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¿DE QUÉ VA UNA ÓPERA?
ОглавлениеExisten diversas teorías acerca del número de situaciones que pueden darse en una obra de ficción dramática, tanto en los géneros clásicos (narrativa, teatro) como en modernos como el cine.
La más antigua conocida es Las 36 situaciones dramáticas, del francés Georges Polti (1895), que pueden agruparse en varias categorías:
1. Agresión (homicidio, secuestro o rapto, persecución, injusticia, deshonra)
2. Amor (lícito, adúltero, imposible), celos, remordimientos
3. Odio, rivalidad o enemistad, venganza, crueldad, injusticia, ambición, persecución, rebelión
4. Sacrificio: por un ideal, una pasión o una persona amada, rescate
5. Desastre o desgracia irreparable
6. Empresa audaz, imprudencia fatal
7. Locura
8. Conflicto religioso
Casi un siglo después (1993), el estadounidense Ronald B. Tobias publicó 20 argumentos maestros y en 2004 el inglés Cristopher Booker (2004) redujo la lista a Los siete argumentos básicos. La publicación más reciente al respecto es la de un equipo de investigadores de la Universidad de Vermont (2016) que tras analizar 1700 relatos del Proyecto Gutenberg fijaron en seis el número de modelos de tramas maestras presentes en cualquier «historia del mundo», según lo que le acaba sucediendo al protagonista:
1. De los harapos a la riqueza: subida.
2. De la riqueza a los harapos: caída.
3. Hombre en un hoyo: caer para luego levantarse.
4. Ícaro: subir y después caer.
5. Cenicienta: levantarse, caer y levantarse de nuevo.
6. Edipo: caer primero, levantarse y acabar cayendo.
En la ópera podrán aplicarse estas y otras clasificaciones, pero hay un criterio diferenciador básico tan simple como infalible, atendiendo al desenlace: unas óperas acaban bien y otras mal. Las primeras no son necesariamente las cómicas (bufas) o comedias; como veremos, muchas óperas serias de la época barroca y clásica tienen un final feliz a pesar de contener situaciones dramáticas. Por el contrario, no todas las óperas con un final trágico lo son necesariamente por causa de la muerte.