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CONFESIONES Y MEMORIAS DE UN JOVEN

I

En esta casa no hay hierbabuena

para el puchero.

Los pobres se han disfrazado

para salir en Halloween.

Los miro por la ventana,

les sonrío, me sonrojo.

Soy uno más.

Ahora los ángeles explotan en el

cielo como fuegos artificiales.

II

Nunca he sabido lo que se supone

que debería haber sabido.

He decepcionado a mi familia,

he traicionado a mis amigos

y he comercializado con las almas.

No te conozco.

Quizá nunca llegue a conocerte.

Pero ahora, en este mismo instante,

siento cómo el corazón se me sale del pecho.

III

¿Conocéis la experiencia de los doce discípulos?

Sacrifica tu mano para que el gran lobo

gris sea capturado por la mañana.

Vuelve, quiero escuchar el vuelo del estornino

Vuelve a tu hogar de infancia.

Padre, acerca tus dedos a mi mano.

Madre, mete tus dedos en mi costado

Vuelve, quiero escuchar el grito de la mariposa.

Vuelve a tu hogar de infancia.

Me tiemblan las manos.

Todo está en tu cabeza.

Estoy perdiendo el control.

IV

Esta ciudad me odia. Horrible.

Los colores de las láminas fueron alterados

en la dividida sala del auditorio.

Unos lloran.

Otros ríen.

La mayoría muestra el verdadero rostro

del psicodiagnóstico en el espejo.

Pobre Rorschach.

Muerto de peritonitis.

V (I)

Dulces sueños a la mujer de negro

que mece la cuna de tu hijo.

Dulces sueños al corazón

que hace caer el sonajero.

Dulces sueños al llanto

que hace callar la oración.

Dulces sueños al gran lirio

recostado en los ojos cerrados.

Dulces sueños a la vida, a la muerte,

al Infierno y al Edén.

Dulces sueños a la lluvia

que se mezcla con el agujero de la cuchilla.

Dulces sueños a los animales

abandonados la pasada Navidad.

Dulces sueños al cuervo oculto

en el busto de Palas Atenea.

Dulces sueños a la calavera charlatana

de la televisión.

Dulces sueños a la santidad y a la fraternidad

mutuamente opuestas.

Dulces sueños a las familias que cenan

en Pascua cagadas de palomas.

Dulces sueños a los refugiados que cruzan

la frontera como muertos vivientes.

Dulces sueños al monstruo

que está justo detrás de ti.

Dulces sueños al corazón

que hace caer el sonajero.

Dulces sueños al llanto

que hace callar la oración.

Dulces sueños a la mujer de negro

que deja de mecer la cuna de tu hijo.

VI (II)

Dulces sueños a los refugiados

ocultos en la televisión

Dulces sueños a la oración que hace

caer las cagadas de palomas.

Dulces sueños a la lluvia

en los ojos cerrados.

Dulces sueños al monstruo

que mece la cuna de tu corazón.

VI (III)

Dulces sueños a Yavhé, Alá,

Brahmā, Aura Mazda o Tirthankaras.

Dulces sueños a Samael, Shaitán,

Angra Mainyu, Iama o Mara

Dulces sueños al Corán, al Evangelio

a la Torá, Zend Avesta o Canon Pali

Dulces sueños a Mahoma, Jesucristo,

Siddharta, Mahavira o Zarathustra.

Dulces sueños a la cruz, la esvástica,

la rueda del dharma o la estrella de David.

App Eugenesia

VII

Oigo un grito escandaloso plantado

en el único hueco existente al ojo humano.

Miles de arañas corretean triunfantes

de un lado a otro por mi cuerpo paralítico

mientras la cortina de acero y el pañuelo de seda

envuelven mi corazón gris encontrado en el río

como una guirnalda despedazada.

Y te preguntas: «¿Qué hacemos aquí?».

Busqué la comunión con la naturaleza,

la individualidad solitaria,

el vínculo con el yabyum,

la constante impermanencia.

Y te preguntas: «¿Qué pasará ahora?».

Ojalá estuvieras aquí,

frente a frente,

y te hablaras a ti mismo.

Estás llegando y, ¿crees haber nacido?

Estoy preparado para entrar en la nueva ciudad,

íntimamente sacrificado.

