Читать книгу ¿Existen alternativas a la racionalidad capitalista? - Crisóstomo Pizarro Contador - Страница 12
ОглавлениеIII
Randall Collins: Cierre de las vías creativas para superar los efectos destructivos del capitalismo
Cuando el desarrollo de las tic consiga una difundida aplicación de la inteligencia artificial, dos tercios de la clase media educada quedarán desempleados. Este hecho dejaría sin ingresos a una significativa proporción de la población que carecería del poder de compra que permita a su vez asegurar la continuidad del sistema. El desempleo estructural acabará con el sistema.
Desempleo estructural condicionado por las tecnologías de la información y del conocimiento
Randall Collins concentra su análisis en el desempleo estructural generado por la amplia aplicación de las tecnologías de la información y de la comunicación (tic). El desplazamiento del trabajo humano por la tecnología es un movimiento estructural de largo plazo que podría conducir al fin del capitalismo en el próximo medio siglo y que no es comparable con el comportamiento de los ciclos económicos y las crisis financieras, los cuales pueden ser en cierta medida controlados mediante distintas medidas políticas1.
Los escapes que en el pasado salvaron al capitalismo de sus efectos sociales y económicos derivados de la innovación tecnológica —la generación de nuevos trabajos como respuesta a la destrucción del trabajo humano por el avance de las tic, la incorporación de todo el globo terráqueo a la economía-mundo— ya no estarían más disponibles hoy en la medida necesaria para contrarrestar el desempleo estructural.
A estos factores habría que sumar los límites de la “financialización” del sistema económico, la crisis de financiamiento del Estado de bienestar y la inflación de las exigencias de acreditación educacional.
En los siglos xix y xx, la mecanización del trabajo manual fue compensada por el crecimiento y diversificación de los trabajadores incorporados a las actividades económicas. La destrucción del trabajo artesanal fue sucedida por la creación de la fábrica, la invención de nuevas tecnologías y el surgimiento del sector industrial. Esto impulso a su vez la formación de nuevos tipos de trabajadores y, entre ellos, el desarrollo de la clase media.
Durante las décadas de los ochenta y noventa, terminó de completarse el desplazamiento del trabajo manual por la mecanización y, más recientemente, los nuevos desarrollos en las tecnologías de la información han provocado una fuerte reducción del empleo de la clase media en los sectores de servicios y administrativos.
Siendo la tecnología de la información una tecnología comunicacional está reemplazando el trabajo comunicativo, que es el que define mejor la esencia del trabajo de la clase media. A la mecanización del pasado hay que sumar, entonces, los desarrollos en la robótica y la electrónica, que están marcando el futuro de la estructura ocupacional.
En resumen, la disminución de la clase trabajadora a través de la mecanización fue contrarrestada por el crecimiento de la clase media. Ahora, el proceso de computarización, la Internet y la expansión de dispositivos microelectrónicos han exprimido casi completamente a la clase media.
Pero los desarrollos que probablemente provocarán un mayor impacto en la disminución del empleo procederán del avance de la inteligencia artificial, en la cual nuevas máquinas se harán cargo del proceso cognitivo que antes era desarrollado por las personas. Cuando la programación de los computadores sea hecha por los computadores, así como la creación de nuevas aplicaciones, el trabajo desempeñado por la clase media será completamente reemplazado. Esto afectaría a cerca de dos tercios de la clase media educada en los países desarrollados. El trabajo empleado en la programación de computadores no podrá ser más una ruta de escape. En el mediano y largo plazo, la cantidad de trabajos creado para las personas comparado con el trabajo realizado por los computadores será muy inferior.
Los dispositivos electrónicos que hoy concentran el entusiasmo de un creciente número de personas y que no es acompañado por la creación de un creciente número de trabajos, traerán consigo una disminución de las personas que podrán comprarlos. Esto se traducirá, en definitiva, en una crisis estructural del capitalismo.
Una reacción al desplazamiento de la clase media por los robots y computadores poseídos por una diminuta porción de capitalistas muy ricos podría ser el surgimiento de un programa anticapitalista electoralmente comprometido con la sustitución del modo de producción, distribución y financiamiento de la economía por un sistema claramente redistributivo alternativo a la división del trabajo entre capital y trabajo, dinamizado por la incesante búsqueda de acumulación de capital2.
