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Prólogo

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Hoy la Flacso México ha asumido un nuevo reto institucional: discutir la importancia del papel y los aportes de las ciencias sociales en función de la singularidad de nuestra institución, es decir, como un organismo internacional, regional y autónomo cuyo compromiso —en el marco del acuerdo fundacional del Sistema FLACSO— ha sido asegurar la formación de especialistas, la realización de investigaciones sobre problemáticas latinoamericanas y la difusión de su conocimiento en el campo de las ciencias sociales.

Nuestras tareas sustantivas de formación, investigación y difusión han estado permanentemente acompañadas de un diálogo con los cambios que ocurren en las realidades histórico-políticas, económicas y sociales de la región latinoamericana. Dicho de otra forma, las ciencias sociales continuamente están sujetas a un ejercicio de interpelación que reta en algunas ocasiones a la teoría y en otras, a las formas de producir el conocimiento en las ciencias sociales a propósito de encontrar y mejorar los catalejos científico-sociales que nos permitan agudizar la observación como la herramienta esencial con la cual describimos, comprendemos y explicamos el origen de los hechos, fenómenos y problemas económicos, políticos y sociales inherentes a nuestras sociedades en distintas latitudes.

La complejidad de las realidades económicas, políticas y sociales, derivada de sus múltiples conexiones con hechos y fenómenos de otra naturaleza, hoy exige de las ciencias sociales distintas demandas a fin de dilucidar explicaciones robustas que las conduzcan a generar avances como campo científico multidisciplinario. Es en tal sentido que se vislumbra, como parte de su agenda, la construcción de debates que lleven a identificar los aportes, alcances y limitaciones de las teorías existentes en las ciencias sociales. Todavía son motivo de discusión: a) sus avances sobre las explicaciones causales, lo mismo que sus aportes a partir del cuestionamiento de su rigurosidad científica —lo cual nos conduce a reflexionar en torno a la argumentación teórica, el método, las metodologías y las técnicas de investigación, a fin de abonar al análisis de las explicaciones causales—, y b) la necesidad de hacer visibles objetos de estudio que en su momento la teoría pasó por alto o que, dada su complejidad, han sido descritos, analizados y comprendidos parcialmente. Aspectos de estas discusiones ya se han abordado en el debate renovado e innovador de las ciencias sociales que inició en la Flacso México en septiembre de 2018.

En los actuales espacios académicos a nivel regional, se discute la pertinencia de una reflexión latinoamericana sobre las ciencias sociales, que no es lo mismo que pensar en teorías específicas para observar, describir, comprender y explicar la singularidad de la realidad que se vive en América Latina y el Caribe. Al respecto hay diversos posicionamientos y en buena medida en esto radica el debate contemporáneo en este campo científico multidisciplinario, sin olvidar que sigue vigente la distinción weberiana entre ciencia, política e ideología.

Es por ello que en la Flacso México estamos inmersos en la propuesta institucional de un debate renovado e innovador de las ciencias sociales, en el marco de una nueva gestión que inició en julio de 2018. El propósito general de esta propuesta ha sido construir una agenda que permita a nuestra comunidad académica reflexionar sobre su quehacer sustantivo partiendo del sentido original con el que nació nuestra institución, pero sobre todo insertándolo en el horizonte del conocimiento producido desde las ciencias sociales como motor de cambio. La naturaleza misma de los procesos económicos, políticos y sociales no es estática, sino todo lo contrario. En estos procesos emergen viejos objetos de estudio pero con rostros distintos, que no cobrarán vida a menos que contemos con renovados enfoques teórico-analíticos y metodológicos.

Un debate renovado e innovador de las ciencias sociales busca fundamentalmente repensar la relevancia indiscutible del papel de las ciencias sociales desde al menos tres consideraciones:

Uno. La emergencia de diversas temáticas en los contextos mundial, regional latinoamericano y nacional, dadas sus evoluciones en la presente década. El contexto mundial demanda de las ciencias sociales, y de nosotros como científicos en este campo multidiscipinario, abordar y estudiar una gran cantidad de viejos y nuevos problemas.

