Читать книгу Por qué volvías cada verano - Belén López Peiró - Страница 18

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Y así me entregabas, cada verano, y así me recibían, como parte de pago. Era un paquete que depositabas en diciembre, después de terminar el colegio, y retirabas en marzo, toda cogida. Una virga de llegada y un desecho de salida, un vale que canjeaban meses más tarde por regalos.

Y vos seguías ahí, inmutable. Sin entender que lo único que necesitaba era que me veas y te quedes. Que no me sueltes la mano. Que me enseñes a respetarme, que te hagas cargo. Que me busques al ver mi cama vacía. Que recibas mis llamados y descifres mi llanto. Que tomes el primer micro y me busques en el medio de la noche, justo cuando él empezaba. Que tejas mi pullover en invierno y cosas a mano mi traje de la murga. Que vayas a las reuniones de padres, a los actos del colegio. Pero también que le pegues un tiro y me lleves con vos. Sí, con vos. Que saques la vista del celular y me mires a los ojos. Que estés. Que no me entregues.

Por qué volvías cada verano

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