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el himno Zamanali e Ints, que hasta hoy se canta en la Iglesia Armenia.

La quietud de los claustros y la inquietud de los espíritus ofrecen un paisaje sembrado de mujeres que turbaron aquella paz, con una música que no pudieron mantener guardada dentro de su cabeza.

Los siglos iniciales de la historia femenina de la composición se desarrollan dentro de los conventos.

Kassia (nacida en 810 y muerta entre 843 y 867, en Constantinopla), es el nombre de la primera religiosa occidental que dedicó su vida a un quehacer musical destinado al servicio litúrgico. Pasó al santoral cristiano como Santa Casiana. Vivió los años en que el emperador romano de Oriente ordenó la destrucción de imágenes, a la cual se opuso ella con el apoyo del monje Teodoro de Stuidum.

Antes de ella no se encuentra ninguna compositora registrada. Existe un acervo suyo más o menos considerable. Profesó en un monasterio de Salónica, la ciudad sobre el mar Egeo que ocupa tantos capítulos del pasado helénico. También cultivó la poesía. Dejó música sagrada y profana, entre la cual numerosos himnos con letras propias y ajenas, de los que trece están editados. Algunos historiadores proclaman su belleza y sostienen que anduvo tras ella el Emperador Teófi lo.

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