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I

DE LA REALEZA

(FRAGMENTOS)

1

La historia comienza con Eneas, hijo de Anquises, el hijo [1 ] de Capis, que floreció en la guerra de Troya. Después de la toma de Troya, huyó y, tras un largo peregrinaje, llegó a un lugar de la costa de Italia llamado Laurento, en donde aún se muestra su campamento, y a la playa la llaman «playa de Troya» en recuerdo de aquél. Entonces era rey de los pueblos aborígenes 1 de esta parte de Italia, Fauno, el hijo de Marte, que dio en matrimonio, a Eneas, a su hija Lavinia y le entregó un pedazo de terreno de 400 estadios de perímetro. Aquí fundó una ciudad que llamó Lavinio por su mujer. Tres años más tarde, a la muerte de Fauno, Eneas recibió la realeza en virtud de su parentesco por matrimonio y dio el nombre de «latinos» a los aborígenes en recuerdo de su suegro Latino Fauno. Tres años más tarde aún, Eneas murió a manos de los rútulos, un pueblo etrusco, en una batalla por causa de su esposa Lavinia, que había sido prometida precisamente al rey de aquéllos. Le sucedió en el trono Eurileón, llamado Ascanio, que era hijo de Eneas y de Creusa, hija de Príamo que había sido su mujer en Troya. Sin embargo, hay quienes dicen que Ascanio, su sucesor en el trono, era hijo de Lavinia.

[2 ] Al morir Ascanio cuatro años después de la fundación de Alba —pues también él fundó una ciudad, a la que llamó Alba, y la pobló con colonos de Lavinio 2 —, le sucedió en el trono Silvio. Dicen que Silvio tuvo un hijo llamado Eneas Silvio, y éste, uno llamado Latino Silvio, y éste, uno llamado Capis, y éste, uno llamado Cápeto, y éste, uno llamado Tiberino, y éste, uno llamado Agripa, y éste, uno llamado Rómulo que fue alcanzado por un rayo y tuvo un hijo llamado Aventino, del que fue hijo Procas. Todos llevaban el sobrenombre de Silvio. Procas tuvo dos hijos, el mayor se llamaba Númitor y el más joven, Amulio. Cuando el hijo mayor recibió el trono de manos de su padre, al morir éste, el más joven se lo arrebató por la fuerza y la violencia. También dio muerte a Egesto, el hijo de su hermana, y a Rea Silvia, la hija de su hermana, la hizo vestal para que no tuviera hijos. Su carácter apacible y clemente salvó a Númitor de una conspiración contra su vida. Silvia quedó embarazada en contra de la ley; Amulio la encarceló para castigarla y entregó los dos hijos que tuvo a unos pastores para que los arrojasen a un río cercano llamado Tíber. Los niños eran Rómulo y Remo. Por línea materna descendían de Eneas, pero el linaje paterno es desconocido 3 .

(Focio, Bibl . 16b4 Bekker)

1 A

Sobre Remo y Rómulo. Después de la toma de Troya, en el día octavo del mes de diciembre, Eneas, huyendo al monte Ida, pasó a través de los aqueos que le abrieron paso, pues iba cargado con las imágenes de los dioses y con su familia. Y ellos dicen que no soportaba verlos, sino que, en repetidas ocasiones, suplicó a los bárbaros que devolvieran Helena a los aqueos. Y reuniendo allí a un puñado de frigios, partió hacia Laurento, y tras desposar a Lavinia, hija de Latino, rey de los aborígenes, fundó una ciudad y la llamó Lavinio por su mujer. Cuando murió Latino, a los tres años, al recibir en herencia el reino, dio el nombre de latinos a los aborígenes en recuerdo de su suegro. Y de nuevo, a su vez, al cabo de otros tres años, Mezencio, rey de los rútulos, entabló con Eneas una guerra, debido a que Lavinia le había sido prometida en matrimonio antes a él, y lo mató. Por tanto, Ascanio asumió en su lugar la realeza. Éste, subestimando a la ciudad de Lavinio como de poco valor, fundó otra al pie del monte Albano y la llamó Alba. A ésta, tras detentar la soberanía durante treinta años, la arrasaron los romanos hasta el punto de que no quedó en pie ni un solo edificio. A Ascanio le sucedió, en tercer lugar, Silvio, y después, en cuarto lugar, otro Eneas. A éste, en quinto lugar, le sucedió Latino, y a él, en sexto, Capis. El séptimo rey fue Cápeto y el octavo, Tiberino. El noveno rey, tras él, fue Agropas y el décimo, Rómulo, el onceavo fue Aventino, el doceavo, Procas y, en decimotercer lugar, reinaron Númitor y Amulio. El padre de éstos dejó el reino a Númitor, que era el mayor, pero Amulio, su hermano, tras rechazarlo, se hizo con la corona. Y, por miedo a su venganza, mató durante una cacería a Egesto, el hijo del que había sido rechazado, y también por temor a que la hermana de éste pudiera concebir un hijo, la hizo vestal. Pero ella quedó embarazada, según dijo, de Marte, cuando cogía agua de su fuente y dio a luz a Remo y Rómulo. Por consiguiente, Amulio la encerró y entregó sus hijos para que fueran arrojados al Tíber, llamado Tibris en aquel entonces. Los que cogieron a los niños, que eran unos pastores, los llevaron al río y colocaron el cesto en el agua, al principio, entre sus pies, pero el río se desbordó y, al marcharse ellos, el agua se retiró poco a poco, de manera que las criaturas se encontraron en terreno seco y una loba que se acercó al cesto los alimentó.

