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3 Botines, la decisión correcta
Оглавление1965. Un viaje agotador con escalas en ciudades africanas de nombre difícil de pronunciar. La llegada a Johannesburgo y la sorprendente recepción. Conferencia de prensa, algo inédito para los jugadores argentinos. Firma de autógrafos, más inédito todavía. Otro viaje, esta vez más corto, y el equipo ya instalado en Rodesia, sede del partido inaugural de la gira. Primer entrenamiento. De pronto, el grito de Papuchi Guastella: “¡Vos no podés jugar con eso!”.
Roberto Cazenave, fullback del SIC, era uno de los más jóvenes del plantel y su inclusión en la lista se decidió luego de un drop de mitad de cancha que configuró un milagro doble. Por un lado, el drop en sí mismo, a más de cincuenta metros del ingoal, en línea oblicua a los palos y con una potencia tal que la pelota pasó con mucho resto por el medio de la hache. Una patada que no solía verse en aquellos tiempos. La otra parte del milagro fue que ese partido amistoso con Alumni era presenciado por Alberto Camardón, entrenador del seleccionado, quien al llegar a casa llamó a su compañero Guastella para avisarle que ya tenían pateador.
“¡Vos no podés jugar con eso!”.
“Eso” era un par de botines Sacachispas, conocida marca de aquellos años que con solo nombrarla arranca un lagrimón a los nostálgicos. Para Bove Cazenave, los gloriosos Sacachispas eran su calzado de toda la vida. Incluso el drop que lo llevó a Sudáfrica había sido ejecutado con el botín de tapones de goma. Pero claro, no parecía lo más adecuado para entrar a la cancha en un partido internacional.
Acompañado por Guastella, Bove recorrió algunas tiendas deportivas y se hizo de un par de botines nuevos, brillantes, con tres tiras y tapones de madera. Los Sacachispas quedaron en el fondo del bolso, traicionados por su compañero de tantos años.
Por fin llegó el momento del debut del seleccionado en la gira del 65. Frente a Rodesia, Los Pumas jugaron un gran partido y marcaron cuatro tries. Pero el resultado final no fue favorable: Rodesia le ganó a Argentina 17-12. ¿La razón? El pateador argentino tuvo una tarde negra. Roberto Cazenave, incómodo y ampollado, casi sin saber cómo pararse sobre esos zapatos nuevos, desperdició todas las conversiones y los penales que tuvieron Los Pumas a favor. Ni un punto salió del pie de Bove ese día.
Luego del partido, ya en el vestuario, a alguien le pareció escuchar una risotada socarrona que venía desde las entrañas de la pila de bolsos de la delegación. A partir de ese momento Eduardo Poggi reemplazó a Cazenave como pateador de la gira, sorprendiendo a los sudafricanos con su famosa guadaña.
1988. Francia ganó el primer Test y se espera una batalla durísima para la revancha en cancha de Vélez. Porta no juega. ¿Quién será el pateador? Los Pumas, concentrados en el predio de Adidas en Tortuguitas. Último entrenamiento antes del Test. De pronto, el grito de Michingo O’Reilly: “¡Vos no podés jugar con eso!”.
En los años ochenta, todo el mundo usaba botines con largos tapones de aluminio, pero Daniel Baetti jamás se acostumbró a ellos. Las pocas veces que los probó terminó el partido con la planta del pie destrozada. Definitivamente, el brillante jugador rosarino era fiel a los “Adipan”, los botines que habían provocado el grito del entrenador de Los Pumas.
O’Reilly conminó a Banana Baetti a jugar el partido con tapones de aluminio. En su puesto de medio scrum y con la responsabilidad de ser el pateador del equipo, el jugador rosarino no podía dar ventajas.
Pero Banana tenía un plan.
El día del partido escondió los Adipan en el fondo del bolso, y hasta un instante antes de emprender el camino a la cancha lució a la vista de todos unos brillantes zapatos con tiras verde flúo y, por supuesto, tapones de aluminio. Pero en el último minuto, haciéndose el distraído en un rincón del vestuario, los cambió por sus botines de toda la vida. En el pasillo que conducía hacia el césped de Vélez el medio scrum se retrasó un poco junto a Madero, su compañero en la pareja de medios, y a Rafa le sorprendió que los tapones de Banana no hacían ruido cuando chocaban contra el piso de cemento. Hubo risas, un cruce de miradas, algún guiño cómplice y todo estuvo bien.
El partido de esa tarde fue una verdadera guerra. Argentina y Francia disputaron uno de los choques más violentos que se hayan jugado en nuestro país y el resultado final fue un histórico 18-6 para Los Pumas, quienes no apoyaron ningún try en el ingoal francés. Todos los puntos argentinos surgieron del talentoso pie derecho de Daniel Baetti. Un pie que esa tarde lucía un viejo y comodísimo Adipan con tapones de goma.
Baetti no tenía ni la más mínima idea de lo ocurrido veintitrés años atrás en Rodesia. Banana apenas conocía de nombre a Bove Cazenave. Pero los grandes jugadores como él llevan una preciosa información en su ADN Puma. Esa información que en la legendaria tarde de 1988 le permitió tomar la decisión correcta.