Читать книгу El amor y los tres registros en la enseñanza de Jacques Lacan - Daiana Romero - Страница 20

EL AMOR PASIÓN EN LA JOVEN HOMOSEXUAL

Оглавление

En el Seminario 4 Lacan estudia el caso de Freud de la joven homosexual que, en este momento, abordaremos desde la perspectiva de la fascinación imaginaria. Aunque el mismo admite, también, ser trabajado a partir del orden simbólico, si consideramos la falta puesta en juego en el amor en su doble vertiente –el amor como don y el falo como lo que se desea en la persona amada–, y desde el registro real, si tomamos en cuenta el objeto a oculto bajo la imagen, vacío real que no se puede simbolizar. Durante este seminario, Lacan se interesa por la práctica del amor cortés, a la que ya aludió en el Seminario 3 y la cual trabajará, fuertemente, en el Seminario 7.

El amor cortés es una modalidad del amor que reinó en la Edad Media, la misma “implica una elaboración técnica muy rigurosa del contacto amoroso, con largas permanencias conteniéndose ante el objeto amado, para alcanzar la realización de ese más allá buscado en el amor, más allá propiamente erótico”. (90) Es decir, algo se alcanza por fuera del contacto físico, del cuerpo a cuerpo, y para alcanzarlo “se hace un uso deliberado de la relación imaginaria propiamente dicha”. (91) Estas técnicas, que puede parecerles perversas a un ingenuo, no son más que cualquier otro reglamento del acercamiento amoroso en una esfera definida de las costumbres. (92) El caso de la joven homosexual se encuentra dentro de esta vertiente amorosa. Se trata de una muchacha vienesa. Su caso es explicado por Freud a partir de la orientación de la mujer, en su paso por el Edipo, de obtener un hijo del padre.

Algo se decide en el caso cuando, en algún momento de su juventud, la joven sufre una decepción en relación con el objeto de su deseo. Fantaseaba con la posesión de un hijo imaginario del padre y, causada por dicha necesidad, se satisfacía en el plano simbólico cuidando un niño, hijo de unos amigos de sus padres. En este contexto, el padre da a la madre un hijo real. Freud explica que tras el desengaño la joven se identifica con el padre y desempeña su papel, lo que implica una regresión al narcisismo. Desde esta posición, convertida ella misma en el padre imaginario se aferra al pene, objeto que no tiene, y se vincula con una dama a quien ama. Le demuestra, de esta forma, al padre cómo se puede amar, es decir, cómo dar lo que no se tiene.

En función de la forma en la que la joven manifiesta su amor por la dama, Lacan refiere “Esta relación de la chica revela ser, a medida que transcurren los acontecimientos, verdaderamente pasional”. (93) Según Freud se trata del amor platónico en su mayor exaltación. Lacan refiere “Es un amor que no pide más satisfacción que servir a la dama. Es verdaderamente el amor sagrado, por así decirlo, o el amor cortés en su aspecto más devoto”. (94) Dicha relación se sitúa “en el grado más elevado de la relación amorosa simbolizada, planteada como servicio, como institución, como referencia”. (95) Y continúa, “No se trata simplemente de una atracción o de una necesidad, sino de un amor que en sí mismo no solo prescinde de satisfacción, sino que apunta muy precisamente a la no satisfacción… un amor ideal”. (96)

El amor de la joven por su amada se despliega en la devoción. Su apego a ella y su anonadamiento están elevados a un grado supremo. Se trata de una pasión devoradora. Constituye un tipo de amor que Freud reserva al registro de la experiencia masculina y se desarrolla en una relación cultural muy elaborada e institucionalizada. (97) La joven trata a la dama “en un estilo altamente elaborado de las relaciones caballerescas y propiamente masculinas, es una pasión que se entrega sin exigencia, ni deseo, ni esperanza siquiera de reciprocidad, como un don, proyectándose el amante más allá de cualquier manifestación de la amada”. (98) El enlace entre la pasión imaginaria y el don de amor será nuestro puente hacia el próximo capítulo.

1- Lacan, J., (1966): “De nuestros antecedentes”. En Escritos 1. Siglo XXI, Buenos Aires. 2008, p. 76.

2- Cf. Lacan, J., (1953-54): El Seminario, Libro 1: Los escritos técnicos de Freud. Paidós, Buenos Aires, 2007, p.84.

3- Lacan, J., (1936): “Más allá del principio de realidad”. En Escritos 1, óp. cit., p. 90.

4- Ibíd., p. 90.

5- Cf. Ibíd., p. 91.

6- Cf. Ibíd., p. 95.

7- Ibíd., p. 95.

8- Cf. Lacan, J., (1953-54): El Seminario, Libro 1, óp. cit., p 269.

9- Cf. Ibíd., p. 275.

10- Ibíd., p. 293.

11- Lacan, J., (1954-55): El Seminario, Libro 2: El yo en la teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica. Paidós, Buenos Aires, 2008, p. 452-453.

12- Lacan, J., (1953-54): El Seminario, Libro 1, óp. cit., p. 293-294.

13- Ibíd., p. 294.

14- Ibíd., p. 178.

