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ARTICULACIONES EN TORNO AL AMOR PASIÓN

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En el Seminario 1 Lacan establece que si bien la relación objetal debe someterse al marco narcisista e inscribirse en él lo trasciende, de modo tal que resulta imposible su realización en el plano imaginario, se requiere “una referencia al más allá del lenguaje, a un pacto, a un compromiso que la constituya, hablando estrictamente, como otra, incluida en el sistema general, o más exactamente universal, de los símbolos interhumanos. No hay amor que funcionalmente pueda realizarse en la comunidad humana si no es a través de un pacto”. (78) Unas clases después, en el mismo seminario, Lacan distingue el amor del deseo. Considera al deseo como la relación límite que se establece entre todo organismo y el objeto que lo satisface. El mismo se diferencia del amor cuyo objetivo no es la satisfacción, sino el ser. Por eso, solo podemos hablar de amor allí donde existe la relación simbólica. (79) El amor de quien desea ser amado es esencialmente una tentativa de capturar al otro en sí mismo, de capturarlo como objeto. La particularidad del amante no es tenida en cuenta. Tampoco lo es la del sujeto, pues a este último no le interesa ser amado por su bien, sino que exige serlo por todo. Si hay en el deseo de ser amado un predominio de las características especulares, el don activo del amor conlleva la puesta en juego del orden simbólico. Amar implica hacerlo más allá de lo que parece ser. Como don activo el amor “apunta al otro, no es su especificidad, sino en su ser”. (80) El mismo se dirige, más allá de la captura imaginaria, a la particularidad del sujeto amado. Implica tener en cuenta sus debilidades y rodeos y admitir hasta sus errores. Para poder hacer del amor un don activo se requiere de la palabra.

En el Seminario 3 Lacan se sirve del amor cortés para ubicar la forma que toma el amor en las psicosis, pues lo que sucede en el psicótico presenta analogías con “el carácter de degradación alienante, de locura, que connotan los desechos de esta práctica”. (81) En la Edad Media se marcaba una diferencia entre la teoría física y la teoría extática del amor. En el segundo caso, lo que se plantea es la cuestión de la relación del sujeto con el Otro absoluto. Lacan se pregunta “¿Qué diferencia a alguien que es psicótico de alguien que no lo es? La diferencia se debe a que es posible para el psicótico una relación amorosa que lo suprima como sujeto, en tanto admite una heterogeneidad radical del Otro. Pero ese amor es también un amor muerto”. (82) El amor extático es un amor vivo que consiste en amar a Otro radicalmente Otro. Entonces, la condición mortífera del amor en las psicosis, el sacrificio subjetivo, se cumple sólo en determinado momento, “donde la palabra está ausente, allí se sitúa el Eros del psicótico, allí encuentra su supremo amor”. (83) La abolición subjetiva en las psicosis, que se corresponde con la ausencia de la palabra, es consecuencia del agujero en el lugar de la significación fálica que surge en dicha estructura clínica efecto de la forclusión del significante del Nombre del Padre. Por eso en la psicosis el amor no puede jugarse a partir de la mediación del orden simbólico ni inscribirse bajo la definición que Lacan propone para el amor en los ´50, es decir, como “dar lo que no se tiene”. (84) Por otro lado, en las psicosis la relación con el Otro radical se manifiesta a partir de una situación en espejo, es decir, el Otro se le presenta al sujeto a nivel del orden de lo imaginario. (85)

El amor cortés es una respuesta que se dio en un lugar y un momento preciso de la historia frente al problema de cómo dar forma al amor. Dicho “amor ideal” se caracterizaba por un sacrificio total de un ser al otro llevado a cabo sistemáticamente. Comportaba una técnica especial con sus modos y sus registros y con una mezcla de sensualidad y castidad, en el cual el contacto físico era infrecuente o nulo. (86) Lacan hace referencia a la cuestión de los patterns y propone una línea que conduce hasta el amor romántico. Precisa “en el curso de la evolución histórica el amor-pasión, en la medida en que es practicado en ese estilo que se llama platónico o idealista apasionado, se vuelve cada vez más ridículo, o lo que comúnmente se llama, y con justeza, una locura”. (87) Este tipo de amor que ligaba al sujeto con una “bella” o una “dama” se realiza en la actualidad con una imagen en la pantalla. (88) Lacan ubica, en cualquier caso, como “locura” la dimensión del puro espejismo que este modo del amor conlleva. (89)

El amor y los tres registros en la enseñanza de Jacques Lacan

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