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Aprender en la naturaleza

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por Romina Infin 1 y Arturo Avellaneda 2

Mi nombre es Romina y junto con mi compañero, Arturo, tenemos una niña de 9 años, a quien decidimos no escolarizar. Nuestro amor por la naturaleza nos lleva a pasar todo el tiempo que podamos aprendiendo con nuestra hija al aire libre.

Actualmente residimos, la mayor parte del tiempo, en la ciudad de Buenos Aires. Compartimos las actividades diarias con nuestra hija y nos organizamos para poder ir siempre a la plaza, visitar amigxs, hacer deporte o participar de actividades en espacios comunitarios o huertas.

Mi compañero y yo tenemos trabajos independientes y temporales, por lo cual manejamos nuestros tiempos. Por el momento, él trabaja fuera de casa con una camioneta y yo me dedico a las tareas domésticas. Tenemos varios proyectos de comunicación social que llevamos adelante juntxs y, cuando necesitamos generar ingresos extras, hacemos trabajos web a distancia y organizamos charlas o talleres sobre nuestra experiencia de vida al aire libre.

Ante la necesidad de compartir con otrxs niñxs, nuestra hija asistió un tiempo a talleres barriales de circo y pintura. Fue una experiencia social muy enriquecedora para ella, ya que pudo expresarse junto a otros pares. Sin embargo, los lazos se limitaban a esos ámbitos específicos porque lxs demás niñxs que asistían estaban escolarizadxs y muchxs de ellxs realizaban varias actividades extra escolares.

Al poco tiempo de probar algunos talleres, tuvimos la suerte de enterarnos, a través de amigxs, que en una plaza cercana a nuestra casa se juntaban algunas familias que tampoco escolarizaban a sus hijxs. Con estas familias pudimos organizar tiempos y espacios en común para que lxs niñxs compartieran sus juegos3. También creamos momentos para que las madres pudiéramos juntarnos y reflexionar sobre otros aspectos de la vida como la salud, la alimentación, la convivencia, la economía y la comunidad. Esto inspiró y dio fuerza e impulso a muchos de los proyectos que cada familia tenía, y muchas fuimos dejando la ciudad para vivir más cerca de la naturaleza silvestre o bien pasar más tiempo cerca de ella.

Durante estos últimos años, hemos aprovechado los viajes que hacemos por trabajo para acampar cerca de algún río o lago, inflar nuestro bote y navegar un rato. Durante estos campamentos, damos prioridad a conseguir nuestros alimentos silvestres. Identificamos hongos, frutos y también animales; observamos y dibujamos insectos y aves, y los identificamos gracias a libros que llevamos. También encendemos fuegos, contamos cuentos y recordamos momentos mágicos de nuestras aventuras. Por ejemplo, aquel atardecer en un campamento donde había otras familias, lxs niñxs se juntaron a leer El Principito y ¡¡apareció un zorro!! O las primeras noches otoñales de luna llena, cuando escuchábamos los ciervos bramar justo antes de dormir e intentábamos descifrar si estaban preguntándose dónde habían dejado el pulóver, o si pedían que los taparan con frazada. Algunas anécdotas son inolvidables, como la de la mañana en que emprendimos viaje por el sendero tan deseado y el puma guardián del camino nos dio la bienvenida ¡con un gruñido! Se vive tanta magia y generosidad al estar junto a la naturaleza que siempre volvemos para agradecerle y seguir aprendiendo.

Compartimos estos aprendizajes infinitos a través de las redes sociales y de nuestro blog Aprendizaje Natural. A través de él queremos, de alguna forma, alentar a las familias a que pasen más tiempo cerca de la naturaleza.

Actualmente, viajamos seguido a la Patagonia argentina, a la ciudad de San Martín de los Andes, y nos gustaría organizarnos en redes con otras familias que viajan y a las que les guste pasar tiempo al aire libre, reaprender y recobrar la memoria junto a la naturaleza; hacer amigxs con quienes compartir algo de toda esa magia que nos envuelve.

El regreso a la vida natural como meta educativa carece de organizaciones o programas, por eso es de trascendente relevancia que recuperemos y compartamos este conocimiento sobre la vida misma que nos contiene y enseña desde hace millones de años.

Ciudad de Buenos Aires, septiembre de 2017

1 Romina Infin es autodidacta especializada en tecnologías de la información, amante de la vida al aire libre y madre de dos niñas. A través de redes sociales, comparte experiencias de vida en familia junto a la naturaleza.

Para contactarla: aprendizajenatural.net@gmail.com.

2 Arturo Avellaneda es naturalista y padre de tres hijos.

3 Ver “Otra educación en Chacarita” en el testimonio de Laura Isod. N. de la E.

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