Читать книгу El ayuno como estilo de vida - Dr. Jason Fung - Страница 7

Los aspectos científicos
del ayuno

Оглавление

EVE MAYER

Ciencia. Esta palabra me intimida; siempre lo ha hecho. Incluso en la escuela secundaria, donde siempre sacaba sobresalientes y notables sin esforzarme mucho, mi boletín de notas reflejó un aprobado justo, en una ocasión, en la asignatura de Química Avanzada.

Este miedo a la ciencia básica y a la incapacidad de comprenderla contribuyó a que permaneciese gorda durante veinticuatro años. Actualmente ya no soy obesa, y la ciencia no me aterroriza. ¿Me he convertido de pronto en una científica erudita? ¡Por Dios, no! A veces aún me hago un lío con los términos más simples. Pero algo ha cambiado, y sé que parte de la razón por la que perdí tantos kilos y pasé a gozar de mejor salud fue que sentí curiosidad por lo que estaba sucediendo en mi cuerpo.

Voy a hablarte sobre los aspectos científicos del ayuno de la forma en que querría que alguien me hubiese hablado: en términos muy simples. El doctor Fung y Megan ofrecerán a continuación explicaciones más profundas y detalladas sobre lo que ocurre en tu cuerpo después de que has comido, pero permíteme explicarte mi experiencia personal y cómo el hecho de informarme sobre el metabolismo, la digestión, las hormonas y otros aspectos me ha ayudado a cambiar mi vida.

Durante años, estuve gorda sin querer estarlo. También lidié con la prediabetes, la infertilidad, alergias, infecciones sinusales, dolor en las articulaciones, bronquitis y neumonías. Fui de un médico a otro para resolver mis problemas, y como soy muy aplicada, hice lo que me dijeron. Ingerí menos calorías. Hice ejercicio. Tomé medicamentos. Fui a terapia. Comí más frutas y verduras. Para acelerar mi lento metabolismo, consumí comidas más pequeñas con mayor frecuencia. Me operaron dos veces para ponerme una banda gástrica ajustable, y después me practicaron una gastrectomía en manga para reducir para siempre el tamaño de mi estómago. Cada una de estas intervenciones produjo unos resultados, pero lo que ocurría más a menudo era que perdía peso y lo recuperaba más adelante. En todo el proceso, nunca descubrí la raíz del problema.

Pensé que mi cuerpo no tenía remedio. Hasta que probé un nuevo enfoque.

A principios de 2018, eliminé el azúcar de mi dieta y reduje mucho el consumo de carbohidratos, con un resultado asombroso: dejé de tener hambre todo el tiempo. Fue un cambio drástico, y más que bienvenido. De repente, quise saber por qué y cómo había funcionado mi nuevo enfoque. Cuando leí El código de la obesidad, se encendió una luz en mi cabeza y me di cuenta de lo siguiente:

Mi gordura es un problema hormonal. Lo que como y cuándo lo como afecta a mis hormonas. Por lo tanto, si cambio estos dos factores, puedo perder peso.

Los médicos me habían dicho que era prediabética y que tenía problemas con mi insulina, pero nunca me habían explicado qué demonios significaba eso. ¿Por qué es importante la insulina? ¿Qué hace en el cuerpo? ¿Qué es la resistencia a la insulina? ¿Por qué ­toman insulina los diabéticos si el incremento de insulina es problemático? ¿Por qué estaba tomando metformina más allá del hecho de que me ayudaría a no pasar de ser prediabética a ser ­diabética?

El enfoque del doctor Fung me lo aclaró todo. Ahora entiendo que mi cuerpo puede enfocarse en almacenar energía o en quemar energía, pero no en las dos cosas al mismo tiempo. Cuando como a menudo, mi cuerpo está ocupado almacenando energía como grasa. Cuando como con menos frecuencia, mi cuerpo tiene más tiempo para quemar energía y grasa. Ayunar le permite concentrar sus esfuerzos en usar energía en lugar de dedicarlos a almacenarla. Tengo energía almacenada en mi cuerpo en forma de exceso de grasa. Mis sistemas metabólico y digestivo son totalmente capaces de usar esa grasa como energía, pero no a menos que les dé la oportunidad por medio de no comer durante un período de tiempo.

Creo en estas realidades científicas debido a cómo me siento. Mis problemas de salud han desaparecido. No soy prediabética, rara vez me pongo enferma, no tomo medicamentos a diario y me siento genial. Cuando como a menudo, me siento hambrienta, cansada y abatida, y esto se debe a mis hormonas, no a haber tomado una determinada cantidad de comida. El ayuno es como una buena noche de sueño. Me acuesto para dejar que mi cuerpo y mi mente descansen. Durante la noche, mi cuerpo puede centrarse en reponerse y repararse en lugar de dedicarse a los millones de cosas que tiene que hacer cuando estoy despierta. Dormir también le permite a mi mente procesar todo lo que ha sucedido y decidir qué hacer con toda esa información. Es un período eficiente de rejuvenecimiento corporal, como el ayuno.

