Читать книгу Gestos de aire y de piedra - Georges Didi-Huberman - Страница 8
ОглавлениеEn su gran libro sobre la imagen del cuerpo, Paul Schilder escribe:
las partes más importantes de nuestro cuerpo son los orificios. Estas partes ofrecen, por supuesto, sensaciones muy particulares. Cuando respiramos con la boca cerrada experimentamos una cantidad de sensaciones particulares en la nariz. Pero también cuando respiramos con la boca abierta y no somos conscientes de que estamos respirando, o aun si dejamos de respirar, sentimos claramente el interior de nuestras narinas. Es importante señalar que las sentimos cerca del orificio, pero no en el punto exacto de la abertura, sino alrededor de un centímetro dentro del cuerpo. Ora sentimos allí algo específico, ora el fresco del aire. Es como si el cuerpo fuera más sensible a un centímetro, más o menos, del orificio y de la superficie. Lo mismo vale para la boca. Paradójicamente, no sentimos la boca donde se abre, sino que la zona más sensible se halla, también aquí, a un centímetro de la abertura, dentro del cuerpo. Cuando inspiramos por la boca, sentimos la entrada del aire contra el velo del paladar; pero la sensación parece experimentarse sólo en el primer tercio de la boca. Si efectuamos una inspiración muy honda, sentimos el aire más adentro, en el interior de la boca, pudiendo descender incluso a la región esternal, pero sin ir más abajo del extremo del esternón, y lo sentimos a uno o dos centímetros por debajo de la superficie. Llegamos, así, a la conclusión general de que las zonas más sensibles del cuerpo se encuentran cerca de los orificios, pero a uno o dos centímetros de profundidad.[6]
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