Laurentia la mujer de Féstulo, un pastor (...).

Al hacerse hombres éstos 〈se entregaron a〉 la piratería, y a Remo, apresado cuando atacaba los territorios de Númitor, lo condujeron ante Amulio, el cual lo envió a su hermano Númitor pensando que, como había sido objeto de su pillaje, se vería obligado a castigarlo. Sin embargo, éste, a la vista del muchacho, conjeturando el tiempo de su exposición y lo demás, sospechó la verdad y se preocupó de su educación. Y Rómulo asustado y enterándose, por Féstulo, de lo referente a él y a su hermano y de que su madre estaba encerrada prisionera, tomó un puñado de pastores con los que llevó a cabo un ataque y, después de matar a Amulio, mostraron a los albanos a Númitor como rey y fundaron una ciudad junto al río en el que habían sido expuestos y alimentados y en el que, tras su crianza, se habían entregado al pillaje. A esta ciudad le dieron el nombre de Roma, llamada en aquel tiempo «cuadrado», porque su perímetro era de dieciséis estadios y cada lado tenía cuatro estadios.

(Excerpta anon. biz ., ed. por TREU a partir del Par. suppl. gr . 607A)

2

El libro primero contiene los hechos y obras de los siete reyes, Rómulo, Numa Pompilio, Anco Hostilio, Anco Marcio —un descendiente de Numa—, Tarquinio, Servio Tulio y Lucio Tarquinio, hijo del otro Tarquinio 4 . El primero de éstos fue el fundador y colonizador de Roma y, aunque gobernó más como un padre que como un monarca absoluto, sin embargo, fue asesinado, o según refieren otros, hecho desaparecer. El segundo, después de reinar no menos que el primero, sino incluso más, murió a la edad de (...). El tercero murió por causa de un rayo. El cuarto acabó sus días víctima de una enfermedad. El quinto fue asesinado por unos pastores. El sexto también perdió la vida asesinado igualmente. El séptimo fue expulsado de la ciudad y despojado de su realeza por violar las leyes. Desde aquel momento se acabó la monarquía y el poder fue transferido a los cónsules.

(FOCIO , Bibl . 15b22 BEKKER )

3

Y ella (Tarpeya), esperando a que su padre estuviera ausente, le prometió a Tacio entregarle la guarnición.

(Suda , s. v. Tátios y phyláxasa )

4

A una orden de Tacio, arrojaron el oro contra la joven hasta que, herida, sucumbió bajo el montón de oro.

(Suda , s. v. litházo y éste )

5

Cuando Tacio declaró la guerra a Rómulo, fueron las mujeres de los romanos, que eran hijas de los sabinos, las que hicieron la paz. Avanzando hasta el campamento de sus padres con las manos tendidas, les mostraron a los hijos habidos ya de sus esposos y testificaron que éstos no habían cometido ningún exceso contra sus personas. Pidieron a los sabinos que se apiadaran de ellos mismos, de sus yernos, de sus nietos y de sus hijas, y que pusieran fin a una guerra impía entre familiares o mataran, en primer lugar, a aquellos culpables de la guerra. Los padres, movidos a compasión, tanto por sus propias dificultades como por piedad hacia las mujeres, y al comprender que los romanos no habían hecho estas cosas por arrogancia sino por necesidad, entraron en negociaciones con ellos. Rómulo y Tacio se reunieron en la calle conocida, a partir de entonces, como «sacra» y pactaron sobre estas condiciones: que ambos, Rómulo y Tacio, serían reyes y que los sabinos que entonces servían bajo las órdenes de Tacio y cualquier otro de ellos que quisiera podían fijar su residencia en Roma con los mismos derechos y bajo las mismas leyes que los romanos.