15- Freud, S., (1914): “Introducción del narcisismo”. En Obras Completas, Buenos Aires, Amorrortu, 2006, t. XIV, p. 74.

16- Lacan, J., (1946): “El estadio del espejo como formador de la función del yo [je] tal como se nos revela en la experiencia psicoanalítica”. En Escritos 1, óp. cit., 99.

17- Lacan, J., (1946): “Acerca de la causalidad psíquica”. En Escritos 1, óp. cit., p. 183.

18- Ibíd., p. 185.

19- Ibíd., p. 178.

20- Ibíd., p. 179.

21- Lacan, J., (1953-54): El Seminario, Libro 1, óp. cit., p 128.

22- Ibíd., p. 128.

23- Lacan, J., (1955-56): El Seminario, Libro 3: Las psicosis. Paidós, Buenos Aires, 2006, p. 138.

24- Ibíd., p. 138.

25- Lacan, J., (1946): “Acerca de la causalidad psíquica”, óp. cit., p. 152.

26- Ibíd., p. 153.

27- Ibíd., p. 157.

28- Ibíd., p. 164.

29- Ibíd., p. 170.

30- Ibíd., p. 184.

31- Ibíd., p. 169.

32- Ibíd., p. 174.

33- Ibíd., p. 175.

34- Lacan, J., (1946): “El estadio del espejo…”, óp. cit., p. 99-100.

35- Lacan, J., (1953-54): El Seminario, Libro 1, óp. cit., p 213.

36- Ibíd., p. 253.

37- Ibíd., p. 253.

38- Lacan, J., (1946): “El estadio del espejo…”, óp. cit., p.100.

39- Lacan, J., (1954-55): El Seminario, Libro 2, óp. cit., p. 253.

40- Ibíd., p. 252.

41- Ibíd., p. 252.

42- Cf. Lacan, J., (1948): “La agresividad en psicoanálisis”. En Escritos 1, óp. cit., p. 115.

43- Lacan, J., (1946): “El estadio del espejo…”, óp. cit., p.105.

44- Ibíd., p. 102-103.

45- Cf. Lacan, J., (1954-55): El Seminario, Libro 2, óp. cit., p. 256.

46- Ibíd., p. 252-253.

47- Cf. Ibíd., p. 257.

48- Lacan, J., (1955-56): El Seminario, Libro 3, óp. cit., p. 139.

49- Lacan, J., (1948): “La agresividad en psicoanálisis”, óp. cit., p.113.

50- Ibíd., p. 114.

51- Ibíd., p. 117.

52- Ibíd., p. 116.

53- Lacan, J., (1953-54): El Seminario, Libro 1, óp. cit., p 403.

54- Ibíd., p. 403.

55- Cf. Ibíd., p. 222.

56- Lacan, J., (1966): “De nuestros antecedentes”, óp. cit., p 78.

57- Lacan, J., (1938): “Los complejos familiares en la formación del individuo”. En Otros Escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012, p. 47.

58- Ibíd., p. 47.

59- Ibíd., p. 47.

60- Ibíd., p. 48.

61- Cf. Ibíd., p. 49.

62- Ibíd., p. 53.

63- Cf. Ibíd., p. 54.

64- Cf. Freud, S., (1914): “Introducción del narcisismo”, óp. cit., p. 84.

65- Cf. Ibíd., p. 87.

66- Cf. Ibíd., p. 85.

67- Cf. Ibíd., p. 87.

68- Cf. Ibíd., p. 85.

69- Cf. Ibíd., p. 85-86.

70- Cf. Lacan, J., (1953-54): El Seminario, Libro 1, óp. cit., p 259.

71- Ibíd., p 201.

72- Ibíd., p 201.

73- Lacan, J., (1956-57): El Seminario, Libro 4: Las relaciones de objeto. Paidós, Buenos Aires, 2007, p. 85.

74- Ibíd., p. 85.

75- Cf. Ibíd., p. 85.

76- Cf. Ibíd., p. 85-86.

77- Ibíd., p. 86.

78- Lacan, J., (1953-54): El Seminario, Libro 1, óp. cit., p 259.

79- Cf. Ibíd., p 401.

80- Ibíd., p. 402.

81- Lacan, J., (1955-56): El Seminario, Libro 3, óp. cit., p. 364-365.

82- Ibíd., p. 363.

83- Ibíd., p. 363.

84- Lacan, J., (1957-58): El Seminario, Libro 5: Las formaciones del inconsciente. Paidós, Buenos Aires, 2005, p. 359.

85- Cf. Lacan, J., (1955-56): El Seminario, Libro 3, óp. cit., p. 363.

86- Cf. Ibíd., p. 364.

87- Ibíd., p. 364.

88- Cf. Ibíd., p. 364.

89- Cf. Ibíd., p. 364.

90- Lacan, J., (1956-57): El Seminario, Libro 4, óp. cit., p. 90.

91- Ibíd., p. 90.

92- Cf. Ibíd., p. 90.

93- Ibíd., p. 105.

94- Ibíd., p. 111.

95- Ibíd., p. 111.

96- Ibíd., p. 111.

97- Cf. Ibíd., p. 112.

98- Ibíd., p. 124.

El amor y los tres registros en la enseñanza de Jacques Lacan

Подняться наверх