Dos. En América Latina, y dadas las características de los procesos histórico-políticos nacionales que han tenido y tienen lugar en la región, se están llevando a cabo debates de la mayor relevancia acerca del Estado, las democracias, el liberalismo, el conservadurismo, los derechos y las identidades, debates todos predominantemente teórico-políticos con diferentes alcances e influencia en los procesos estatales de toma de decisiones y repercusiones varias en el desenvolvimiento de las ciencias sociales.

Tres. En el plano nacional vivimos un cambio histórico-político de gran impulso que exige de las ciencias sociales, entre otras muchas cosas, revisar y poner a prueba las perspectivas teórico-analíticas hasta hoy existentes para visibilizar la singularidad de los cambios a la luz de un conjunto de transformaciones de todo tipo, pero en especial, político, económico y social.

Como se observa, pareciera urgente encontrar y construir mejores soluciones a problemáticas altamente complejas que demandan miradas multi e interdisciplinarias articuladas desde las ciencias sociales; todo un desafío para quienes nos formamos y ejercemos como científicos sociales.

Uno de los principales puntos de partida del debate renovado e innovador que aquí presentamos es la convicción de que comprender los hechos y fenómenos sociales, lo mismo que los problemas públicos y sus soluciones, requiere de otras formas de enseñanza y producción del conocimiento científico. Algunas pautas para ello son la multidisciplinariedad, la convergencia del conocimiento, y la orientación a la resolución de problemas públicos.

En los tiempos que corren, la comprensión de los hechos, de los fenómenos sociales y de los problemas públicos mundiales, regionales y nacionales, necesitan del impulso y construcción de diversas miradas teórico-analíticas y multidisciplinarias en las ciencias sociales, no solo para dicha comprensión, sino también para identificar cuáles son los cambios, las trasformaciones y las rutas a seguir con miras a incrementar el beneficio público de nuestras sociedades. En este marco, destacan las perspectivas de análisis de política (policy analysis) junto con la emergencia de aproximaciones integrales de política pública denominadas estudios de políticas (policy studies), cuyos abordajes facilitan dar cuenta de la imbricación inherente entre el Estado, las políticas públicas y la política en todo proceso de decisiones gubernamentales orientadas a mitigar los problemas públicos.

El debate renovado e innovador de las ciencias sociales, como iniciativa de la Flacso México, se ha ido construyendo como un eje transversal de la agenda institucional de docencia e investigación, a propósito de refrendar nuestro compromiso de ser un referente y vanguardia a nivel regional, en un entorno de cambios globales, regionales y nacionales. De aquí la relevancia de considerar el conocimiento como motor de cambio, a manera de una ruta infinita y bidireccional entre la teoría y la construcción de formas inéditas de generar nueva evidencia respecto al conocimiento y entendimiento de los hechos y fenómenos sociales, como un proceso crucial e indispensable para la comprensión de los problemas públicos que vivimos y buscamos mitigar e incidir en sus posibilidades de resolución.

La idea de un debate renovado responde a varias necesidades:

 — La de hacer un corte de caja de las teorías actualmente vigentes a la luz de los retos de conocimiento que nos impone una realidad crecientemente compleja.

 — Pensar en la revisión de viejas teorías refiriéndolas a los fenómenos y problemas actuales.

 — Pensar en teorías emergentes desde una perspectiva de la complejidad donde se involucren enfoques multidisciplinarios e interdisciplinarios, con las que además y sobre todo se construyan las rutas para la formación y la investigación. No podemos eludir la responsabilidad pública de repensar los modelos de formación y de investigación en el mediano y largo plazos.

Por su parte, la idea de un debate innovador tiene como uno de sus propósitos identificar y generar las condiciones para:

 — Construir e impulsar nuevas aplicaciones del conocimiento para la comprensión, explicación y solución de problemas mundiales, regionales, nacionales y locales, mediante construcciones teórico-analíticas-metodológicas en las que el enfoque de política pública y las perspectivas emergentes de políticas tienen mucho que aportar.

 — Identificar e impulsar formas innovadoras de coproducción del conocimiento en las ciencias sociales, para lo cual resulta crucial construir vínculos intelectuales y más estrechos entre los diversos espacios (academia, toma de decisiones, empresas y organizaciones de la sociedad civil) donde se generan distintos tipos de conocimiento.

