Читать книгу El amor y los tres registros en la enseñanza de Jacques Lacan - Daiana Romero - Страница 8

Introducción

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La temática del amor ha sido abordada desde distintas perspectivas en todos los tiempos. Disciplinas tan disimiles como la literatura, la historia, la religión o hasta la biología, por nombrar solo algunas, lo han tenido como centro de sus desarrollos. Pues el amor, aunque difícil de conceptualizar, hace al ser mismo del hombre. Siempre me ha interesado la cuestión del amor y el modo en el que los seres hablantes establecen lazos. Me pregunto cómo se juega el amor en las amistades, en las parejas o en las familias, cómo es ese delgado hilo entre el amor y el odio, a qué se deben las vicisitudes a la hora de amar, por qué a veces el amor estabiliza y otras veces desestabiliza. Y fundamentalmente, qué papel juega el amor en el contexto de la experiencia analítica. Anteriormente indagué la cuestión de forma secundaria: lo femenino y el amor, el amor en la dialéctica del deseo, el amor de transferencia.

Esta vez el amor constituyó el eje de mi investigación. Teniendo como objetivo la escritura de mi Tesis de Maestría en Clínica Psicoanalítica cursada durante los años 2013-14 en el IDAES de la Universidad de San Martín me embarqué en esta hermosa experiencia. Me inquietaba poder dar cuenta de las diversas formas de amar, de los mecanismos inconscientes presentes en la elección de los objetos de amor, de las dificultades en el establecimiento de los lazos y, principalmente, del amor en juego en el dispositivo psicoanalítico. El título del trabajo, El amor y los tres registros en la enseñanza de Jacques Lacan: amor imaginario, amor simbólico y amor real, fue producto de un intercambio con el Director de mi Tesis, el Dr. Fabián Darío Schejtman, título que ordenó y orientó lo que estaba por venir. El objetivo consistió, entonces, en el estudio del amor a partir de la herramienta misma a través de la cual Lacan avanza.

Partí de la idea de que la enseñanza de Lacan puede ser dividida en etapas, cada una de las cuales se caracteriza por su interés particular en alguno de los registros. A esa idea le siguió otra, la intuición de que las variadas definiciones del amor que él va formulando resultan del modo en el que en cada momento piensa los registros y sus relaciones. Siguiendo esta argumentación, y de acuerdo a los últimos desarrollos de Lacan, planteé la siguiente hipótesis: “Es posible considerar que las diversas presentaciones del amor en la enseñanza de Lacan son el resultado de un modo de anudamiento en el que están en juego los tres registros”. Desde esta perspectiva, al decir “amor imaginario”, “amor simbólico” y “amor real” no hago más que ubicar el registro cuya prevalencia conduce a alguna de las formas de amar consideradas.

Dividí la enseñanza de Lacan en cuatro momentos. Llamé al primer momento “Los antecedentes de la enseñanza de Lacan” (1932 a 1953) y denominé “Pasión de amor” a la forma de amar que predomina en este periodo. El amor imaginario es un tipo de amor idealizado en el que se destaca el espejismo de la imagen y la ilusión de complementariedad. Allí desplegué, fundamentalmente, la agresividad propia de los lazos especulares y las modalidades de elección de objeto de amor narcisista y anaclítica. Pero también, la teoría del estadio del espejo y los efectos formativos de la imagen en la constitución del yo, el cuerpo y la realidad; la función de lo imaginario en el dispositivo psicoanalítico; la concepción del aparato psíquico según modo en el que se juega lo imaginario; y el amor pasión en un historial freudiano.

Llamé al segundo momento “El inicio propiamente dicho de la enseñanza de Lacan” (1953-1959) y denominé “Don de amor” al modo característico del amor durante esta etapa. El mismo queda ordenado en torno a la lógica fálica que rige el encadenamiento significante, lógica del Nombre del Padre, y la falta se hace presente en el corazón de la relación amorosa. Situé, principalmente, el enlace entre el amor y el padre, la relación entre el amor y la asunción de la castración y la definición de amor como “dar lo que no se tiene”. Pero también, las características de la estructura del lenguaje en el inconsciente; la relación entre simbólico e imaginario en un análisis; las primeras nociones de lo real; el padre y la constitución subjetiva; la significación fálica y el falo significante; el estatuto del objeto; las posiciones sexuales “hombre” y “mujer”; el amor y el deseo; y el amor en “Juanito”, “La joven homosexual” y “Dora”.

Llamé al tercer momento “La etapa intermedia de la enseñanza de Lacan” (1959-1969) y denominé “El amor en torno a un vacío” al estilo de amar en el que se hace evidente su articulación con el objeto a, causa del deseo. El traslado neurótico de dicho objeto al Otro da cuenta de una forma de amar que no toma en cuenta la diferencia sexual. En este momento analicé, detenidamente, el amor cortés, el fenómeno de la transferencia y el amor como medio entre el goce del Uno y el deseo. Pero también, la introducción del registro real por medio de “la Cosa”, la ética del psicoanálisis, el concepto de sublimación, la metáfora del amor, el mito del nacimiento del amor, el concepto de ágalma, el deseo del analista, los conceptos de automaton y tyché, la estructura del deseo y de la angustia, la relación de cada sexo con el objeto y el objeto a en los discursos.

Llamé al cuarto momento “La última enseñanza de Lacan” (desde 1970) y denominé “Hay el amor” a la dimensión real del amor que sabe hacer con la ausencia de relación sexual. Desarrollé, esencialmente, el amor como suplencia, el amor como anudamiento según el registro que hace de medio y el amor como síntoma o sinthome. Pero, también, consideré las características generales del nudo borromeo; la père-versión paterna; el concepto de nominación; la interrogación sobre la práctica analítica a partir de la noción de real como imposible lógico; el inconsciente en su vertiente de elemento suelto; las fórmulas de la sexuación; el goce femenino; el amor como encuentro; lo imposible, lo posible, lo contingente y lo necesario en el amor; el amor apasionante; las vicisitudes del amor en la época actual; y el amor sinthome en Joyce.

El libro tiene al amor como centro y nudo de los desarrollos que se despliegan a continuación. No obstante, no todo está dicho. El trabajo invita, más bien, a seguir pensando. Varias cuestiones esbozadas siguen generándome a mí misma gran inquietud. Me pregunto cómo pensar el amor en la época actual cuando lo simbólico desfallece y ya no opera ordenando y regulando los lazos, cuáles son las formas de amar que se presentan y cómo abordarlas, ¿es el goce de los cuerpos y la ausencia de relación lo que queda en evidencia?, ¿es el espejismo de la imagen lo que impera? Ahora bien, haciendo cierta abstracción del tema principal, pienso que la investigación en sí misma puede considerarse como un trabajo introductorio a la enseñanza de Jacques Lacan, pues se encuentran nombrados y explicados los conceptos principales y su evolución a través del tiempo. Espero que la lectura resulte tan fascinante como me resultó a mí el estudio y la escritura de los temas.

El amor y los tres registros en la enseñanza de Jacques Lacan

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