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Las fórmulas
ОглавлениеEl texto presenta sintagmas que se repiten con mayor o menor frecuencia, bien en los dos poemas o solo en uno de ellos. Los más habituales están formados por un nombre propio y un epíteto, que puede ser exclusivo o compartido por otro nombre propio: así, «la discreta Penélope» (36 veces), «Ulises sufrido de entrañas» (10), «la ojizarca Atenea» (39), «Ítaca excelsa» (7) o «de cándidos brazos», que se usa 11 veces, pero aplicado a distintas mujeres: Nausícaa, las siervas, Arete o Helena. Suelen ocupar el mismo lugar en el verso, ya que se ajustan a la distribución métrica de ese lugar31.
Hay dos aspectos que se pueden resaltar en el campo de las fórmulas. Por un lado, que la repetición no es exacta ni mecánica. Las fórmulas se organizan en sistemas, el conjunto de fórmulas utilizadas para cada necesidad, que se rigen por los principios de la economía —para cada significado solo hay una expresión para ser usada en una misma porción del verso— y de la extensión —existe una fórmula para cada condición métrica y para cada idea esencial.
Muchos de estos epítetos se han considerado «ornamentales», ya que no están usados por su significado, que puede ser inapropiado o irrelevante32, sino por ser métricamente adecuados. Ello puede dar una imagen demasiado hueca de la poesía homérica, pero es probable que los epítetos funcionasen como alusiones o asociaciones con otras partes del poema o con otros relatos de la tradición. En términos contemporáneos, funcionarían como «hipervínculos» dentro del poema.
Por otro lado, las fórmulas pueden ir más allá de la combinación de nombre y epíteto. Hay muchos sintagmas, de longitud muy variable, que se repiten en el texto, no siempre con escrupulosa exactitud. Pueden ocupar un verso entero: «Padre nuestro Cronión, soberano entre todos los reyes» (I 45, I 81, XXIV 473), o varios. Se repiten, por ejemplo, los mismos versos o partes de verso para limitar el comienzo y el final de un discurso, de un banquete, de un día: «Al mostrarse la Aurora temprana de dedos de rosa, / de su lecho se alzaba el augusto e intrépido Alcínoo» (VIII 1-2), similar a II 11-2 o III 404-405, entre otros pasajes33.
Para acabar, las fórmulas, en la crítica más actual, son consideradas no solo indicadores del componente oral del poema, importantes únicamente en su utilidad y en relación con el metro, sino que también se tiene en cuenta su función desde el punto de vista temático; como señala Nagy (1990: 23): «Un epíteto distintivo es como un pequeño tema musical que evoca la asociación del pensamiento con la esencia tradicional de una figura, cosa o concepto épico» [traducción nuestra].