Estoy preparado para recibir el nuevo espíritu,

doblemente divino.

Y te pregunto: «¿Puedes sentirme?».

VIII

¿Cómo apaciguarías la ira inmisericorde de los dioses?

¿Sacrificarías tu mejor ganado?

¿Arrebatarías la vida de tu primogénito?

¿Ofrecerías el Holocausto Sagrado?

Dime, ¿cómo apaciguarías la ira inmisericorde de los dioses?

Deslízate por mi interior.

IX

Oh, mi hermosa España,

estoy acercándome a tu hombro maricón,

estoy sumergiéndome en tus entrañas

para expurgar cada parte de tu asqueroso sistema.

¿Cuándo dejarás caer los huevos de codorniz?

¿Cuál es la Voluntad?

Cuando un rey cae,

otro se levanta.

X

No encuentro a las deslenguadas

prostitutas de c/ Córdoba.

Las habitaciones del Club D’antony

eran rojas con sábanas acrílicas

tan finas que podías percibir

su gran coño ubicuo y suculento.

Hemos vuelto a la ciudad

de las Ratas y las Malas Hierbas.

Mi amigo está de vuelta.

Tenemos que podar.

Gestar la vida.

Tatuarnos los brazos.

Hemos vuelto a la ciudad

de los Dioses y el Mal Gusto.

Ven con nosotros.

Estamos dentro.

Tenemos café y otras drogas

para mantenernos despiertos.

La luna permanece tranquila

en lo alto de la colina.

XI

Mirada asiática.

Pelagra.

Claridad metálica.

Turpiales.

XII

26 de abril.

1937.

Legión Cóndor.

Diluvio ilegítimo.

Olor mordiente.

Guernica.

XIII

Oficial.

Schutzstaffel.

Alois Brunner.

Beriberi.

Escorbuto.

La muerte tuvo lugar

en Damasco.

XIV

¿Qué sabrán ellos acerca de la locura, la soledad,

la tristeza, el romanticismo, la oscuridad,

los arrebatos de ira y pasión, la violencia, el odio,

el miedo, la culpabilidad, el desorden, el caos, la tensión,

la imaginación, el suicidio, la bipolaridad,

la depresión, el sueño y la pesadilla, la inspiración,

la influencia, las emociones, los placeres, la odaxelgania,

el contacto, el anhelo, lo prohibido, la contradicción,

lo extraño, la enteogénesis, la muerte de DIOS en mi cabeza?

¿Qué sabrán ellos, que dan la espalda a mis poemas?

XV

Caminaré pisando la hierba como una sombra espectral

con la infancia al descubierto absolutamente erróneo

reconstruido mártir inmortalizado ante mis ojos

ejercido en la noche promiscua de los señores

símbolo viviente de la agonía y el éxtasis

estremecido amor aferrado a mis pies

contemplado por los cielos abiertos

inclinado hasta pudrir la sangre

el sueño navega hacia la luz

la belleza ha terminado

olvida el sufrimiento

los moribundos y

catecúmenos

pesares

XVI

En las noches de luna,

cercano a la vida y a la voluntad,

deja que el mundo se haga pequeño.

En las noches de luna,

valiente y desacomplejada,

espera la llegada del sol naciente.

XVII

Distopía. Dientes blancos de pedernal. ¿Sabéis que ya mismo se podrá cultivar en humanos órganos de cerdos para trasplantes? Realmente es un gran paso para la humanidad y una matanza para los cerdos. El hombre muere trabajando. La música se renueva. El muro se ha levantado en la frontera. ¿Por qué fue Jesús crucificado? ¿Cuál será nuestra moneda de cambio? Nosotros, los de la raza y el placer. Nosotros, los hijos de la quinta noche. Despierta ¡Ha habido un nacimiento! ¿Y la madre? El presidente no habla de los judíos. En la mesa encontrarás avena y uvas. Sírvete. El edículo queda inaugurado ¿Y la piedra? Ha sido movida. ¡Pasen y vean! cinco euros la entrada. Habrá descuentos y un guía gratis por cada grupo de diez personas. Mamá, llévame a ver la tumba de papá. No tengo dinero, Sarah.

La vagina mecánica de Dios

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