempre de una vaga tristeza, huía de su presencia como avergonzado por la situación en que la suerte me había puesto."

María Luisa, Leyenda Histórica

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