Читать книгу Un día en la vida - Emmanuel S. Funes - Страница 25

DÍA 19 Las tropas se acercan por todas partes. La resistencia en el sudoeste chino se vuelve cada vez más débil. Los territorios de Kazajistán, Mongolia y Vietnam fueron diezmados y capturados por las tropas enemigas, provenientes principalmente desde Europa. La lucha se desarrolla en la tundra y en la estepa, las líneas enemigas recrudecen ante los embistes de la retaguardia aliada, pero resisten y responden de igual forma, atacando sin piedad a los miles de soldados que entregan su vida por el Imperio.

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No se oyen noticias de refuerzos. La amenaza oceánica crece con cada segundo y no hay suficiente contingente para hacerle frente. Encerrado en su despacho, el emperador junto a sus mayores oficiales y consejeros planea estratégicamente los próximos movimientos en una especie de tablero gigante, hecho de madera, que asemeja al territorio mundial. Mueve y reorganiza las tropas. Observa con atención la superficie de la mesa, mira a su alrededor y toma una última gran decisión.

La nación China y el Imperio no se rinden; habla a sus generales:

―Lucharemos hasta el final, aunque eso signifique dar nuestro último aliento por nuestra tierra y su bandera. No cabe duda de que al término del día seremos los vencedores y el honor que colmará esta tierra nos llenará de gozo, reconocimiento y un poder sin precedentes. General Qiang, moviliza nuestras tropas hacia el Tíbet, no podemos perder el sudoeste. Llegarás con refuerzos a la frontera con India y comenzará el camino de conquista de Europa. Nos abriremos camino por Pakistán hacia el norte. La ruta no será fácil y se encontrarán con contratiempos durante el trayecto, pero la naturaleza está de nuestro lado. Conocemos el entorno mejor que nadie y nuestros soldados son lo mejor que existe en preparación militar. Ganaremos la guerra. No cabe duda… ―continúa sin titubear―. Por favor, informen los nuevos planes. Un grupo de avanzada ya se encuentra camino a Mongolia y esperamos tener informaciones dentro de pocos días. La reconquista de Europa se dará por estos dos frentes. No vacilen en ningún momento frente al enemigo, el futuro de la nación depende de ello. El Imperio confía en ustedes. ―Sin hacer gesto alguno se para de su silla, mira a todos alrededor, y hace un ademán de que ya está todo dicho―. Pueden retirarse.

―¡Sí, señor! ―se escucha al unísono en la estancia.

Sin agregar más, lentamente se van retirando de la habitación, hasta que el ultimo cierra la puerta y deja a solas al emperador en su despacho...

Un día en la vida

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