(Exc. de las embajadas de los pueblos 1, pág. 516)

6

El general, al enterarse por uno de sus huéspedes privados, se lo comunicó a Hostilio.

(Suda , s. v. idióxenos )

7

Le censuraban a él cuán equivocadamente había arriesgado todo, confiado en el poder de los tres hombres 5 .

(Suda , s. v. blásphēmos )

8

Hacer la paz en los términos que los sabinos estimaran justos.

(Suda , s. v. dikaioûn )

9

Compró los tres libros por el precio de uno.

(Anecd ., ed. BEKKER , pág. 180, 15)

10

Horacio era un lisiado. No pudo obtener el consulado ni en la guerra ni en la paz, a causa de la incapacidad de sus piernas.

(Suda , s. v. akhrēstía y Orátios )

11

Los cónsules ofrecieron los juramentos y manifestaron que cederían en todo antes que en la vuelta de Tarquinio.

(Suda , s. v. prosḗsesthai )

12

Tarquinio incitó a los sabinos contra los romanos. Claudio, un sabino influyente de la ciudad de Regilo, no permitió que los sabinos violaran el tratado, hasta que, al ser condenado por esta conducta, huyó a Roma con sus familiares, amigos y cinco mil esclavos. Los romanos concedieron a todos ellos un lugar para habitar, tierra para cultivar y los hicieron ciudadanos. Claudio fue elegido miembro del senado gracias a sus gloriosos hechos de armas contra los sabinos. Y una nueva tribu recibió su nombre.

(Exc. de virt . 1, pág. 216)

13

Los latinos, aunque aliados de los romanos, hicieron la guerra contra éstos... Los latinos acusaban a los romanos de que los despreciaban, pese a que eran sus aliados y les unían lazos de consanguinidad.

(Suda , s. v. énspondos y páresis )

1 Primitivos habitantes del Lacio, según la tradición indígena, que los considera como autóctonos. Después fueron llamados «latinos», tomando el nombre del rey Latino. Sin embargo, el problema de los primeros pobladores del Lacio, núcleo a partir del cual surgiría Roma, es bastante complejo. Otro sector de la tradición antigua consideraba a los sículos como los habitantes más antiguos del Lacio. Esta teoría arrancaba del historiador siciliano Antíoco que hacía a Sículo nativo de Roma. Timeo y la analística romana la desarrollaron a partir de Fabio Píctor. Otros entroncan a los ligures con estos pobladores primitivos del Lacio (cf. G. DE SANCTIS , Storia dei Romani , vol. I, 2.ª ed., Florencia, 1956, págs. 170 sigs., en adelante citado: DE SANCTIS ).

2 Hay que observar aquí la fusión perfecta de la leyenda de Alba con la troyana: los fundadores de Roma proceden de Alba, que, a su vez, fue fundada por Ascanio, hijo de Eneas, emigrado de Lavinio. Arranca esta fusión de Fabio Píctor y fue seguida, en general, por los historiadores romanos (sin embargo, Nevio y Ennio difieren, cf. DE SANCTIS , I, pág. 199).

3 Ésta es la leyenda de los orígenes de Roma que narran, con muchas variantes de detalle pero acordes en lo sustancial, los escritores de la época de Augusto. Hay elementos bastante dispares según la época y el origen.

4 La lista de los siete reyes estaba fijada en época muy antigua, porque no se tiene en la tradición ninguna variante ni para el orden ni para los nombres, por lo que no puede ser posterior a la aparición de la historiografía oficial en el siglo IV . De otro lado la leyenda de la etapa regia tiende, sobre todo, a explicar de manera bastante sencilla instituciones religiosas y civiles muy antiguas.

5 Los Curiacios, tres hermanos de Alba que se enfrentaron a los Horacios, tres hermanos de Roma. Se trata de una leyenda que se inserta en la relativa a la lucha entre Roma y Alba.

Historia romana I

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