Читать книгу El escalón - Carmen Suero - Страница 5
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ОглавлениеMe llamo Lucía, pareciera que mi nombre refiere al pasado y esto me molesta en cierto modo, porque yo soy fan del presente, y preferiría llamarme Lucero, o Luz, pero soy Lucía, y ya estoy casi dentro de ese subgrupo de la humanidad al que nombran «cuarentones».
Mi interés particular es el ser humano, no he dejado de investigar sobre el ser humano desde que, con seis años, un día jugando a pillar con otros niños en la plaza de la iglesia, llegué corriendo a refugiarme en la mesa del bar donde estaban todos los papás. Me senté como un rayo en una silla en la que el culo enorme de una persona estaba a punto de acomodarse; ante mi invasión, volvió con sobresalto a la postura vertical con cara de espanto, creo que más porque estuvo a punto de aplastarme que porque le quitara el sitio. Las risas estallaron al unísono, fue tan grande el ridículo que sentí que, como un rayo, tal y como había entrado, salí para ser pillada.
He investigado a través de mis vivencias personales, laborales, sociales, a través del análisis, la observación, la deducción, la lógica, respondiendo a mi particular manera de pensar. Algunas conclusiones a las que fui llegando sobre la naturaleza humana son que, por lo general, da miedo separarse de lo común, da miedo la soledad, da miedo la libertad, el amor, sentir, da miedo la vida, el miedo no deja vivir. Evidentemente, son mis conclusiones, y simplemente me sirven para hacer algo con lo inentendible; solo nos queda buscar la manera de entender, tolerar, aceptar y bregar entre todas nuestras glorias y miserias, propias y ajenas, sin que engullan a nuestro ser. Creo que la mayor lucha en la vida, o quizás la única, es conseguir que nuestro ser sea libre, que se desate de las cadenas con que el mundo lo sujetan, y se zafe de los juicios y sentencias. La vida es poder escucharnos entre los ruidos del mundo y defender nuestro ser de las razones que lo ahogan bajo el mandato del miedo.
Había cosas que, sin saber, sabía, hasta que me encontré en un escalón donde lo no sabido me habló para decirme que el amor no se pide, que la verdad hace libre, y que, quien arriesga, siempre algo gana, aunque pierda.