Читать книгу Ideología y maldad - Antoni Talarn - Страница 16

E. Crueldad

Оглавление

¿En qué consiste la crueldad? ¿Cómo diferenciarla de la violencia?

Montaigne (1580) vinculaba la crueldad con el deleite del espectador. Por su parte, Schopenhauer (1819), el gran filósofo del pesimismo crítico, apuntaba en el mismo sentido, y sugería que la crueldad es el sufrimiento ajeno vinculado con el deleite del que lo inflige. Ideas que han llevado a algunos autores a definir la crueldad como la «violencia por la violencia», siendo el sufrimiento del otro un fin en sí mismo, sin mayores consideraciones (Wieviorka, 2003).

Obviando, por el momento, las motivaciones de la crueldad, coincidimos con Mosterín cuando la define como:

[…] el maltrato doloroso e intencional de una persona o de un animal indefenso, alargando o incrementando su dolor sin necesidad alguna. Este aumento deliberado e innecesario del sufrimiento de la víctima es la esencia de la crueldad11.

Basándonos en este autor, proponemos definir la crueldad como:

[…] una violencia extrema, desmesurada, innecesaria12 y persistente, aplicada sobre un ser indefenso, que pretende el aumento y la prolongación de su sufrimiento.

De lo expuesto anteriormente se deriva que toda crueldad es violencia pero no toda violencia es cruel. Por ejemplo, si nos referimos a una muerte violenta, un asesinato, pongamos por caso, veremos que se puede matar con o sin crueldad13. En ocasiones, la muerte es el escape de la crueldad, ya que la misma clausura la agonía de la víctima.

Del mismo modo se puede ejercer la crueldad sin llegar a matar, aplicándola con una lógica que veremos en los capítulos de la segunda parte de este texto.

La crueldad es un asunto exclusivamente humano. No solo porque la hemos vinculado a la violencia, sino porque su existencia en el mundo animal es anecdótica. Los animales no pueden imaginar ni disfrutar con el padecer de sus víctimas. Si el gato, a veces, juega con el ratón antes de matarlo y devorarlo se debe a mecanismos relacionados con la depredación, no con el incremento intencional del sufrimiento del desdichado roedor.

Para terminar, se hará necesario insistir en una cuestión: la crueldad no es propia de patología mental alguna o exclusiva de seres que quisiéramos creer que son monstruos. La crueldad es una condición potencial de cualquier sujeto (Bezerin, 2010). Aunque esta parece ser una afirmación muy rotunda, creemos que la lectura de nuestro texto así lo demuestra, porque independientemente de los conflictos, las alteraciones psicológicas o la personalidad de cada cual, la crueldad se puede verificar, o no, en función de condiciones sociales y culturales determinadas, como veremos más adelante.

Ideología y maldad

Подняться наверх