Читать книгу Mentiras creíbles y verdades exageradas - Enrique Sueiro Villafranca - Страница 28

A lo largo de 500 años las denuncias no se limitaron a criticar la acción colonial, religiosa, económica o sociopolítica de España. Criminalizaron también rasgos étnicos y geográficos que encuadraban a los españoles de forma permanente en una condición inferior. En 1598 un folleto inglés describía a los españoles como una mezcla de «taimada zorra, voraz lobo y rabioso tigre». La serie zoológica se ampliaba con «un inmundo y sucio puerco, una lechuza ladrona y un soberbio pavo real».⁸⁵ Rasgo típico de la propaganda es convertir al enemigo en animal para deshumanizarlo. Resulta más fácil matar a un perro que a una persona.

En 2022 algunos ven Leyenda Negra por todas partes y otros no aprecian sombra de crítica infundada en ningún lado. Tan cierto como que no se conoce una trazabilidad sistemática y organizada para atacar a España de forma desproporcionada es que casi todo lo negativo falso que se le atribuye se halla en el contenido de la Leyenda Negra.

Se trata de un fenómeno prototipo de necesaria comunicación reputacional para gestionar percepciones erróneas. Esta gestión se torna decisiva porque, aunque carece de fundamento verdadero, su impacto es muy real.

Parece lógico que no aprecien Leyenda Negra los pocos con un conocimiento amplio, honrado y ponderado de la historia. El reto está en lo difícil de alcanzar este saber sin leer. Millones de personas solo conocen una parte de lo que se publica. Si lo poco que llegan a saber es además sesgado, serán víctimas inconscientes de esa ignorancia. En determinados entornos de empobrecimiento cultural, compatible con enriquecimiento económico, al desconocimiento se añade, en proporción equivalente, la visceralidad dialéctica. La crispación ambiental se asemeja a lo ridículo que resultaría un daltónico como autoridad de estética cromática o un analfabeto como experto en historia de la literatura.

Estas páginas pretenden un doble objetivo: suscitar interés por conocer lo mejor posible la realidad, de manera que la percepción se amolde a ella, no al revés, y mostrar el impacto real de la ficción y las graves consecuencias de no distinguirla de la verdad.