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2.1. SOBRE LA CANALIZACIÓN DEL PAGO DE IMPORTACIONES Y EL PRINCIPIO DE COINCIDENCIA 2.1.1. REGLAS GENERALES

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La DCIN-83 reglamentó en su capítulo 3 la forma en que se deben canalizar y declarar las divisas por ese concepto señalando que los “residentes deberán canalizar a través del mercado cambiario los pagos para cancelar el valor de sus importaciones”.

Eso significa que el importador residente en Colombia debe transferir las divisas correspondientes al pago de sus importaciones, incluso los pagos anticipados –aquellos realizados antes del embarque de la mercancía–, a través de los mecanismos autorizados, so pena de incurrir en una infracción cambiaria por el 100% del valor dejado de canalizar, salvo en casos debidamente justificados ante la autoridad cambiaria, como lo establece el artículo 3.º del Decreto 2245 de 2011.

La canalización de las divisas debe ser declarada en la forma establecida por la regulación cambiaria que la divide así:

– El titular de la operación debe declarar la canalización a través de un IMC mediante la presentación de la declaración de cambio, suministrando la información de los datos mínimos exigida en el numeral 3.5 del capítulo 3, lo que anteriormente era el Formulario n.º 1.

– En el caso de canalización a través de la cuenta de compensación cuyo titular sea el importador –salvo casos debidamente autorizados–, la operación cambiaria se debe declarar directamente ante el BR con la presentación del Formulario n.º 10[7].

Adicionalmente el capítulo 3 de la DCIN-83 indica que las divisas deben ser giradas directamente al acreedor, su cesionario o a los centros o personas que adelanten en el exterior la gestión de recaudo y/o pago internacional, sean residentes o no residentes.

Lo anterior significa que debe haber una coincidencia o identidad entre el importador que canaliza las divisas para realizar el pago de sus importaciones y el proveedor que se constituye en su acreedor, lo que da lugar a la aplicación de un principio que lleva el mismo nombre: coincidencia o identidad.

Finalmente, ratifica dicho capítulo una prohibición en virtud de la cual los residentes no podrán canalizar pagos de importaciones que hayan sido realizadas por terceros.

Visto lo anterior, tenemos que a partir de la regulación cambiaria surge lo que las autoridades han denominado el principio de identidad o coincidencia, conforme al cual el importador que figura en los documentos aduaneros que soportan la operación, y que generalmente consisten en la declaración de importación8, es el único facultado y al mismo tiempo obligado a reembolsar al exterior el valor de la compra realizada a favor de su acreedor, y excepcionalmente al cesionario o delegado para el pago (centro internacional de recaudo). De lo contrario la infracción administrativa será sancionada conforme al artículo 3.º del Decreto 2245 de 2011, salvo que se trate de casos debidamente justificados.

El BR (2017) se pronunció al respecto en el Oficio 04003 indicando que, a pesar de referirse al pago de exportaciones, abarcan también operaciones de importación:

En el caso de las operaciones de cambio de obligatoria canalización definidas en los artículos 2.17.1.4 del Decreto 1068 de 2015 y 7 de la R8/2000 de la JDBR ello significa que es el titular de la operación de cambio, es decir su deudor o acreedor (en este caso quien figure como exportador en los documentos aduaneros), quien debe comprar y/o vender las divisas correspondientes al pago de las operaciones y suministrar la información de los datos mínimos de la operación (declaración de cambio).

Por su parte, en el Concepto n.º 005207 de 2010, actuando como autoridad doctrinaria en materia sancionatoria cambiaria, la DIAN ha concluido sobre el mismo tema que

… las obligaciones canalizables a través del mercado cambiarlo deben cumplir con el principio de identidad, “el cual debe entenderse como la obligación de pagar o reintegrar las divisas derivadas de la operación de cambio por parte del residente en Colombia que realiza la respectiva operación”.

De esa manera, señala el Banco,

… los pagos al exterior los debe realizar única y exclusivamente quien efectuó la importación de bienes directamente al acreedor, su cesionario o a centros o personas que adelanten en el exterior la gestión de recaudo y/o pago internacional, se trate de residentes o no residentes.

Una operación a la que merece la pena referirse consiste en la importación de bienes originada en la venta de mercancías entre dos residentes cambiarios. En ese tipo de situaciones entran en conflicto el principio de identidad o coincidencia con el que establece que las operaciones cambiarias internas (entre residentes) se debe cumplir en moneda legal.

En ese sentido se manifestó la DIAN (2010) en el Concepto n.º 059903:

Por remisión del BR mediante Oficio n.º DCIN-07944 de mayo 4 de 2010, de su consulta radicado número 12366 de marzo 23 de 2010, damos respuesta a la inquietud relacionada con la normatividad aduanera aplicable a las mercancías que son vendidas en Colombia por residentes en el país para su posterior importación.

Es de anotar que el BR en la respuesta dada al consultante sobre el tratamiento cambiario que se debe dar a la venta internacional de bienes para su posterior importación señaló:

“De otra parte, si se trata de una operación considerada como una importación de bienes de conformidad con las normas aduaneras, debe canalizarse obligatoriamente a través del mercado cambiario (art. 7.º de la R8/2000). El importador en Colombia debe pagarla a su titular en el exterior en divisas” (art. 10.º de la citada resolución).

Teniendo en cuenta lo anterior, para el pago de la importación de bienes debe acudir al mercado cambiario (IMC y las cuentas corrientes de compensación) diligenciando para tal fin la “Declaración de cambio por importación de bienes” (Formulario n.º 1), utilizando el numeral cambiario que corresponda […].

Así las cosas, respecto de esta operación es posible concluir lo siguiente:

a. El importador deberá canalizar las divisas a su proveedor, así sea un residente;

b. En la declaración de importación que soporta la operación aduanera se debe incluir como proveedor del exterior al residente vendedor y la factura de venta que dicho vendedor emite sobre la operación;

c. Se llama la atención respecto de las implicaciones en materia de impuesto sobre las ventas, pues se debe indagar por su causación considerando que la enajenación ocurriría fuera del territorio nacional. De acuerdo con el principio de territorialidad en materia tributaria, esa transacción no estaría gravada con el impuesto sobre las ventas al no constituir un hecho generador; sin embargo, al momento de la importación es probable que se cause por otro hecho generador.

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