Читать книгу Wink, Poppy, Midnight - April Genevieve Tucholke - Страница 12

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Yo se la habría entregado a Leaf en cuanto me la hubiese pedido, pero jamás lo hizo, así que decidí dársela a Midnight.

Midnight, con sus grandes ojos entornados y el corazón saltándole del pecho, los suspiros, la suavidad, los besos. Lo odié por eso, lo odié de verdad.

Lo odié, lo odié, lo odié.

Mis padres creían que yo aún era virgen. Nunca hablaban de sexo en mi presencia, se negaban a aceptar que había crecido, porque querían que fuera su estúpido angelito para siempre. Y eso me ponía furiosa, furiosa, furiosa por dentro, todo el tiempo, todo el tiempo. Usaba las faldas más cortas que encontraba y los tops más escotados. Ay, cómo se retorcían buscando en mí alguna parte que no fuera sexual donde posar sus ojos, para poder mantener la imagen que siempre habían tenido de mí.

Mis padres seguían regalándome muñecas que eran iguales que yo: rubias, de ojos grandes y labios rojos y carnosos. Y cada vez que veía una nueva caja sobre la mesa de la cocina, envuelta en papel rosa y con mi nombre, sabía que esa misma noche me encontraría golpeando la ventana de Midnight para que me dejara entrar y así demostrarme a mí misma lo antiangelical que era.

La mayoría de la gente lleva vidas de silenciosa desesperación. Leaf decía eso a menudo. Es la cita de un hippie de esos que abrazan los árboles, que llevó una vida aburrida en el bosque hace mil años, y es probable que Leaf creyera que me abriría los ojos, que me volvería más sabia y me conectaría con mi ser más profundo, pero lo único que logró fue que me dieran ganas de arrancarme toda la ropa y correr gritando por el pueblo.

Si iba a llevar una vida de desesperación, no sería silenciosa sino escandalosa.

Wink, Poppy, Midnight

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