Читать книгу También puedes decir "no" - Carmen Pastor - Страница 4
1.3 Tú eres mucho más importante que yo
ОглавлениеEn el polo opuesto de este continuo se sitúan los individuos predominantemente pasivos. Su forma de pensar también es peculiar. Aprendieron a quedarse siempre en un discreto segundo plano, a no molestar, a no llamar la atención. Tienen un miedo intenso a que los demás piensen mal sobre ellos y a ser rechazados. Esa fuerte convicción los lleva a creer que las opiniones de los demás son mejores que las suyas o a rehuir el potencial conflicto que supondría expresar sus ideas en caso de ser contrarias a las del resto. Olvidan o ni siquiera saben que tienen sus propios deseos, derechos o necesidades, como todo el mundo. Su autoestima es baja y depende de cuán aprobados se sientan por los demás. No es raro encontrar personas con esta estructura psicológica que aguanten situaciones abusivas de pareja, familia, amistad o trabajo.
La ansiedad, el miedo a la descalificación, es la emoción habitual. Temen no caer bien, hacer el ridículo, que se enfaden con ellos, dar una mala imagen, no ser queridos o perder relaciones. Afrontan muchas situaciones sociales en estado de alerta, anticipando mentalmente todo tipo de desgracias. Una proporción importante de estas personas acaba desarrollando fobia social, tristeza intensa o incluso depresión.
Su comportamiento es escaso, insuficiente. Rehúyen cualquier situación que, desde su punto de vista, implique peligro social: expresar opiniones y sentimientos, decir «no», hacer peticiones o defender derechos básicos del consumidor. En casos severos, hablan poco, gesticulan poco, les cuesta sostener la mirada, su volumen de voz es insuficiente y se sitúan estratégicamente en contexto de grupo en los sitios donde creen que van a pasar más desapercibidos. Sin embargo, de vez en cuando, pueden tener un intenso estallido de enfado y agresividad. Sucede tras la acumulación de la frustración que les hace sentir ser víctimas de trato injusto, abusivo o manipulativo.
Esta forma de actuación social, ser tan complacientes, consigue la aceptación social, pero no en la mejor de sus versiones. No suelen ser rechazados, pero no alcanzan un grado de intimidad y confianza importante. A veces, la gente opina de ellos que son débiles, sin personalidad o poco de fiar. En casos extremos, cuando el comportamiento es muy exagerado, se les margina, lo que no deja de ser paradójico, porque todo su comportamiento iba encaminado precisamente a que esto no sucediera.