Читать книгу La vagina mecánica de Dios - Daniel Polunin - Страница 12

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ODA A J.C

Guardo celosamente la cabeza de mi madre

en una caja tallada en perlas y cornalinas.

La gran avispa, con su aguijón de marfil

y su furioso zumbido de tormentas,

agujerea el moteado cuello de la jirafa,

haciéndola caer sobre sus costillares

en un yermo abatido de arados y provisiones;

las hormigas coloniales de la legión africana

corretean por el intumescente cuello de la jirafa,

transportando la rayada lámpara amarilla y negra.

El hombre americano cruzó desarraigado

las drenadas cavernas del hombre europeo,

cual pinchazos perfumados se abrieron paso

bajo la agradable sombra de la higuera.

El cuerpo infantil nada fresco y lento

manchado por la ingenuidad y el estiércol.

¡No te alejes de la orilla, Jimmy!

La golpeada corriente te trae de vuelta,

y contigo, miles de resbaladizas sanguijuelas,

gruesas y ladeadas, absorbiendo tu pulpa.

Imagina los lamentos de una perezosa ciudad

discurriendo por tus venas el litio sintético.

Tuyos son los monstruos suspendidos que

entornas cada día por la ventana roja de las tinieblas.

No volverás a tocar estos fantasmas.

Blues. Punk. Rock ‘n’ Roll.

Ya es demasiado tarde.

La vagina mecánica de Dios

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