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1 El Mar Mediterráneo y el Océano Atlántico.

2 El Don, río que, según los antiguos geógrafos señalaría el límite entre Europa y Asia. Cf. ESTR ., VII 4, 5.

3 Cf. asimismo ESTR ., VII 7, 1; fr. 9. Para nuestro geógrafo Macedonia es sin duda una parte de Grecia. Algún pasaje, sin embargo, parece reflejar una época o una opinión que no la tenían por griega. Así algo más abajo, en VIII 1, 3, cuando en la división de Grecia se distinguen cinco penínsulas unidas por istmos, la quinta se extiende desde el golfo de Ambracia hasta el fondo del golfo Termaico y parece que Macedonia queda fuera del territorio griego así considerado. En este caso Estrabón debe de regirse por una división que probablemente remonta a Éforo. Desde el siglo v a. C. se admitía que los Argéadas , que reinaban en Pela, descendían de los Teménidas de Argos (cf. HERÓDOTO , VIII 137-139; TUCÍDIDES , II 99, 3-100, 2); pero Macedonia, como entidad geográfica, fue considerada durante bastante tiempo como exterior a Grecia. Posteriormente se iría imponiendo la idea de que «Macedonia era Grecia», lo que explicaría la insistencia de Estrabón, autor que en nuestros días aparece frecuentemente citado como antiguo testimonio en las pancartas que se enarbolan proclamando la grecidad de Macedonia en las manifestaciones motivadas por el problema macedonio y la utilización del nombre y los antiguos símbolos por parte del gobierno de Escopia. Respecto a la Macedonia de Estrabón y a su helenismo, cf. YEORYÁDIS , I arjéa Makedonía katá ton Strávona , con prólogo de N. G. L. HAMMOND , Maliaris, ed. Tesalónica, 1993.

4 Las dos regiones a las que Estrabón dedica más espacio en este libro VIII son Élide y Argólide (33 y 25 capítulos respectivamente frente a un total de 28 capítulos para las cuatro regiones restantes, Mesenia, Laconia, Acaya y Arcadia). Evidentemente Élide y Argólide, con los recuerdos de los reinos de Néstor y Agamenón, eran los territorios con un pasado homérico más importante y en torno a ellos había una rica tradición de exégesis homérica. Era necesario analizar y confrontar los datos proporcionados por el poeta (cf. infra , VIII 3, 3; 3, 23). Sobre el problema homérico, la presencia del poeta en una obra de geografía y su defensa por parte de Estrabón, cf. A. M. BIRASCHI , «Strabone e la difesa di Omero nei Prolegomena», en Strabone. Contributi allo studio della personalità e dell’opera , I, ed. F. PRONTERA , Perugia, 1984, págs. 131-136; D. M. SCHENKEVELD , «Strabo on Homer», Mnemosyne 29 (1976), 52-64; W. R. KAHLES , Strabo and Homer. The Homeric citations in the Geography of Strabo , Chicago, 1976.

5 Éforo de Cime, historiador griego del siglo IV , escribió una Historia Universal en treinta libros usada y admirada por Diodoro y Polibio, de la que se han conservado fragmentos. Cf. F. JACOBY , FGrHist 70. Polibio de Megalópolis (ca . 200-118 a. C.), historiador griego de Roma, escribió una vasta obra histórica en cuarenta libros, de los que el libro XXXIV, conservado fragmentariamente, estaba dedicado a cuestiones geográficas.

6 El sirio Posidonio de Apamea (ca . 135-50 a. C.), filósofo estoico discípulo de Panecio, no sólo fue autor de obras filosóficas, sino que también dejó escritos de ciencias naturales y de historiografía, de las que han quedado fragmentos. Hiparco de Nicea (siglo II a. C.) fue astrónomo y geógrafo.

7 Con frecuencia se planteaba el problema de la validez del testimonio homérico. Cf. TUC ., Historia de la Guerra del Peloponeso , libros I-II, B. C. G., 149 [trad. y notas de J. J. TORRES ], 1990, I 9, 3 n. 65; «Arqueología», passim .