La expansión de los mercados a la periferia
Collins considera que otra vía de escape de los efectos de la innovación tecnológica ha sido la expansión de los mercados. Sin embargo, la incorporación al proceso de globalización de la economía-mundo capitalista de zonas externas en condiciones periféricas no se traduce necesariamente en un aumento del número de empleos, porque toda la economía-mundo capitalista está dominada por el avance de las tic y su indiscutible impacto negativo en el crecimiento del empleo. Al cerrarse esta vía, no puede esperarse que la globalización de los mercados pueda traducirse en una compensación del desplazamiento tecnológico del empleo. Además, Collins, al igual que Wallerstein, estima que las zonas periféricas ya han sido copadas por el proceso de globalización de la economía-mundo capitalista.
La financialización de la economía
Tampoco es razonable esperar que la llamada “financialización” del mercado capitalista pueda llegar a ser una nueva salida. En primer lugar, porque no todos los trabajadores desplazados por el encogimiento del sector industrial y su extensivo uso de las tic serán capaces de transformarse en inversionistas especulativos viviendo de sus pingües rentas. En todo caso, los ingresos procedentes del sector financiero no suplantarían los ingresos procedentes del trabajo. Tampoco en este sector puede esperarse un crecimiento del empleo. No es posible imaginarse que la mayoría de los trabajadores en una economía automatizada puedan desempeñarse como administradores de fondos de inversión. El desplazamiento del empleo por la tecnología también está afectando los mercados financieros. O sea, no puede esperarse que todos sean inversionistas capitalistas o que todos sean empleados en el mercado financiero. Entonces, la financialización de la economía no puede considerarse como una salida a la disminución del empleo determinado por el desarrollo de las tic.
Otras vías de escape al desempleo estructural
También es dudoso que las políticas de inversión y empleo de los gobiernos puedan contrarrestar el impacto negativo de la disminución del empleo por el desarrollo de las tecnologías de la información. Como sabemos, estas políticas han sido aplicadas ampliamente y son conocidas como la solución keynesiana del Estado de bienestar. Lo que en definitiva limita este tipo de solución es la oposición del sector capitalista para financiar sus políticas de inversión. La cuarta parte de este libro desarrolla ampliamente la oposición de la derecha a las reformas tributarias destinadas al financiamiento de las políticas sociales. La oposición capitalista a la intervención del Estado no se manifiesta solamente en el ámbito de las políticas sociales, también rechaza las funciones que el Estado podría desarrollar en el ámbito de la producción.
El otro mecanismo de compensación de la disminución del empleo por el desarrollo de las tic es la inflación de las exigencias de acreditación educacional. Se ha aceptado en todos los países que el aumento en el número de las personas educadas y en el nivel de la calidad de la educación recibida son condiciones necesarias para el desarrollo. Esto ha dado lugar a un aumento de las exigencias educacionales.
Sin embargo, la creencia que promueve la expansión educacional alegando que ella se traducirá en mayor igualdad de oportunidades, desempeño económico sostenido en alta tecnología y más y mejores trabajos, ha sido severamente desmentida por la cruda realidad. Lo que sí puede observarse en los países más desarrollados es que la inflación de las acreditaciones educacionales ha servido para absorber parcialmente la desocupación generada por el desarrollo tecnológico.
El financiamiento otorgado al sector educacional que absorbe una gran cantidad de estudiantes por prolongados períodos debe ser reconocido como una importante forma de subsidio al desempleo. Estos subsidios pueden ser calificados como una forma encubierta del Estado de bienestar para mantener la sobrevivencia del sistema capitalista. Aunque no sea claramente reconocido en el hecho, la población expulsada de sus antiguos empleos encuentra en el sistema educacional una forma de sobrevivir. La educación, en efecto, ha llegado a ser uno de los mayores costos de los gobiernos, lo que, a su vez, se ha traducido en una presión para que sea privatizada, transfiriendo los costos educacionales a los estudiantes y sus familias.
1 Wallerstein, I. et al., “The Next Big Turn. Collective Introduction”, en Does Capitalism Have a Future?, 1-2 y 6.
2 Collins, R., “The End of Middle-Class Work: No More Escapes”, en Does Capitalism Have a Future?, 38-69, especialmente 60.