Читать книгу Los Mozart, Tal Como Eran (Volumen 1) - Diego Minoia - Страница 15
Оглавлениеces la comparación con la producción en constante evolución de su hijo no ayudó a mejorar su apreciación de sus antiguas obras. Sin embargo, el hecho es que el "estilo" musical de Leopold influyó en su hijo, junto con otras ideas que el joven se encontraba de vez en cuando, las tomaba prestadas de otros artistas y, finalmente, las hacía suyas, haciendo que cada nota que escribía fuera perfectamente mozartiana.
El maestro
Como profesor, hay que reconocer a Leopold Mozart una capacidad segura, adquirida primero gracias a su papel de profesor de canto e instrumento para los muchachos de la Capilla principesca y luego perfeccionada en la elaboración de su "Violinschule" (método para violín) publicado por primera vez en 1756 (año del nacimiento de Wolfgang) y reimpreso posteriormente en 1769 y 1787 (año de la muerte del autor). El método, publicado a expensas de Leopold por el editor Johann Jakob Lotter de Augsburgo, tuvo ya una buena difusión en Europa durante la vida del autor, tanto que fue también traducido al holandés (1766) y al francés (1770), como escribe orgullosamente Leopold en su epistolario años más tarde.
Otras diversas ediciones se repitieron en épocas posteriores y hasta la actualidad porque, por su organicidad y estructura metodológica, la "Violinschule" fue y es muy útil para comprender las técnicas ejecutivas y expresivas de la época. El método trata de hecho, de manera simple, racional y completa todos los aspectos de la técnica interpretativa del período de transición entre el Barroco y el Clasicismo, con ejemplos relativos a las posiciones, el uso del arco, el fraseo, la interpretación de los adornos, etc. Para completar el libro e indicar el deseo del autor de ser exhaustivo, hay una breve Historia de la Música y un tratamiento básico de las reglas de Solfeo.
Según las intenciones del autor, la "Violinschule" debía dirigirse a los profesores de violín, pero también a los alumnos que, a pesar de ser superdotados, no estaban en condiciones de sufragar el costo de las lecciones de un profesor. De ahí la organicidad del método, su lenguaje claro y los ejemplos dados para todos los aspectos considerados importantes no sólo para una correcta interpretación musical sino también para una correcta interpretación expresiva y comunicativa de la música interpretada. El proyecto de creación de un Método para violín nos presenta a un Leopold Mozart que, a los treinta y seis años, tiene los ojos bien abiertos al mundo musical de su tiempo y a las nuevas necesidades que se le proponían. Su correspondencia con músicos y críticos musicales alemanes muestra que su ambición iba más allá de la carrera que estaba siguiendo en la Corte de Salzburgo.
Incluso antes de que Wolfgang naciera, lo que le llevó a dedicar todos sus esfuerzos al éxito de su hijo, su ambición era dejar una huella duradera en el entorno musical, pero resulta significativo que como medio para hacerlo haya encontrado un instrumento didáctico. Esto indica que era consciente de su capacidad organizativa y metodológica mientras que, tal vez, pone de relieve cómo no tenía ninguna ambición particular de pasar a la historia como compositor (admitiendo, al menos con él mismo, que no tenía ninguna habilidad particular que pudiera permitirle competir no sólo con los compositores italianos sino también con sus competidores locales para obtener el título de Maestro de Capilla de la Corte).
Sin embargo, la elección de escribir un método para el violín fue muy acorde con los tiempos y el resultado de un cálculo bien pensado, ya que en aquel momento no existía la elección que hoy estamos acostumbrados a tener para los aspirantes a músicos. En el ámbito alemán había principalmente dos métodos de aprendizaje instrumental: el de Johann Joachim Quantz en la flauta travesera, con alguna mención al violín (1752) y el de Carl Philipp Emanuel Bach en los instrumentos de teclado (1753). Como se puede ver, la oferta no era abundante y, al menos en el área germánica, no había un método específico para el violín.
En realidad, sin embargo, en Inglaterra unos años antes (1748-1751) el compositor y violinista italiano Francesco Saverio Geminiani (Lucca 1687- Dublín 1762) había publicado tres libros sobre la didáctica para violinistas. Y, antes de eso, Giuseppe Tartini (Piran 1692 - Padua 1770), un famoso violinista y compositor, pero también un teórico y estudioso de la acústica (famoso por el "trino del diablo" y por la teorización del famoso "tercer sonido de Tartini", debido a la resonancia entre dos sonidos entonados a una distancia de una quinta). El maestro italiano escribió varios tratados como la "Carta a la Sra. Maddalena Lombardini Sirmen, conserje en una importante lección para violinistas", el "Traité des agrements, es decir, lecciones sobre los diversos tipos de apoyos, trinos, temblores y mordiscos" y el método "Lecciones prácticas del violín".
Las obras de Tartini eran bien conocidas por Leopold Mozart, quien no dudó en "tomar prestadas" partes importantes de ellas, incluso completas con los mismos ejemplos (pero transpuestas en otra tonalidad para camuflar su origen) sin mencionar el nombre del autor, mencionado episódicamente como "un famoso violinista italiano". El epistolario de Mozart nos muestra que Leopold siempre estuvo muy atento a cada detalle para difundir su método y sacarle el máximo provecho. Más adelante veremos cuáles fueron los problemas, técnicos y financieros, relacionados con la publicación del método y lo laborioso que fue difundir el libro a los minoristas y recibir el producto de las ventas (tareas que, en su ausencia, delegó a su esposa con instrucciones detalladas).