8 Estrabón ya se ha referido a Iliria, Epiro y Macedonia en el libro VII; y de los otros pueblos aquí mencionados hablará en los libros IX y X.

9 Es decir, al norte y al sur del Istmo de Corinto.

10 Cf. asimismo ESTR ., XIV 5, 26. Estrabón simplifica aquí el complejo problema de la clasificación de los dialectos griegos mediante una reducción en dos grupos: el jónico-ático y el eólico-dórico.

11 Sobre las afinidades del dorio y el eolio, cf. P. CHANTRAINE , Morphologie historique du grec , 2.a ed., París, 1961, págs. 16-24 («Le grec et ses dialectes»); en concreto XVI y págs. 20-21, donde habla de «dialectes septentrionaux avec les restes marginaux et complexes que constituent les dialectes éoliens, et le groupe plus jeune des dialectes doriens et du Nord-Ouest, qui, aux yeux même des Grecs, s’opposaient franchement à l’ionien-attique», en una síntesis que se compadece muy bien con el punto de vista aquí expresado por Estrabón.

12 Estrabón amplía exageradamente la zona «eolia». De los dialectos hablados en Grecia continental fuera del Peloponeso sólo se tienen por eolios el beocio y el tesalio; los otros dialectos, hablados en la Grecia del Noroeste (Fócide, Lócride, Etolia, Acarnania y Epiro) constituyen un grupo que se relaciona con el dorio.

13 El pasaje de Tucídides que aquí tiene presente Estrabón destaca las características del Ática que explicaban la condición autóctona de sus habitantes y su estabilidad frente a otras regiones de Grecia. Cf. TUC ., Historia de la Guerra del Peloponeso , B. C. G. 149, 1 2, 4-6, nn. 15 y 16. Cf. asimismo HERÓD ., Historia , libro VII [trad. y notas de C. SCHRADER ], B. C. G. 82, Madrid, 1985, VII 161, 3, n. 786; y TUC ., II 36, 1, en el discurso fúnebre de Pericles. Esa pretensión de autoctonía, motivo de orgullo para los atenienses, fue un tópico de la oratoria ática (cf. PLATÓN , Diálogos II [trad. y notas de E. ACOSTA ], B. C. G. 61, Madrid, 1983, Menéxeno 237b, nota 28).

14 Antiguo nombre de Acaya. Cf. infra VIII 7, 1. Se encuentra en HOM ., Ilíada II 575.

15 Los aqueos habían sido expulsados de Laconia por los Heraclidas. Cf. infra , VIII 5, 4; 7, 1.

16 Hecho a raíz del retorno de los Heraclidas. Cf. infra , VIII 3, 33; 5, 6.

17 Sobre el carácter sagrado de los eleos, cf. infra , VIII 3, 33; y POLIBIO IV 73-74. Respecto a Oxilo, cf. infra , VIII 3, 33.

18 Koiné doria frecuentemente atestiguada en las inscripciones, sobre todo en las aqueas.

19 Cf. F. JACOBY , FGrHist 70, F 143.

20 Sýmbolon como medio de identificación o signo de referencia o reconocimiento establecido. Otra lectura da sýmboulon , consejero, guía.

21 La «parte exterior» podría referirse sólo al territorio tesalio y no a toda la Grecia central y septentrional situada al norte del Istmo; esta interpretación concordaría con la mantenimiento del texto de los manuscritos, con un meîzon , «la más extensa», sin corregir en meîon , «la menos extensa», puesto que efectivamente la «parte interior», el Peloponeso, es más extensa que el territorio tesalio comprendido entre las Termópilas y el Peneo. Pero se efectúa la corrección para evitar una cierta contradicción con el cercano final de este capítulo donde Estrabón califica al Peloponeso como «la más pequeña». En comparación con el resto de Grecia, incluida Tesalia, es evidentemente menos extenso (22.283 km2 frente a 38.330 km2 ).