 — Identificar metodologías y técnicas que abonen al carácter y rigor científico de las ciencias sociales, destacándose aquí la necesidad de fortalecer la tríada teoría-método/metodologías-evidencia.

Se trata de una iniciativa en permanente construcción con la participación de nuestra comunidad académica, y ha ido cobrando vida mediante el establecimiento de una agenda académica institucional, de lo que ha sido una parte destacada la organización de diversos debates públicos iniciados en septiembre de 2018, en el marco del ingreso de la generación de estudiantes 2018-2021. Para inaugurar este ciclo escolar fue celebrada la mesa “¿Por qué un debate renovado de las ciencias sociales?”, con la participación de las doctoras Mónica Casalet, Alicia Puyana y Cecilia Bobes, y el doctor Rodrigo Salazar-Elena, todos investigadores de la Flacso México.

En esa ocasión, la doctora Alicia Puyana, abordando el tema “Por qué discutir los objetivos y métodos de las ciencias sociales”, reflexionó desde la economía “el impacto de los cambios y las crisis de las últimas décadas que develaron que las ciencias sociales no alertaron sobre sus efectos desestabilizadores para finalizar con los esfuerzos de ponderar el impacto de aplicar sin reserva teorías económicas gestadas en contextos para resolver problemas diferentes a los de América Latina”. Y estimó, durante su intervención, que las nuevas tareas fundamentales del quehacer académico son concretar un desarrollo científico útil para la agenda pública y sus políticas públicas, porque: “Los retos yacen más en la solución de los problemas públicos y menos en la creación del pensamiento social”.

Por su parte, la doctora Mónica Casalet presentó su reflexión “Las ciencias sociales frente al desafío de la cuarta revolución industrial”, buscando dilucidar de qué forma las ciencias sociales pueden intervenir para desarrollar nuevas estrategias de industrialización digital. Su análisis se orientó a responder las interrogantes que han resultado de la transición de una sociedad analógica a la transformación digital de la información generalizada a toda la sociedad. La digitalización centrada en la extensión del internet de las cosas (IoT, por su sigla en inglés), la inteligencia artificial, los macrodatos (big data), la computación en la nube, las plataformas digitales y los servicios de localización espacial, constituyen tecnologías facilitadoras de una etapa disruptiva, identificada como “distinta del pasado” por la velocidad, extensión e impacto en la sociedad. Este paradigma supone un desafío para las ciencias sociales en la evaluación de enfoques explicativos para una gestión de la multidisciplinariedad en la investigación y en la contribución de recomendaciones para orientar políticas industriales, sociales, de investigación y de formación para el futuro.

La doctora Cecilia Bobes, en su texto “Cómo los problemas nos obligan a renovar el debate: el desafío de la desigualdad”, reflexionaba, a partir del reconocimiento de la desigualdad como un problema profundamente complejo, acerca de la necesidad de “pensar en una forma creativa” de articular “la multidimensionalidad vertical entre individuos y horizontal entre grupos, la interdisciplinariedad y la confluencia de enfoques y métodos” y lo que ella denomina “perspectiva multiescala” para estudiar y analizar problemas como el mencionado de la desigualdad. Bobes colocaba en el centro del debate la necesidad de la adopción de abordajes inter y multidisciplinarios de los temas prioritarios de las agendas públicas desde la diversidad de las ciencias sociales, y defendía la idea de que esta articulación no tenía que darse solo entre campos afines, sino abarcar incluso la “interrelación con las otras ciencias que no son sociales”.

Para finalizar, el doctor Rodrigo Salazar-Elena, en su intervención “La revolución de la validez en las ciencias sociales”, sostenía que a estas actualmente se les cuestiona en su rigurosidad científica y las distintas rutas de garantizarla. Por ello expuso los criterios que crecientemente se han ido difundiendo en las ciencias sociales para juzgar la validez de los resultados de una investigación determinada. Parte de estos criterios se refieren al diseño de investigación, del que se espera sea el apropiado para la identificación del efecto causal; otra más remite a la teoría de la que provienen las hipótesis causales. Aunque la difusión de esto último es aún incipiente y se presta más atención a la “solidez” del argumento teórico, especialmente en cuanto a la plausibilidad de los supuestos.

