Читать книгу El jardín de las sombras - Ian Rankin - Страница 7

Оглавление

Discutían en el cuarto de estar.

Escucha, si tu puñetero trabajo es... tan importante.

¿Y qué quieres que haga?

¡Lo sabes de sobra!

¡Me mato a trabajar por los tres!

No me vengas con esa gilipollez.

Y en ese momento la vieron. Asomaba la cabeza por la puerta, llevaba su osito Pa Broon agarrado por la oreja raída y se chupaba el dedo. Volvieron la mirada hacia ella.

¿Qué pasa, tesoro?

He tenido un sueño feo.

Ven dijo la madre poniéndose en cuclillas y abriendo los brazos.

Pero la niña echó a correr hacia su padre y se acurrucó entre sus piernas.

Vamos, cielo, te llevaré de vuelta a la cama.

La abrazó y empezó a contarle un cuento.

Papi dijo la pequeña—, ¿y si me duermo y no me despierto, como Blancanieves o la Bella Durmiente?

Nadie duerme para siempre, Sammy. Con un beso se las despierta. Las brujas y las hadas malas no pueden hacer nada contra eso.

La besó en la frente.

Los muertos no despiertan replicó ella abrazándose fuerte a Pa Broon—, aunque los besen.

El jardín de las sombras

Подняться наверх