Читать книгу 7 Compañeras Mortales - George Saoulidis - Страница 13

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Capítulo 7: Ira

Ira esperó en el vagón. Cuando el tipo grande se bajó, ella también. Fue detrás de él, prácticamente corriendo, él tenía las piernas tan largas y ella tan cortas que no podía seguirle el ritmo caminando.

No importaba. Hacía ejercicio, después de todo.

Él subió las escaleras del metro y ella lo siguió.

A pesar de su vestido rojo, no la miró. No era tan guapa, y ser diferente hacía que muchos hombres miraran para otro lado.

Ira apretó los puños y lo siguió. El tipo se bajó del metro y salió a la calle. Ira no sabía dónde estaba, pero no le importaba. Todo lo que veía era rojo en su visión, todo lo que le importaba era el desprevenido hijo de perra que tenía delante, todo lo que quería era zurrarlo hasta dejarlo en el suelo.

Vio a un mendigo acercarse al hombre grande mientras pasaba, agitando su vaso de corcho para que las monedas sonaran. El hombre grande abofeteó al mendigo y le quitó el cambio.

Qué. Puto. Imbécil.

El hombre grande se fijó en ella y le dijo:

―¿Qué quieres, enana? ―Se mofó y se fue, sin darle más importancia.

Las uñas de Ira estaban prácticamente clavadas en sus palmas. Corrió hacia delante y atacó al hombre grande por la espalda. No tenía que pelear limpiamente. Después de todo, él pesaba el doble que ella.

El hombre grande gimió al caer con fuerza sobre el pavimento. Ira se subió encima de él y le clavó el tacón en la barriga. Gritó de dolor mientras ella lo pisoteaba con todo su peso. Luchó contra ella, arañándola. Ella pisoteó su rodilla. Él le dio un puñetazo en la cara, haciéndole sangrar la nariz.

El mendigo gritó y huyó.

Ira se enfureció y atizó al hombre grande. Sus puños golpeaban la carne, sus nudillos sangraban y se abrían, su cara solo mostraba ira.

Ella dijo cada palabra con un puñetazo en la cara:

―Enana. No. Es. El. Termino. Políticamente. ¡Correcto!

Continuó hasta que él dejó de moverse.

7 Compañeras Mortales

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