Читать книгу Estrés y paz interior - Cesáreo Amezcua Viedma - Страница 15
Química del estrés
ОглавлениеEl Dr. Hans Selye, padre de la investigación sobre el estrés, trazó el mapa y las rutas hormonales relacionadas con el estrés. Desde entonces los científicos han descubierto que el estrés provoca una serie de cambios químicos en el cuerpo que pueden tener serias consecuencias en nuestra salud tanto física como mental.
Durante las cinco últimas décadas la investigación ha descubierto que el estrés desencadena cambios químicos en el cerebro. Las tensiones emocionales concentran unas potentes sustancias químicas llamadas neurotransmisores que actúan como mensajeros entre las células nerviosas. Entre estos mensajeros están la serotonina, la epinefrina, la norepinefrina y la dopamina. En una investigación de Stanford un grupo de ratas fue forzado a nadar durante tres minutos en agua a 4 ºC. El examen posterior del tejido cerebral de estas ratas mostró que los niveles de norepinefrina habían descendido en un 20%, y los de epinefrina, hasta un 30 y un 40%. Los científicos también descubrieron que el cuerpo produce sus propios analgésicos o calmantes. Se trata de unas sustancias químicas parecidas a la morfina y que se conocen como endorfinas. El estrés dispara la producción de estos analgésicos, elevando nuestra tolerancia al dolor. Quizá esta sea la razón por la que los soldados gravemente heridos no sienten el dolor.
Debido a que el estrés altera el equilibrio químico del cuerpo, este se hace vulnerable a las enfermedades físicas y mentales. Por ejemplo, la depresión se ha relacionado con el bajo nivel de dos neurotransmisores: la serotonina y la norepinefrina. Igualmente, la esquizofrenia parece guardar relación con un exceso de dopamina.
Quizá los recientes hallazgos más significativos sobre el estrés sean, en estos momentos, sus devastadores efectos sobre nuestro sistema inmunológico o de defensas. La investigación científica nos dice que el cuerpo humano produce sus propias células anticancerígenas (linfocitos T). Pero la producción de estas defensas queda inhibida ante la presencia de un estrés crónico.
A finales de 1981, científicos del Instituto Salk lograron una sustancia química que activa la reacción del cuerpo al estrés. Esta se produce en una parte del cerebro llamada hipotálamo. Al hipotálamo se le considera «el cerebro del cerebro». Duplicando esta sustancia, los científicos del Instituto Salk esperan ahora producir una versión modificada de la misma, que bloquearía la reacción del cuerpo al estrés.