Si los aspectos científicos del ayuno te fascinan pero a la vez te abruman, como me ocurría a mí, tómatelo con calma y sé amable contigo mismo. Vale la pena que explores el ayuno tanto si quieres perder un kilo y medio como si quieres perder ciento treinta, o si lo que quieres es mejorar tu salud. La mejor prueba científica que puedes obtener es probarlo y sentir los cambios en tu propio cuerpo.

JASON FUNG

Hay muchas razones para incorporar el ayuno a la propia vida. Desde un punto de vista estrictamente médico, muchas enfermedades son causadas, en parte, por un exceso de grasa corporal. Tener sobrepeso incrementa el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca, un accidente cerebrovascular o un cáncer. Bajar de peso incrementa los niveles de la lipoproteína de alta densidad (HDL, por sus siglas en inglés), o colesterol «bueno», y reduce los niveles de triglicéridos, lo que ayuda a mitigar el riesgo de padecer estas mismas enfermedades. El exceso de peso puede elevar la presión arterial, provocar o agravar la artritis, perturbar el sueño, causar dolor de espalda, ocasionar enfermedades hepáticas, y más cosas. La diabetes tipo 2, que está estrechamente relacionada con el aumento de grasa corporal, también es la principal causa de ceguera, enfermedad renal, amputaciones no traumáticas e infecciones.

Como nefrólogo, he visto padecer insuficiencia renal a personas de cuarenta años, lo cual las ha obligado a depender de la diálisis durante el resto de su vida. He visto a pacientes de cincuenta años con diabetes tipo 2 que han pasado a tener problemas de circulación en las piernas y les han tenido que amputar una o las dos. He visto perder la visión a más gente con diabetes tipo 2 de la que puedo contar. Sí, en esos casos, perder peso habría mejorado mucho la salud de mis clientes y los habría ayudado a evitar las enfermedades y los efectos secundarios que redujeron su calidad de vida (o que acabaron con su vida).

Pero como decía Megan en su introducción, hay muchas personas que no tienen sobrepeso según el criterio del índice de masa corporal (IMC) y que, aun así, no están sanas desde el punto de vista metabólico. Y hay muchas personas que tienen sobrepeso según el criterio del IMC que se encuentran totalmente sanas. Pero aunque el peso no lo es todo, se ha demostrado que el ayuno ayuda a reducir la prevalencia de muchos síndromes metabólicos, entre ellos la diabetes tipo 2.

Sé que esta información puede resultar abrumadora o, aún peor, que puede parecer demasiado buena para ser verdad. ¿Cómo puede el hecho de saltarse algunas comidas, o incluso una sola comida al día, tener una repercusión tan grande en la salud? Nuestra clienta Natasha ofrece un ejemplo de lo beneficioso que puede ser un estilo de vida que incorpore el ayuno.

A Natasha le diagnosticaron diabetes tipo 2 a principios de 2012. A pesar de que había intentado incidir sobre la enfermedad cambiando la dieta, haciendo ejercicio y tomando metformina (un fármaco que se receta para tratar la diabetes), los resultados habían sido muy pobres. No había logrado quitar peso a su figura de poco más de un metro y medio de altura, la metformina la hacía sentir mal y su azúcar en sangre se disparaba incluso cuando ingería una pequeña cantidad de carbohidratos.

Natasha había probado a ayunar y le gustaba, pero tenía miedo de ayunar más de un día. Su instructor en materia de ayuno alivió sus temores sobre el ayuno prolongado, y actualmente Natasha se abstiene de comer durante cuarenta y dos horas dos o tres veces por semana. Su nivel de azúcar en sangre se encuentra actualmente dentro del rango de normal a prediabético, y ha bajado varias tallas. Tiene muy buen aspecto, se siente genial, y lo mejor de todo es que ha recuperado la salud. El ayuno le ha cambiado la vida.

Sé que, entre quienes están leyendo este libro, hay personas a las que les da miedo la idea de ayunar aunque sea durante unas horas. Incluso la idea de prescindir de algo tan simple como los refrigerios puede generarte ansiedad. Pero si eres como Natasha, puede ser que lo único que te esté frenando sea el miedo. O tal vez no entiendes la razón científica por la que el ayuno funciona y qué puede hacer por ti. El conocimiento es poder, así que permíteme explicarte cómo impactan en tu cuerpo los alimentos que comes, por qué pueden provocar fluctuaciones hormonales que ocasionen aumento de peso y enfermedades crónicas, y cómo puede beneficiarte el ayuno.

El ayuno como estilo de vida

Подняться наверх