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Capítulo 1: CÓMO IDENTIFICAR LA ASERTIVIDAD
ОглавлениеEstás en una tienda de ropa. Te has probado diferentes vaqueros y camisetas. En realidad, nada te ha gustado, no es lo que andabas buscando. Pero te han atendido muy bien y la dependienta ha sido encantadora. Inexplicablemente, acabas comprando unos vaqueros.
Estás acabando de comer con unos amigos, es la hora de los cafés. El camarero trae una bandeja con los diferentes tipos de café que cada uno ha pedido. Sobra un cortado, y aunque tú has pedido un café solo, te oyes decir a ti mismo: «Va, no importa, yo me lo tomaré».
Llevas ya un rato en la cola de la caja del supermercado, y justo cuando es tu turno una señora mayor te pregunta: «¿Me dejas pasar? Solo llevo un par de cositas.». En realidad, tú no quieres cederle el paso, pero le dices: «Claro, adelante».
La conferencia a la que has asistido ha acabado. Te ha encantado; es más, te ha parecido fascinante. Tienes muchas ganas de acercarte y decirle al ponente cuánto has disfrutado y aprendido. Pero te vas, no te atreves.
Tienes guardia en el hospital este fin de semana, pero te ha surgido un plan perfecto. Llegas a primera hora con la idea de pedirle a uno de tus compañeros, en realidad tu amigo, que te cambie la guardia para poder hacer esa escapada. Cuando lo tienes delante, eres incapaz de hacerlo.
Tu amiga vuelve a llegar tarde. Estás enfadada y te gustaría decírselo. Pero solo eres capaz de poner mala cara y estar seria durante todo el tiempo.
¿Te has reconocido en alguna de estas situaciones? Todas son ejemplos en los que los protagonistas no son asertivos.
La asertividad es la habilidad para expresar de forma clara y directa lo que uno piensa, siente o desea.
Todo ello, claro está, sin resultar agresivo: manipulador, intimidatorio, falso, irónico o deshonesto de algún modo.
Aunque no hay una fórmula precisa de cómo ser asertivo en cada situación, estos son ejemplos de cómo los protagonistas de las historias anteriores hubieran podido ejercer su asertividad.
En la tienda de ropa, Antonia podría haber dicho: «Muchas gracias por tu amabilidad y paciencia, pero en realidad no he encontrado lo que andaba buscando».
Andrés, a la hora de los cafés podría haber reaccionado diciendo: «No, lo siento, yo no te pedí un cortado, sino un café solo. Por favor, ¿podrías traérmelo?».
Juan habría podido decir para ser asertivo: «No, señora, no. La verdad es que preferiría que usted hiciera la cola como todo el mundo».
Carlos se podría haber acercado al conferenciante y decirle: «Muchas gracias por esta magnífica conferencia. No solo he aprendido un montón, sino que además he disfrutado. Soy un gran seguidor de tu trabajo».
En el hospital, Ángeles podría haber disfrutado de su fin de semana si le hubiera dicho a su compañero: «Ramón, me gustaría que me hicieras la guardia del fin de semana. Me ha surgido un plan que me apetece mucho, ¿cómo lo tienes?».
La relación de Celia con su amiga probablemente mejoraría si ella le hubiera dicho: «Mira, cada vez que llegas tarde, me siento fatal pensando que no soy importante para ti. Quiero que hagas algo con esto, hay que solucionarlo».