Читать книгу La conjura de San Silvestre - Antonio Jesús Pinto Tortosa - Страница 7

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«Y al son burlesco de los gavilanes que rasguean sobre el papel, me río de mi pueril vanidad. ¿Vivirán estos apuntes más que la mano que los escribe? Por sí o por no, y contando con que ha de saltar, andando los tiempos, un erudito rebuscador o prendero de papeles inútiles que coja estos míos, les sacuda el polvo, los lea y los aderece para servirlos en el festín de la general lectura, he de poner cuidado en que no se me escape cosa de interés, en alumbrarme y guiarme con la luz de la verdad, y en dar amenidad gustosa y picante a lo que refiera; que sin un buen condimento son estos manjares tan indigestos como desabridos».

Benito Pérez Galdós, Las tormentas del 48. ­

«La novela debe contar de los tres elementos tradicionales, clásicos, esenciales. ¿Me entiende usted? Y esos tres elementos de que le hablo, amigo Maello, dejémonos de gaitas y de modernismos, son: planteamiento, nudo y desenlace. Sin planteamiento, nudo y desenlace, por más vueltas que quiera usted darle, no hay novela. Hay… ¿quiere usted que se lo diga? ¡Pues no hay nada, para que lo sepa! Hay fraude, y Modernismo».

Camilo José Cela, La Colmena.

«And who are you, the proud Lord said,

that I must bow so low?

Only a cat of a different coat,

that’s all the truth I know.

In a coat of gold or a coat of red,

a lion still has claws,

and mine are long and sharp, my Lord,

as long as sharp as yours».

George R. R. Martin, The Rains of Castamere.

La conjura de San Silvestre

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