Читать книгу Micky Ondas, un goleador de otro planeta - Anibal Litvin - Страница 9
ОглавлениеPat y Del
La sede central de Som era una megaestructura con un diseño ultramoderno. Naves voladoras de los más diversos tamaños salían y entraban continuamente desde un gran estacionamiento espacial, ubicado al frente del edificio. El movimiento de tacs y de seres de otros planetas por las enormes puertas de entrada era incesante.
Luego de esquivar a miles de trabajadores y científicos que flotaban por los pasillos con sus mochilas de reacción cuántica, Mic ingresó a la oficina de sus padres. De pie, en el centro de la gigantesca habitación se encontraba Pat, su madre, realizando múltiples funciones al mismo tiempo, mientras varios drones del tamaño de una mosca volaban a su alrededor, yendo y viniendo con importante información. Al ver a su hijo, chasqueó los dedos y la sala se vació de inmediato.
–Hola, Mic –saludó secamente–. Ya me enteré de tu trabajo final. Serás el primer tac que intente encontrar una formula matemática que hoy no poseemos.
–Lo entiendo. Pero en el sorteo podría haberme tocado algo catalogado como no tan importante…
–Eso no habría ocurrido nunca –dijo la voz dulce de Del, su padre, que había aparecido por detrás–. Con tu madre hicimos un cálculo de probabilidades en el que incluimos variables tales como tu herencia genética, rendimiento académico y coeficiente intelectual y el resultado fue que solo tú tenías la idoneidad necesaria para afrontar semejante reto.
–Tenía entendido que ya no se consideraba a la genética como una variable de peso –objetó Mic mientras su interior era un estallido similar al Big Bang que desaparecía al instante.
Pat tocó un botón; en varias pantallas transparentes aparecieron imágenes de sus ancestros y con Del comenzaron a flotar entre las fotos, señalando a cada uno de ellos.
–Verás hijo –dijo la mujer–, él es Tum, tu bisabuelo. Fue el primero en establecer las variables de los viajes a mayor velocidad que la luz. A su lado se encuentra Mag, tu abuela, la primera que calculó cómo realizar la transmutación de las células para viajes interestelares.
–Cada uno de nosotros ha realizado contribuciones fundamentales para nuestra especie –señaló Pat–. Y tú tienes la oportunidad de ubicarte en un futuro junto a las fotos de estos próceres.
Entre todas las imágenes, Mic notó que había un recuadro vacío. Cuando lo señaló, sus padres guardaron silencio y finalmente Del respondió:
–Allí debía estar mi hermana pero no logró su objetivo.
–¿Y por qué no lo logró? ¿Dónde está? ¿Yo la conocí?
–Muchas preguntas hijo –replicó Pat –. Es una larga historia que ya te contaremos. Pero ahora, los tiempos apremian y debes ir a prepararte para tu viaje.
–Padre, madre… se me ha asignado un tema que tal vez no pueda resolver, en un planeta lejano, misterioso y en permanente estado de caos.
–Mira, hijo –expresó Del–, científicamente hay dos respuestas. Lo logras o fracasas. Así que irás y lo lograrás. O irás y fracasarás. Ve a prepararte.
Del salió y Mic entendió que ya no había nada que hacer. Iría a la Tierra.
¿Qué cosas viviría en ese lugar con seres tan incomprensibles como los humanos?
¿Cómo estudiaría un sentimiento, algo tan difícil de entender para un tac?
¿Qué sería la pasión?