Читать книгу Técnicas de negociación en los despachos de abogados - Eduardo Bahamonde Costas - Страница 8

Primer punto de partida... ¡jamás ha habido tantas oportunidades como hay ahora! Al menos, yo no paro de verlas.

Segundo, sin desarrollo personal no hay desarrollo profesional. Por eso, en este libro, trato de aportar capacidades que, aunque en un primer momento, alguien pueda pensar que no dirigen el foco hacia la negociación en sí misma, son precisamente, las que nos ayudarán a ser realmente buenos negociadores.

¿Conocéis a algún profesional, que teniendo los mismos conocimientos técnicos, o incluso menos que vosotros u otros profesionales, se distinga por el éxito que consigue en todas sus acciones?

¿Os habéis dado cuenta que esto se debe a sus capacidades personales y que éstas aumentan sus capacidades profesionales? Por eso hay que darle importancia al desarrollo personal también para ser mejores profesionales.

Veníamos de una época, el siglo XX, donde alguien se sacaba un título y vivía de él cuarenta o cincuenta años. Hoy, eso ya no es suficiente, eso ya no va a suceder, hay que trabajar muchas más cosas, aunque solo sea porque el resto de los profesionales lo están haciendo ya, y aquellos que no lo hagan, experimentarán un retroceso en su estatus.

El siglo XXI exige que sepamos cuáles son nuestros talentos, cuáles son nuestros dones, y una vez que los identifiquemos lo trabajemos y los potenciemos, para vivir de ellos, y para disfrutar con nuestro trabajo. Y ¿cómo podemos ponerlos al servicio de los demás? afortunadamente, ya no podremos decir, yo me dedico a esto, que no me gusta.... el siglo XXI nos exige que identifiquemos nuestros talentos, los pongamos al servicio de los demás y vivamos de ellos.

Y esto que puede parecer, algo etéreo, es lo que exige el cliente del siglo XXI.

¿Cuáles son los profesionales que triunfan? Aquellos que disfrutan de su profesión y eso lo notan los clientes y al mismo tiempo les convierte en profesionales con éxito, que hacen bien las cosas porque disfrutan con ello. Y esto se consigue potenciando nuestros talentos.

Saber negociar, requiere de la puesta en práctica de muchos de estos talentos, por lo tanto, aprender y perfeccionar nuestra capacidad de negociación nos ayudará a mejorar nuestros talentos, nos hará disfrutar más de nuestra profesión y nos hará ser mejores abogados.