Читать книгу Otra historia de la ópera - Fernando Sáez Aldana - Страница 38
¿DE QUÉ MUERE UN PERSONAJE DE ÓPERA?
ОглавлениеBásicamente, los personajes operísticos pueden expirar sobre el escenario víctimas de dos tipos de muerte: natural o provocada. Aunque resulte de lo más natural que quien reciba un disparo o una puñalada, se precipite desde una altura o ingiera un veneno fallezca como consecuencia, por «muerte natural» se entiende la que no está ocasionada por causas violentas o intencionadas sino fisiológicas, como la vejez, la enfermedad o la exposición a circunstancias ambientales extremas. Es este un tipo de muerte que, dada su escasa fuerza dramática, no abunda en el repertorio operístico, si se exceptúa la tuberculosis que trunca las vidas de heroínas de la talla de Violeta Valéry (La traviata) o Mimí (La bohème). Y, aunque la vejez es la causa más natural de un deceso, veremos cómo entre centenares de muertos en escena solo unos pocos personajes fallecen porque alguno de sus órganos o sistemas vitales deja de funcionar de puro agotamiento.
En cuanto a la muerte provocada, existen dos maneras principales de perecer los personajes de una ópera: el homicidio y el suicidio. Aproximadamente en dos tercios de las óperas más representadas en la actualidad, alguno de los protagonistas o se mata o lo matan. El otro tercio se lo reparten causas menos frecuentes como el accidente, la mencionada muerte natural u otras aún más raras. Mención aparte merece la defunción por «desfallecimiento», un recurso tan socorrido como inverosímil ya que, como veremos, la mayoría de las defunciones por esa especie de desmayo irrecuperable ocurren sobre todo en mujeres jóvenes y sanas. Es el caso de Isolda (Tristán e Isolda), Leonor (La favorita), Salud (La vida breve), Margarita (Faust), Elektra o Thaïs, aunque también puede afectar a varones como Boris Godunov e incluso a la pareja, como en el caso de Tannhäuser y Elisabeth.