La construcción del debate renovado e innovador de las ciencias sociales prosiguió en 2019 con la organización de un conjunto de cinco mesas que hoy son motivo de este prólogo. Se trata de mesas de debate con la impronta de revisar y sistematizar los alcances y límites de las teorías sociales con el fin de avanzar en la comprensión, explicación y solución de los problemas públicos.

Lo que bien podríamos llamar primera etapa del debate renovado e innovador de las ciencias sociales en la Flacso México comprendió la mesa inaugural descrita arriba más otras cinco. Reitero aquí mi reconocimiento y agradecimiento por el compromiso e involucramiento de la comunidad académica de la institución, tal como en su momento lo hice en la apertura de cada mesa.

En la primera, “Por el bien vivir de las personas. La teoría económica en contexto”, coordinada por la doctora Alicia Puyana, se sostuvo que la economía como disciplina en las últimas cuatro décadas ha limitado la entrada al análisis de todas las relaciones humanas para favorecer aquel que se centra en el costo-beneficio. Su propuesta fue que, desde la multidisciplinariedad, se incorporen a la agenda temas que comprendan toda la dimensión humana: relaciones entre el trabajo y sus implicaciones para la realización de una vida plena; desigualdades que comprometen el desempeño económico de las personas; el papel de los conocimientos que trascienden ciencia y tecnología, y la evaluación basada en la subjetividad de las personas.

Coordinada por el doctor Fernando Cortés, siguió la mesa “A diez años de la medición multidimensional de la pobreza: fortalezas y limitaciones”, la cual discutió los alcances y límites de la medición de la pobreza a diez años de su existencia (2008-2018). Los ponentes consideraron que, si bien se trató de un gran avance, ha habido uso y abuso del índice de pobreza y sus componentes en la orientación de la política social y en la evaluación y apoyos financieros de los programas sociales. Ante esto, su propuesta fue ampliar el concepto de pobreza para que la de naturaleza crónica quede incluida.

En la mesa “Un debate renovado e innovador de las ciencias sociales. Perspectivas sociológicas”, a cargo de la doctora Ligia Tavera y el doctor Nelson Arteaga, se partió de la tesis de que en nuestra institución, desde sus orígenes, la sociología ha jugado un papel central en la construcción de las ciencias sociales. Es decir, que existe un desarrollo significativo de aproximaciones que operan desde la interdisciplinariedad y multidisciplinariedad, garantizando una mayor capacidad de comprensión de las dinámicas sociales complejas. Así, los enfoques relacionales y la emergencia de procesos y eventos sociales como espacios de inflexión de la vida social tienen un peso relevante en las miradas sociológicas de los investigadores de la Flacso México.

La cuarta mesa, “Las ciencias sociales y el futuro de la política democrática”, coordinada por el doctor Francisco Valdés, se propuso debatir innovaciones cuya fuente son disciplinas como la teoría y la filosofía política, la ciencia política y la sociología política, las cuales contribuyen a identificar y comprender la naturaleza de las actividades políticas democráticas en contraposición a otras formas de hacer política que se colocan contra o al margen de los principios y valores que hoy se reconocen como fundamentales para la democracia como sistema de gobierno.

Finalmente, la quinta mesa, “Debate renovado de las ciencias políticas y las políticas públicas”, coordinada por el doctor Rodrigo Salazar-Elena, analizó desde la ciencia política y las políticas públicas y bajo perspectivas convencionales y/o dominantes, temas y problemas no superados como el impacto de la globalización, los procesos políticos y el voto de castigo en América Latina, los órdenes políticos multinivel, el cohecho en México, las decisiones de los políticos y las políticas, y los efectos de los medios de comunicación en las agendas públicas y sus dinámicas, con el propósito de identificar y proponer ángulos alternativos que permitan una mayor comprensión de esos temas y problemas.

Con estas cinco mesas cerró la primera etapa de este proyecto académico-institucional y se comenzó a construir la segunda, a la que se dará impulso mediante una convocatoria de investigación abierta respecto a la necesidad de abonar en torno al conocimiento, comprensión y solución de los problemas públicos latinoamericanos.

Dra. Gloria Del Castillo Alemán

Directora General, Flacso México

Debatir la sociología

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