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Prólogo PROLOGANDO, QUE ES GERUNDIO
ОглавлениеGonzalo Jiménez-Blanco ha escrito un exquisito libro, Arbitrando que es gerundio, en el que explica el arbitraje en 55 lecciones prácticas. Me pide prologue su gran reflexión sobre el momento actual del arbitraje en España y lo hago con mucho gusto.
Gonzalo, familia de insignes juristas, es un buen profesional de Derecho y al mismo tiempo un gran divulgador de la materia, que conoce tan bien. Desde hace tiempo veníamos siguiendo sus contribuciones en la prensa, tanto en formato papel como informático. Hoy vemos sus artículos recogidos en este libro que llega a las manos de un lector ya preparado por las lecturas diarias.
El autor pertenece a la generación que protagonizó la extraordinaria labor de marketing jurídico que supuso la Ley de Arbitraje del año 2003. Para entonces, nuestro país había superado ya la filosofía del monopolio jurisdiccional del Estado y nos encontrábamos con un quehacer de los operadores del Derecho en plena cooperación internacional de nuestra economía e integración europea, y por lo tanto internacional, de nuestras instituciones. Los grandes despachos españoles no eran ya meras oficinas de gestión de inversiones extranjeras, se habían convencido de la necesidad de practicar el derecho internacional económico. El club español del arbitraje, creado al efecto, recoge en su día la labor realizada en el marco de las cámaras de comercio y de los colegios de abogados. Estas instituciones habían protagonizado la larga marcha hacia el arbitraje, primero internacional y después doméstico, en España.
El autor refleja su gran formación jurídica en su condición de abogado del Estado y su práctica en un importante despacho anglosajón. Las páginas del presente libro rezuman experiencias de una aquilatada labor arbitral. Y, además, lo explica en términos muy coloquiales, como es lógico quien se dirige al lector muchas veces profano de los medios de comunicación.
Recoge el viejo banderín de enganche del movimiento arbitral de nuestro país, llamando la atención sobre la posibilidad cada vez más cercana de que España, y en concreto Madrid, se pueda convertir en un importante centro mundial de arbitraje internacional. Sin duda, ello exige ganarse la confianza de los usuarios del arbitraje, que dicho con franqueza las empresas españolas confían más en el internacional que en el doméstico.
Una parte importante de esta confianza radica en la colaboración entre jueces y árbitros. Hemos avanzado mucho. En Madrid, la unificación competencial en una sala del Tribunal Superior de Justicia ha sido un paso de gigantes. El usuario del arbitraje puede conocer y predecir la línea jurisprudencial en la labor de apoyo judicial. El autor mantiene con reiteración sus críticas a sentencias de esa sala por entender que al anular ciertos laudos arbitrales puede recordar el «no es esto, no es esto». Ortega fue un gran pensador, no cabe duda, pero su línea oscilante en materia política no le da precisamente credibilidad. Entiendo por el contrario acertada la función ejercida por la sala criticada, cuando consciente de que la gran crisis económica de nuestro país en los últimos años había introducido en el tradicional bloque jurídico de los negocios un nuevo orden público económico, que debe ser también respetado por los árbitros en el ejercicio de su función. La comunidad arbitral debe respetar y agradecer al control judicial las advertencias que considere oportuno sin extralimitarse del marco legal que la ley le establece. Al igual que debe respetar las decisiones judiciales que responsabilizan a los árbitros que hayan incumplido su cometido.
El lector camina con facilidad en las páginas del presente libro con amenidad en temas altamente técnicos. Se abordan los de máxima actualidad en la vida diaria del arbitraje. Los árbitros son los verdaderos protagonistas del procedimiento que se detalla en sus diferentes fases. El usuario del arbitraje, principalmente las empresas y sus asesores jurídicos, encontrará útiles y prácticos consejos. El juez de apoyo al arbitraje comprenderá el punto de vista del abogado en esta técnica tan especializada de solución de litigios.
La pregunta que hoy se hace mucha gente en España es por qué el arbitraje internacional está tan arraigado entre nosotros y el doméstico no acaba de despegar. Quizá sea un problema de conocimiento y por eso sea bienvenido el libro que hoy presentamos. Una muy buena contribución a la cultura del arbitraje en España.
Bernardo M. Cremades