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El Pocho revive II

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Primeros días de agosto del 2007. El frío es insoportable y anuncian temperatura en descenso. Congelado y lleno de dudas, voy a entrevistar a una compañera.

Al instalarme en el pasado, en el que vivíamos a los saltos, me olvidé del frío y del calor.

—Lo conocí en los primeros meses de 1972. Yo estaba en un equipo con Lola (Ivonne Trías) y el Peladito (Carlos Rodríguez Mercader).

—El Pocho era el encargado de la Liga y lo veía muy seguido. El sector4 tenía tres Ligas compartimentadas entre sí y con autonomía de funcionamiento. Cada una tenía tres equipos. Había una cuarta Liga de Información.

Hoy en día sus ex integrantes siguen hablando de Chola, el sector de la organización política (FAU), que se fué especializando en resistencia armada, expropiaciones y apoyo técnico a la lucha de clases. No existía el concepto de «sector militar». Tampoco había columnas con sus comandantes o jefes. Encargado, era el nombre adecuado a las funciones cumplidas.

—El Pocho era... (piensa)... sentirse segura.

—Aprendí con él a moverme en la calle, hacer filtros y ser una más entre la gente, sin llamar la atención. Nuestro accionar era prolijo.

—Poseía un sexto sentido para darse cuenta que algo andaba mal, que había un detalle que chirriaba y al toque decidía levantar una operación o el raje, si era necesario.

—Tenía mucha calle y aprovechaba al máximo su conocimiento del mundo del hampa y todos sus recursos.

—La seguridad de cada uno es la seguridad del colectivo, decía. Y tenía razón.

—Tenía autoridad. Preveía las cosas que iban a pasar y no se equivocaba en su juicio sobre la gente. Ahh... y tenía humor.

—Queda pensativa. Luego dice sonriendo: «Nos divertíamos».

—Volvimos a trabajar juntos en Buenos Aires, en 1973. Él había llegado antes que yo y en poco tiempo se fue ubicando en la ciudad.

—La dominó con su estilo de ir viendo, escuchando, conociendo las diferentes partes de ese monstruo que es Buenos Aires, con sus 9.000.000 de habitantes.

Estafar un banco... ¡Qué placer!

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