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La importancia de reducir
el arrastre resistivo
ОглавлениеEn el pasado, las técnicas utilizadas para reducir el arrastre resistivo han sido eclipsadas por los métodos utilizados para mejorar la fuerza propulsora. Sin embargo, recientemente, ha habido un renacimiento del interés por el papel desempeñado por el arrastre en la natación de velocidad. Ahora muchos expertos creen, y con razón, que la reducción del arrastre resistivo puede mejorar la velocidad de nado incluso más que las destrezas que aumentan la fuerza propulsora. De hecho, en un estudio de competidores en los Juegos Olímpicos de 1992, los investigadores afirmaron que:
… los atletas de elite no utilizan fuerzas propulsoras significativamente mayores de sus brazos y piernas. En lugar de esto, adoptan una forma más hidrodinámica con todo el cuerpo, lo que reduce las fuerzas de arrastre del agua. Por lo tanto, pueden lograr nadar más rápidamente utilizando una propulsión parecida a la de otros atletas que no son de elite (Cappaert, Pease y Troup, 1996).
La razón por la que la reducción de la resistencia del agua es tan importante para la natación de velocidad se ilustra en la figura 2.1.
El gráfico presentado en la figura 2.1a muestra el patrón típico de la velocidad del centro de masas de una brazada subacuática del estilo libre durante dos períodos principales de aceleración (el movimiento hacia dentro y el movimiento ascendente) y tres períodos principales de desaceleración (el movimiento descendente, la transición entre el movimiento hacia dentro y el movimiento ascendente, y el recobro del brazo). La velocidad media de la brazada puede determinarse calculando la altura de estos picos (aceleraciones) y valles (desaceleraciones), y la cantidad de tiempo que tarda cada fase de la brazada. En la figura 2.1a la velocidad media era de 1,98 m/s.
El gráfico presentado en la figura 2.1b muestra el efecto hipotético de una mejor hidrodinámica sobre la velocidad media del nadador durante una brazada. La mejor hidrodinámica reducía la cantidad de desaceleración durante los períodos de desaceleración del ciclo de brazada. En este caso, la mejor hidrodinámica aumentó la velocidad media del nadador a 2,04 m/s por brazada. Sin embargo, el ejemplo ilustrado en la figura 2.1b no es suficiente. Cuando el nadador adopte una mejor forma hidrodinámica, también acelerará más hacia delante durante las fases propulsoras del ciclo de brazada porque habrá menos resistencia a sus esfuerzos propulsores. El efecto real de adoptar una forma más hidrodinámica se presenta mejor en el gráfico de la figura 2.1c.
En este caso, el nadador desacelera menos y acelera más de manera que su velocidad media llega a ser 2,07 m/s para esta brazada. Para poner en perspectiva la importancia de una buena hidrodinámica, la velocidad media representada en la figura 2.1a resultaría en un tiempo de 50,50 para los 100 m, mientras que la velocidad media ilustrada en la figura 2.1c arrojaría un tiempo de 48,31 para la misma distancia. Reducir el arrastre resistivo puede mejorar claramente el rendimiento de forma considerable.
Evidentemente, el ejemplo ilustrado en la figura 2.1 es hipotético ya que no tiene en cuenta la influencia de circunstancias tales como el dominio lateral, la fatiga, la salida y el viraje. No obstante, el punto que ilustra es válido. Los nadadores que reducen el arrastre resistivo pueden aumentar su velocidad media por ciclo de brazada. Y lo que es mejor, pueden hacerlo sin aumentar el esfuerzo muscular. Más adelante en este capítulo se presentarán técnicas para reducir el arrastre resistivo. Sin embargo, primero quiero hablar de las causas del arrastre resistivo.