Читать книгу Narrativa completa - Говард Лавкрафт, Говард Филлипс Лавкрафт, H.P. Lovecraft - Страница 21
ОглавлениеMemoria18
Una maligna luna creciente brilla tenuemente en el valle de Nis abriéndose paso con su luz y sus borrosos rayos a través de los mortíferos follajes de los grandiosos árboles upas. En la zona más profunda del valle, justo allí donde no alcanza la luz, hay unas figuras que se mueven y que no están hechas para ser vistas. En las laderas, donde las odiosas enredaderas y las plantas rastreras se enroscan alrededor de los muros de los viejos palacios arruinados, aprietan con fuerza columnas rotas y misteriosos monolitos y levantan del suelo las losas de mármol que colocaron unas manos que nadie recuerda, la maleza crece miserablemente. En los ruinosos patios crecen árboles enormes y saltan pequeños monos, mientras entran y salen de profundas criptas llenas de tesoros, serpientes venenosas que se retuercen junto a seres escamosos sin nombre.
Son enormes las piedras que duermen bajo las capas de musgo húmedo y eran poderosos los muros de los que se desprendieron. Fueron levantados para la eternidad por sus constructores y es innegable que aún sirven con nobleza, debajo de ellas aún vive el sapo gris.
En el fondo del valle se encuentra el río Thad. Sus aguas son fangosas y están llenas de algas. Nace en arroyos ocultos y se mueve hacia grutas subterráneas. El demonio del valle no sabe dónde desemboca, ni por qué sus aguas son rojas.
El genio que vigila en los rayos de luna le habló al demonio del valle, y le dijo:
—Soy viejo y he olvidado muchas cosas. Háblame de los hechos, del aspecto y del nombre de aquellos que construyeron estas ruinas de piedra.
A lo que el demonio contestó.
—Yo también soy viejo, en cambio, mi memoria es buena y sé mucho del pasado. Esos seres no estaban hechos para ser entendidos, ellos eran como las aguas del río Thad. Sus hazañas no fueron más que momentáneas, por lo que ya no las recuerdo. Su aspecto era parecido al de los pequeños monos arbóreos. Y recuerdo con claridad su nombre, porque rimaba con el del río. Esos antiguos seres se llamaban Humanidad.
Entonces, el genio regresó volando a la luna creciente y el demonio se quedó pensativo y observando un pequeño mono que se había subido a un árbol que crecía en un ruinoso patio.