Читать книгу Ojos bien abiertos - Isaac León Frías - Страница 27

El ángulo alto o picado

Оглавление

Estamos ante el ángulo picado cuando contemplamos el campo visual desde una posición de altura. La cámara se ubica, pues, por encima del nivel habitual desde el que vemos la realidad y se inclina para registrar a los objetos o sujetos encuadrados. Equivale al punto de vista de una persona encaramada a una escalera o a un muro. Desde nuestra experiencia de espectadores, el ángulo picado reproduce la sensación de estar mirando hacia una zona inferior, de tener los elementos del campo visual por debajo de nuestra mirada (foto 17).

Por cierto, existen diversos grados de altura cuando se registra un picado. El espectro abarcado por el eje óptico de la cámara es amplio. Por eso, puede distinguirse un picado ligero, que correspondería al punto de vista de una persona de talla alta respecto de otra de envergadura algo menor o una posición elevada similar a la que la vista extiende sobre un espacio inferior, lo que se conoce como el picado inclinado (con diversos grados de inclinación) muy frecuente en la observación de paisajes o de espacios abiertos. También está el llamado “picado perfecto”, de una verticalidad absoluta, logrado con una cámara que deja caer una mirada “a plomo”, como la del sol a mediodía, de carácter cenital, sobre el objeto filmado. Parece reproducir la experiencia de mirar al vacío. A este ángulo, “picado perfecto”, los autores anglosajones le denominan bird’s eye u overhead shot y otros hablan del “punto de vista de Dios”. En algunos casos, puede resultar desconcertante. El espectador suele tardar en reconocer a un personaje o a un objeto presentado desde una perspectiva tan radical.


Foto 17. Ángulo picado. 29 Palmas.

Y es que el principal valor visual del picado proviene del carácter dominante y abarcador que adquiere el punto de vista desde el que contemplamos el campo visual. Un picado nos ofrece una visión panorámica del escenario filmado. El picado tiende igualmente a privilegiar la dimensión del espacio que rodea a los personajes. Designa el punto de vista abarcador que observamos en los encuadres abiertos y en los planos de mayor distancia, como los planos generales. Cuando se muestra en picado un espacio reducido o estrecho las líneas dominantes en la composición tienden a deformarse y al eliminarse del campo visual la percepción del horizonte —línea que impone a menudo un equilibrio tranquilizador—, la imagen se carga con una impresión de turbulencia o desasosiego.

Por eso, muchos cineastas han recurrido a este ángulo con el fin de propiciar un desequilibrio visual entre la figura humana, que aparece disminuida, y el entorno, convertido en un espacio que la envuelve. Una consecuencia de ello es que los personajes u objetos vistos desde un ángulo alto tienden a aligerarse, a verse con una presencia disminuida o un peso reducido.

Por otro lado, la distancia que impone el picado desacelera el movimiento de los objetos; contemplado desde el ángulo alto, un cortejo de autos avanza con lentitud inversamente proporcional al tamaño del espacio que recorre.

En su libro clásico Le langage cinematografique, el autor francés Marcel Martin (1985) escribe: “El picado [...] tiende a rebajar la talla del individuo, a triturarlo moralmente rebajándolo al nivel del suelo, haciendo de él un objeto engullido en un determinismo insuperable, un juguete de la fatalidad”.

Una afirmación de este tipo confiere al ángulo picado una cualidad determinante en el sentido de la imagen, más allá de cualquier otro componente. En esa línea de pensamiento, el picado equivale a la adjetivación verbal. Así, bastaría con que el encuadre hubiese sido registrado con una cámara ubicada desde una posición de altura para que se le adhiera un sentido determinado de antemano (que puede llegar a ser el de la fatalidad o el encierro) o una calificación moral.

El fundamento de una observación como la de Martin radica en el valor de la disposición de los objetos del campo visual dentro de la superficie del encuadre. El picado ubica a los personajes y objetos en la parte inferior del encuadre, lo que les hace perder presencia y jerarquía dentro del orden general y el equilibrio de la composición. Vistas desde arriba, son presencias descentradas y alejadas de las zonas de mayor potencia del encuadre, que son los segmentos centrales y superiores. De allí que los picados tienen una dimensión connotativa más acentuada que la que puede observarse en los ángulos normales y de manera especial los picados cenitales.

Sin embargo, sus efectos de sentido no son unívocos ni fatales. Un picado no provoca sin más la idea de la insignificancia, la depresión, la frustración, el aplastamiento, la derrota, la soledad, el aislamiento o la privación de la libertad. El ángulo alto puede obedecer a una necesidad descriptiva que lleva al realizador a colocar la cámara por encima de los objetos filmados con el fin de integrarlos a un paisaje más amplio o para abarcar dentro del campo visual a un grupo humano numeroso. Uno de los picados más célebres de la historia del cine tiene esos fines. En Lo que el viento se llevó, la cámara sigue a la protagonista, Scarlett O’Hara (Vivien Leigh), que camina por un campo de heridos de la Guerra Civil norteamericana. Poco a poco, la cámara va adquiriendo mayor altura. El espacio se abre, al tiempo que Scarlett se convierte en una presencia insignificante en medio de centenares de quejosos heridos. La magnitud del desastre de las tropas del Sur secesionista se hace evidente gracias al carácter de ese picado inclinado que es gráfico, descriptivo. Ocurre algo semejante con los ángulos altos que se emplean para registrar un partido de fútbol o un acto colectivo, sea un desfile militar o una procesión religiosa. El ángulo picado permite en estos casos apreciar la dimensión (profundidad o inmensidad) del espacio, que podría resultar irrelevante si se filmara con un ángulo a nivel.

Con el picado también se aprovecha el efecto de empequeñecimiento y reducción de tamaño que lucen los objetos registrados desde el ángulo de altura. Los grandes planos generales y, por extensión, los planos distantes, que abarcan un área importante de espacio, son mejor cubiertos desde un ángulo alto. Es el caso de la ciudad vista desde un avión o del paisaje filmado desde la cima de una colina. Al respecto, hay que tener en cuenta la siguiente observación: “Es evidente que la incidencia angular es más sensible en función de la cercanía del plano. Un picado sobre la lejanía de un plano general largo (desde el alto de una montaña, por ejemplo) tiene menos incidencia [...] que un plano medio picado sobre un niño...” (Palazón 1998).

Por último, podría darse el caso de un picado que pretenda crear un efecto de extrañeza perceptiva en el espectador: “La elección del ángulo [...] puede también cambiar la imagen de un objeto familiar hasta el punto de hacerlo irreconocible” (May 1962).

En algunas películas experimentales, un picado sobre un objeto de uso cotidiano puede transformarlo en un artefacto insólito que el espectador tardará unos segundos en reconocer. La causa: la modificación de la perspectiva, la alteración del punto de vista, la percepción parcial de las zonas del objeto filmado que quedan expuestas ante la cámara desde un ángulo inusual.

Ojos bien abiertos

Подняться наверх