Читать книгу Un día en la vida - Emmanuel S. Funes - Страница 32
DÍA 26 La soledad suele manifestarse de diferentes formas a lo largo de la vida, cada una de estas representa una parte de nosotros en la que nos falta algo; pudiendo conocer, o no, aquello que nos hace falta. El sentimiento de soledad puede hacerse visible en cualquier instante: puede ser en una fiesta, rodeado de personas, con tus mejores amigos o la persona que quieres. La soledad nos acompaña en todo momento. Es parte de nuestra naturaleza humana y es vital para nuestra supervivencia. Debemos aprender a vivir con ella, ser capaces de estar con nosotros mismos, y no sentirnos mal por creer que no tenemos todo lo que necesitamos. Todo está frente a nuestros ojos.
ОглавлениеLa soledad puede implicar la realización de acciones que, a simple vista, van en contra de nuestros principios. Acciones que se enmascaran tras el desolado sentir de una persona que no siente compañía alrededor y simplemente desea un poco de atención y cariño. Son palabras fuertes, en un contexto en que la mejor versión de nosotros no es la que mostramos ante el resto, sino una vulnerable y triste. Una que no entiende su entorno y lo que necesita es solo un poco de contacto humano. Algo más real… en teoría.
Ahí es cuando, en muchos casos, las personas pueden colapsar. Una pequeña dosis de entendimiento en que pueden ser capaces de mirarse al espejo y asumir que se sienten solos y necesitan de un nuevo rumbo en sus vidas. Sienten que les falta algo, lo que no tiene nada de malo, por cierto, pero que para comprender el significado del propio accionar, requiere esfuerzo y paciencia para lograr auto analizarse constructivamente sin caer en la paranoia, el cuestionamiento y la desdicha.
La construcción personal es diaria. Los estímulos externos, constantes, y está en nosotros tomarlos de la mejor manera y asimilarlos positivamente. No es malo sentirnos solos, es una oportunidad para conocernos más. Es la chance que tenemos de realmente desprendernos de las cosas que creemos nos hacen bien, en cambio, nos arrastran a un círculo vicioso de disconformidad y tristeza. Podría asegurar que tú y todos nosotros nos hemos sentido solos. Recuerda las situaciones donde te has sentido así e intenta recordar el porqué de ese sentimiento. Transpórtate a esos momentos en que has sentido desamparo, esa sensación negativa que puede producir la soledad y, por favor, piensa si era justificada. Piensa si en realidad estabas solo o era tu mente la que jugaba contigo. Cuando mires hacia atrás, jamás olvides los buenos momentos ni a la gente que siempre ha estado junto a ti, porque la soledad no es algo que debas superar; es parte tuya por el mero hecho de ser un ser humano, un ser individual que vive. La emocionalidad detrás de la vida es la que te hace cuestionarte si tienes o no gente que te acompañe mientras avanzas, y eso, es algo que nunca deberías dudar.
Siempre hemos tenido y tendremos gente alrededor. Personas que han entregado parte de sí para iluminar un poco más nuestro camino y nuestra consciencia. Son individuos que están cerca y se preocupan por nosotros. No porque debido a circunstancias de la vida nos sintamos solos, significa que realmente lo estemos.
Todos somos uno y nos acompañamos en este viaje al que llamamos vida.
Para algunos es más fácil, para otros, más difícil. Pero nunca debes cuestionar tu propia existencia por las acciones del otro. Jamás dudes de ti por responsabilidad del resto. No estás solo o sola, nadie lo está. Mira alrededor, date cuenta de que vives y sientes, y tienes gente a tu lado para seguir adelante.
Que nadie te diga o te haga sentir lo contrario.