22 Algunos autores echaban en falta aquí algo así como «y que Grecia es la acrópolis de todo el mundo».

23 Según ESTR ., VII 7, 4 y VII fr. 56 (57) LOEB , un estadio equivale a unos 185 m. Polibio, sin embargo, le daba una equivalencia menor (de unos 177 m.). Como es sabido, la conversión del estadio es un tanto variable e imprecisa; Estrabón, como otros autores, utilizaba fuentes y cómputos diversos y en las medidas de las distancias se daban algunos factores (suma de itinerarios parciales, diversidad de líneas y recorridos, etc.) que no facilitaban la exactitud, lo que a veces dificulta la confrontación con las medidas actuales. En este caso, con la equivalencia de 185 m., 40 estadios serían 7, 4 Km., lo que no concuerda con la extensión del canal actual (de 6.340 m.). Estrabón da al istmo la misma dimensión que al díolkos (cf. infra , VIII 2, 1; TUC ., Historia de la Guerra del Peloponeso , libros III-IV, B. C. G. 151, Madrid, 1991, III 15, 1, nota 90). Por este díolkos (denominación atestiguada sólo en Estrabón —cf. infra VIII 2, 1; 6, 22— y Hesiquio, aunque diversos autores se refieren a ello) se transportaban a través del istmo, en plataformas de madera sobre ruedas o rodillos a lo largo de carriles paralelos, determinados cargamentos (mármol, madera, etc.) y embarcaciones separadamente, y naves no excesivamente pesadas como las trirremes (cf. TUC ., III 15, 1; VIII 7-8; POLIB ., V 101, 4; B. R. MAC DONALD «The Diolkos», Journal of Hellenic Studies 106 [1986], 191-195); conocemos sus puntos extremos y su trazado general (N. VERDELIS , «Die Ausgrabung des Diolkos während der Jahre 1957-59», Ath. Mitt. = Mitteilungen des deutschen archäologischen Instituts, Athenische Abteilung , 73, 1958 [1962], 140-145 y Beilage 106/118), y parece que tenía una longitud algo superior a la del canal actual, pero distinta a la que aquí da Estrabón. Si la diferencia de cerca de un kilómetro parece excesiva, puede pensarse que es debida a una suma de medidas de un recorrido algo zigzagueante o a que Estrabón nos transmite una medida efectuada originariamente en un cómputo distinto, tal vez basado en el estadio egipcio de 157, 5 m., con lo que 40 estadios serían unos 6.300 m. Respecto al «estadio» cf. TUC ., Hist. de la Guerra del Peloponeso , Madrid, B. C. G., núms. 149, 151, 164 y 173, 1990-1992: I 63, 2, n. 364; II 5, 2, n. 31; 13, 7, n. 105; 86, 3, n. 577; III 92, 6, n. 667; 97, 2, n. 707; 105, 1; IV 3, 2; 8, 6, n. 39; 42, 2, n. 220; 45, 1, n. 240; 57, 1, n. 310; 66, 3, n. 363; 102, 4, n. 630; VI 1, 2, n. 4; 2, 4, n. 26; 19, 2, n. 104; 59, 3, n. 343; VIII 67, 2 y 95, 3, n. 479.

24 120 estadios equivalen a 22, 2 Km., distancia que concuerda con la realidad. Sobre Nisea, cf. TUC , ob. cit ., I 103, 4, n. 584.

25 La equivalencia de 520 estadios son 96, 2 Km., pero en la realidad esta línea es bastante menor; en línea recta son unos cincuenta kilómetros.

26 Los locros epicnemidios.

27 800 estadios equivalen a 148 Km., que en realidad son unos 130 Km.

28 Macizo montañoso situado en los límites entre Tesalia y Fócide. Cf. TUC ., III 92, 2-3; VIII 3, 1.

29 O sea, de más de 185 Km.; esta línea es en realidad de unos 220 Km.

30 Cf. supra n. 21. Se piensa en la utilización de Éforo (cf. PSEUDO ESCIMNO , V . 470-478) como fuente y en el uso de un mapa para estas descripciones de la morfología de Grecia.

Geografía. Libros VIII-X

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