Читать книгу Debatir la sociología - Gisela Zaremberg - Страница 16
Consideraciones finales
ОглавлениеComo concepto, el acontecimiento exhibe dos cualidades epistemológicas notables. Por una parte, su longevidad en la historia de las ideas y, por la otra, su anarquía conceptual. La primera le confiere una riqueza histórica y una crítica matizada y diversa, mientras que la segunda, lejos de convertirlo en un caballo de Troya disciplinario de un discurso particular en el espacio crítico, es una llave de entrada a otras disciplinas como la filosofía o la historiografía.
¿Cuáles son las posibles contribuciones de las reflexiones y los aportes teóricos presentados en esta breve cartografía —y, por ello, obligadamente, simplificada y parcial— sobre la noción de acontecimiento, tal y como ha sido recuperada recientemente en Francia, a la comprensión de la acción social, el sujeto y el cambio social? ¿Puede un concepto “fuerte” de acontecimiento ayudarnos a comprender mejor el mundo en el que vivimos?
A continuación apuntaré de manera casi telegráfica, y a modo de esbozo, algunas de las posibles contribuciones de una sociología que tome en serio la noción de acontecimiento: una perspectiva acontecial de los fenómenos sociales, es decir una mirada de lo social centrada en la noción de acontecimiento invita a considerar seriamente la dimensión impredecible, contingente y novedosa de la acción, —una realidad constante e inevitable a la que individuos y colectividades se enfrentan día con día—, una realidad idónea para pensar la acción social.
En términos del sujeto, esta misma perspectiva permite recuperar dentro del análisis sociológico la condición de “pasibilidad” —que no de pasividad— de los sujetos entendida, como señalé líneas arriba, como su susceptibilidad a ser tocados, afectados, perturbados o conmovidos por lo que sucede en el mundo que les rodea. Adicionalmente, permite, a través de la noción de acontecimiento ampliar nuestra mirada sobre los procesos de subjetivación. Lo anterior, sin desconocer la centralidad del sujeto como “intervención interpretante” y sin cualquier monismo metodológico que postule la primacía de la estructura, el sistema o la sociedad sobre el agente, actor o individuo, o viceversa.
Finalmente, la noción de acontecimiento presentada en este trabajo nos brinda herramientas que nos ayudan a formular una teoría sociológica más atenta a la forma de producirse los cambios en la historia y en la política.