Читать книгу Estafar un banco... ¡Qué placer! - Augusto "Chacho" Andrés - Страница 32

El Lolo dice lo suyo:

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—Con mi viejo éramos compañeros.

—Íbamos a hacer los mandados juntos y conversábamos.

—A veces me llevaba en el auto, sentado en las rodillas.

—Quería que aprendiera a boxear. Hay que saber defenderse en la vida, decía. Un día, vas a tener que cuidar a tu madre y a la Negrita.

—No abuses de los demás. Pero si tenés que pelear con uno más grande que se hace el vivo, dale con un fierro en la cabeza, si podés.

—La vieja lo buscó toda la vida. Cuartel por cuartel. A veces con nosotros a rastras. Después que salieron los presos, nos fuimos desilusionando.

—Yo tenía 7 años y me acuerdo de todo. Y estoy orgulloso de tener un padre como el que tuve. Desde chiquito, con la cabeza bien alta, decía que a mi padre lo mataron los milicos...

Sigamos el camino. Dejemos por ahora, a esta figura de los mil apodos, y que su recuerdo permanezca entre la gente.

Lo despedimos, con «El Matrero», de Ruben Lena

La leyenda abre camino,

en las ruedas de fogón.

Y en medio de la emoción

pasa la sombra de Aquino

Allá va... Allá va...

1. Nombre en clave de la OPR33, vieja estructura militar de la FAU, que en julio de 1975 pasa a formar parte del recientemente constituido Partido por la Victoria del Pueblo (PVP).

2. Acción directa anarquista: Una historia de FAU; Tomo III; MECHOSO, C. Juan, Montevideo: Recortes, 2006

3. Idem anterir

4 La FAU tenía dos «patas» o sectores, el armado y el de masas. Cada sector estaba integrado por un número variado de Ligas, que a su vez estaban compuestas por equipos, que eran las células de base de la organización.

Estafar un banco... ¡Qué placer!

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